miércoles, 3 de marzo de 2010

NUEVOS INTEGRANTES DEL GRUPO LITERARIO SIGNOS: EL DÍA AQUEL DE LA RECONSTRUCCIÓN

A pesar de los sinsabores e inexactitudes de la palabra felicidad, tendremos que apoyarnos en su innegable y vasto contenido para manifestar lo siguiente.

Con el transcurrir del tiempo, los grupos literarios van tomando forma dentro de una realidad. De esta última dependen todas sus posibilidades: la insurgencia y la ilimitación, el crecimiento y la fuerza. SIGNOS, como grupo universitario, surgió en cierto contexto cuyos patrones clave eran hacer fuerza común en la carrera literaria, en la publicación, en la bohemia, en el conocimiento del mundo. Sin embargo, la amplitud de nuestras metas ha tomado forma de cosmopolitismo, pues se ha descubierto que en tanto los espíritus afines existan, se tendrá que unificar la labor literaria.

Así, en nuestro cuarto aniversario queremos presentar a cuatro nuevos miembros del grupo, cuatro espíritus afines que se integrarán en esta exigencia existencial llamada Literatura. Ellos sumarán sus vivencias y poéticas a nuestra modesta e infranqueable casa llamada SIGNOS.

Mencionados por edades de mayor a menor, son los siguientes:

Ericka Madrid (Argentina)
Hazzel Yen (México)
Zoila Aguinaga (Perú)
Anita Ramos (Perú)

Por simple coincidencia todas son féminas, como lo es la Poesía en sí: una mujer implacable.

Sus contundencias en la vida aportarán a SIGNOS para esta labor sumaria y gigante.

Aquí los dejamos con sus reseñas y tres de sus poemas.

ERIKA MADRID. Buenos Aires – Argentina, 1977. Dedicada a la Poesía. Realiza además Fotografía y Pintura. Actualmente reside en la ciudad de Villa Gesell. Tiene poemarios inéditos.

A nuestra integrante también la pueden visitar en los siguientes enlaces:
Erika Madrid
Después del filo
Se me cierra la boca
y un algo que me enseñaron
a llamar angustia, por momentos
me atrapa, por detrás ata mis brazos
y me suspende sobre mi única piedra
hasta agotarse ella y agotarme yo.

¡A veces qué poco soy, Dios
y cuánto placer me da!
En los órganos y en el sexo
esa revolución de fuego me emociona.

Miro el reloj y luego me induzco
erguida a creer ser omnipotente
y en ese estado aun no descubrir
para qué me sirven los ojos y la boca
para qué me dieron los brazos y las
tripas en el estomago, para qué el sexo
ni para qué después del filo viene la sangre
que inevitablemente se expande.

Es todo
Alimentarlo todo

Romperlo todo
Nacer otra vez
después de haber obtenido la muerte
como extremo, pausa y fin.

Argumentarlo todo
Retenerlo todo
Aprender de las diferentes moradas
de la mano memoriosa que vive
adentro y que se pudre adentro
para brotar sea cual fuere la estación

No comprender nada
de un juego vivo y exagerado.
La gloria de tempranas anunciaciones
y más tarde ridículo uno cargar:
La tristeza de niño.
El hambre de todos los días.
Y el inmortal rastrero deseo de vivir.

Ni el amor…
Ni el amor
pudo con el Amor
cantidad de veces
me senté a pensar
que mierda es lo que sos en mí,
no pudo la bronca
no los intentos de abandono
no el mar tragándose la capital
ni las muchas avenidas
bebiéndose infelices
las tempranas anunciaciones.

Con tanta intensidad
he sentido Esto y padecí Eso
tanto como y casi el de un fuego,
o la muerte y la misma exageración.


HAZZEL YEN. Durango – México, 1987. Es miembro de la Red Independiente de Escritores de Durango. Ha asistido a diversos talleres de creación poética y seminarios de literatura.

Tiene los títulos Anatomía de las Hadas, La música rota y El otro Reino. Ha realizado lecturas de poesía en diversos foros literarios y ha participado en encuentros de escritores a nivel nacional. Su obra ha sido publicada en revistas electrónicas e impresas de México y de otros países.

II
Entre las marañas de este siglo
el silencio es espada:
nadie recuerda las músicas
para despertar furtivos monstruos.

Ellos sabían el punto
donde las telarañas se hacen arpas
y los cristales ríen
la sílaba precisa para despertar
dragones de las gargantas:

conocían la habitación donde fue velada
desde tiempos donde se inventó la carne
y su ansiedad trasmutó en péndulos.

