viernes, 30 de abril de 2010

Pintura de Cromwell Castillo Cabrejos. En honor al Arte, la Belleza y el Caos

Este post está dedicado a ROCÍO SANTILLANA, en honor a su apreciada labor artístico-profesional. Gracias Rocío por tu Erocéntrica, por tus videopoemas, por tu esfuerzo diario, por los proyectos y lo concreto. Gracias también por tu aprecio, tu confianza y tus palabras.

Hasta siempre en nuestra lucha constante.

Universo de Cross (óleo / témpera)
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Estación desde mi ventana (óleo / témpera)
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Cuatro reinos (témpera)

Infinitud del ser (crayón)

Matriz (crayón / imagen de portada del primer libro de Signos)

Fascinación

Mujer en mis dedos (solo con los dedos)

Editor de Sol Negro dicta Taller de Poesía: A PARTIR DE CERO con Paúl Guillén

Expositor: Paul Guillén
Inicio: Martes 11 de Mayo
Horario: Martes y Jueves de 6:00 a 8:00 p.m.
Duración: 4 semanas
Costo único: 150 soles

INSCRIPCIONES Y CLASES:
MIRAFLORES
Teléfono: 980946876

“La poesía no es una forma de entretenimiento, y en cierto sentido ni siquiera una forma de arte, sino nuestra meta antropológica y genética, nuestro faro lingüístico y de evolución”
Joseph Brodsky.

1. Introducción
El taller busca implementar y estudiar algunas herramientas básicas en la creación de textos poéticos.

2. Programa

Sesión 1: ¿Qué es la poesía? Partes del poema: epígrafe, estrofas, cantos, secuencias, versos, cita directa, cita indirecta, dialogismo.

Sesión 2: Figuras retóricas. Aprender la técnica y luego olvidarla: imagen, metáfora, encabalgamiento, aliteración, anáfora, hipérbaton, etc. Ejemplos prácticos en César Vallejo, Martín Adán, Jorge Eduardo Eielson, Carlos Germán Belli, Enrique Verástegui y Róger Santiváñez.

Sesión 3: Fuentes emisoras de poesía: cosmopolita, nativista, mitológica y urbana.

Sesión 4: ¿El ritmo es todo en poesía?: uso y abuso de cacofonías, adjetivos, gerundios y gerundios seguidos de pronombre enclítico.

Sesión 5: El ritmo no es todo: las teorías de Ezra Pound y el verso proyectivo de Charles Olson.

Sesión 6: Vertientes básicas de poesía: surrealismo, imagismo, concretismo, oulipo, neobarroco.

Sesión 7: El poema en prosa: ritmo, variaciones y perspectivas.

Sesión 8: Rompimiento de los géneros literarios: realismo y metafísica, lirismo y narratividad, iconografía pop y alta cultura, cuestionamiento de la estructura poética y aceptación de las reglas, intención totalizadora y catarsis episódica, exhuberancia rítmica y atonalidad.

3. Metodología
El taller es de carácter creativo y se contará con corrección de textos de manera personalizada.

4. Materiales de trabajo
Los materiales serán entregados oportunamente por el coordinador del taller.

Otros poemas de Erika Madrid, integrante del Grupo Literario Signos – Argentina


Erika Madrid como poeta vivencial y testimonial contempla desde la rabia, el desencanto y la impotencia, cómo su ciudad y el Hombre llano a veces la devora con el impiadoso ruido bastardo. Pero luego la regurgita y la goza en su plena rebeldía. Transparente, bella hasta la impaciencia y lúcida: por eso es la musa de nadie. Por eso reconoce desde los propios pasos la morada de las contradicciones y codifica en ella la reverberación del nuevo canto.

Erika Madrid es también Artista plástica y Fotógrafa, espacios desde donde organiza su nostalgia y su más reciente vibración, para entregarnos las formas implacables del propio universo.
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*****
El amor tiene otra cara,
sabe a desconocidos y sabidos gozos
sabe en ocasiones a estos nidos,
a alto monte y profunda abundancia
………a laberintos de vida que estafar
sabe a lo que alcanzo y a los
…………..cucos que me gruñen entre los muslos.


*****
Tus brazos
infinitamente largos y estúpidos
me toman de arrebato
………….y quedo en silencio.

*****
Me sucedieron las piernas
con sus perfectas articulaciones por naturaleza
y pienso a veces coherentemente
porque Dios así lo quiso
cosas me suceden por ser y estar viva
y ahora entonces el amor
viene, y viene a esta edad,
viene imposible y viene hasta el hartazgo
se posiciona en mi frente
y no por natura sino por burla
aun así el placer y la gentileza de tal persecución
me enseña y me ofrece en gracia palabras
que no conocía, ni aun sospechaba.

Poemas de José María Gahona - Perú

No se desde cuando conozco al gran poeta José María Gahona, pero si se que desde que leí sus poemas quede impresionado por la ternura y sencillez con que escribe, y por su forma tan amable y tranquila de conversar, como lo hacen los grandes hombres. A pesar de la alta calidad de su poesía, ésta aun no esta muy difundida.

José María nació en al calida ciudad de Piura, en el norte peruano, en 1958, esporádicamente viene a Tumbes, trayéndonos no solo su poesía, sino también a iluminarnos con su confraternidad y la cordialidad de su noble amistad.