III
Los carruseles nunca dejan de girar en mi cabeza
estallan sus matrices
hasta endurecer mi sangre con sus espectros.

Payasos azules se desprenden de sus cajas
para acariciarme
pero no deseo ver sus muecas
escuchar sus canciones
desde mi habitación patológica.

La inmensidad violeta
infla su pulmón belicoso
y transparenta
lo que late difuso en mi cuerpo.

La habitación se inquieta
engulle unicornios trabados entre los labios.

Me encuentro desnuda
transitando fuera de mis ejes

por pasajes y vehementes resurrecciones
conozco este final.

Somníferos
Letargos de porcelana
minutos de hielo
casa vacía.

Un tropel de fantasmas ríe
por los pasillos de mis arterias.

Lo enciendo

el rito de fabricantes de dimensiones
atolondra el cuerpo

talles desfigurados por sueños de hambre
cantan calles en la oscuridad de un deseo.

Lo apago

jaurías de voces devoran resplandores
neuróticos mundos ahogan mis sentidos:
mi revólver musita.

ZOILA AGUINAGA. Chiclayo - Perú, 1990. Aficionada a la Escultura y Pintura. Primer Premio en el Concurso Regional de Poesía (Chiclayo, 2008). Ha participado en eventos literarios y recitales. Es estudiante de Gastronomía. Tiene inéditos los poemarios Antimemorias de una adolescente y Bajo toda sombra.

Cuando muera la noche
Cierro los ojos
y ya no quiero escapar

ni de mi cuerpo
ni del mundo

a pesar que sólo estoy en espera de la noche.

Olvidaría las preguntas,
es cierto, las olvidaría
porque son el único dolor que poseo.

Pero ¿qué hay de mí sin las preguntas?

Es mejor dejar que muera la noche
y responderse en silencio hasta el último dolor

sin herirse tanto.

Poema
El amor envuelve a la materia,
huye por las aberturas de la ventana
como otro aire denso,
escapa y regresa
cuando el día se acerca.

A veces se va con la luna
y no vuelve más

mientras vuelve.

Confusión
Matar,
quemar,
asaltarse por dentro
los sueños
crea confusiones.

Aun así,
no esquivo
ni el tiempo ni las flores
de los jardines muertos.

Un nuevo flechazo
secreto
sin cupido es vivir:
Despertar en lo mismo,
revelar la nada concreta
al mirarme en el espejo,
y luego escapar
a otro caso
y matar y quemar,
asaltarme por dentro
el próximo sueño
sin cerrar los ojos,

sospechosamente.

ANITA RAMOS. Chiclayo – Perú, 1993. Estudiante de Quinto de Secundaria del Colegio Privado “Juan Mejía Baca”. Primer Premio en el Concurso Regional de Cuento (Chiclayo, 2008). Segundo Premio en el Concurso Interno de Cuento del Colegio Juan Mejía Baca (Chiclayo, 2008). Primer Premio en el Concurso Interno de Poesía de la misma institución educativa (Chiclayo, 2009). Segundo Premio en el Concurso Interno de Cuento (Chiclayo, 2009). Tiene inéditos los poemario La voz de la rosa negra y Visiones de judas.

De La voz de la rosa negra

3
La carta olía a mujer,
a rosa negra,
sombra de mis labios.

Tú eres parte del misterio.

Yo sólo soy una de tus espinas.

6
Hoy quiero escribir mis últimas palabras.
Hoy sentí que he muerto.

Mi cuerpo seguirá andando,
haciendo la misma rutina de las máquinas.
Mi alma se irá a caminos sin prohibir,
donde se escriba poesía,
donde ganar no merezca premios
y perder sea orgullo.
A un lugar donde estés tú
y yo
con nuestro amor penado.

De Visiones de Judas

29
Le dije a un cuervo
cuando lo miraba en una rama:
tengo miedo del fin de mis poemas
y de lo lejos que se van las nubes.

Él me respondió:
manosea la tierra y
acostúmbrate a lo que pronto
será tuyo.

Luego absorbió mis ojos.

1 comentario:

Jonatan dijo...

hola a todos los de signos estoy muy orgulloso de usted y las vez admirado siendo ustedes muy jovenes han logrado muchas cosas con la ayuda de DIOS;y les deseo lo mejor y que DIOS los bendiga a todos ustedes.Gracias por escribir muy hermoso