[…]
El poeta Ricardo Musse en su libro POÉTICA PIURANA DE LAS POSTRIMERIAS, manifiesta con certeza:

José María Gahona ha absorbido de la naturaleza su código poético. Procesa el lenguaje con tierna sutileza atrapando, con su corazón de niño encendido, la naturaleza para reverdecerla a través de la pureza de su sensibilidad, "rebautizando el mundo modesto de la callana y la choza para que veamos la maravilla de la vida”.
[…]
Ha publicado las siguientes obras:

· Transparencias - 1995
· Cuaderno de Pájaros - 2008
· Sol Sol Girasol - 2008

De su gran libro TRANSPARENCIAS, que me entregó una mañana cualquiera, que desde allí se volvió en inolvidable, les presento algunos de sus poemas. Por sus comentarios les estaré muy agradecido.

Preámbulo
La poesía es un papel de aguas azules
donde bajamos con la única piel
…………………………..que venimos al mundo
con la arcilla primera en nuestras manos artesanas
La poesía es una fiesta para hombres que luchan
contra el invierno
……………….y la dictadura
………………………de las hojas muertas.

Elegías a la madre

4
ALLÁ en las tardes
……………………..mi madre remendaba
con retazos de verano
……………….mis desgastados pantalones
y cosía también
……………….al pie de los ojales de mi camisa
lunas blancas y redondas
…………………..con ojos de peces fosforescentes.

La nave de esteras

1
Mi casa es una mujer con falda de esteras
blusa de cartones
y extremidades de algarrobo
cuando la lluvia estropea su traje de reina
de los tugurios
le crecen heridas en medio de los setenta mil poros
al ganar el sol
en las copas de los árboles
ella pone a solear sus sandalias de arena
y deja transitar las lagartijas
por su cabellera de costales
y ordena que los niños salgan a recibir
la luz del día.

Información adicional sobre este gran poeta se pueden apreciar en:
http://estirpepurpura.blogspot.com/2009/09/la-naturaleza-y-el-misticismo-panteista.html


Envío de Félix Hugo Noblecilla.
Blog:
Mis amigos poetas

EL ESPACIO DEL ARTE - Arte Contemporáneo de Lambayeque te invita como expositor plástico en su primer aniversario

Invitación

La Galería El Espacio del Arte - Arte Contemporáneo lo saluda cordialmente y con motivo de celebrar su primer aniversario de creación tiene el agrado de invitarle como expositor con una de sus obras, en el “I Salón de la Plástica Norteña” DIBUJO, PINTURA, GRABADO, FOTOGRAFÍA, ESCULTURA, ACUARELA, que se llevará a cabo en la sala de exposiciones del Museo Arqueológico Nacional Brüning de la ciudad de Lambayeque, la inauguración será día 14 de Mayo del año en curso a horas 12.30 p.m.

Esperando contar con su participación, que engrandecerá este evento, nos despedimos cordialmente.

Nota: Confirme su participación hasta el día 2 de Mayo con una fotografía de la obra para la elaboración del catálogo. Gracias

Lambayeque, 20 de Abril del 2010.

El Espacio del Arte
Calle Pedro Vilchez Nº 363 Lambayeque - Perú.
Celular: (51 74 ) 978831136 (51 1 ) 996872461
Email:
elespaciodelarte@hotmail.com

miércoles, 28 de abril de 2010

Enrique Verástegui o la matemática total de las Rosas. Por Juan Pablo Mejía

Es necesario que se diga: Enrique Verástegui (Lima, 1950) es el poeta vivo más importante del Perú. A principios de los setentas presentó al público En los extramuros del mundo (Milla Batres, 1972), mítico libro que no sólo significó la apertura de su aventura literaria, sino también el punto de ruptura del discurso poético peruano de ese entonces. De ahí en adelante no ha cesado de escribir.

ALGUNOS APUNTES SOBRE SU VIDA
Enrique Verástegui nació en Lima el 24 de abril de 1950, pero pasó su infancia en Cañete, a 148 kilómetros al sur de la capital. Realizó estudios de Administración de empresas en la Facultad de Economía de la UNMSM, y de Sociología de la literatura en la École de Hautes Etudes en Sciences Sociales de París.

En 1975 escribió el guión de la película Cimarrones, realizada por Carlos Ferrand, y que durante la década del 80 recibió diversos premios internacionales en New York y Canadá. En 1976, con tan solo 26 años de edad, se convirtió en el becario más joven de Latinoamérica al ser distinguido con la prestigiosa Beca Guggenhein. Con el dinero de la beca viajó junto a su esposa, la también poeta Carmen Ollé, y su pequeña hija Vanessa, a las islas mediterráneas de Menorca, luego a Barcelona, donde se entregó al estudio de la mística negativa, para posteriormente trasladarse a París, lugar que fue testigo de su actividad literaria y bohemia hasta finales de 1979, y en donde comenzó la escritura de su importante proyecto poético: ÉTICA, monumental libro en cuatro volúmenes organizados de la siguiente forma: I. Monte de Goce (o del pecado); II. Taki Onqoy (o de la redención); III. Angelus Novus (o de la virtud); y IV. Albus (o de la gnosis), y que pretende abarcar la totalidad de las disciplinas artísticas, científicas y tecnológicas.

En 1980, con el dinero de la beca agotado, regresó a Lima, desempeñándose como cronista del Diario de Marka. En 1985 ya separado de su esposa, retornó a la casa de sus padres en San Vicente de Cañete. Fue desde ahí que vio aparecer la mayor parte de sus obras. El ensayo El motor del deseo vio la luz pública en 1987, Leonardo apareció en 1988, en 1989 el primer tomo de Angelus Novus y al año siguiente el segundo tomo (ambos de libro primero de Ética). En 1991 publicó Monte de goce (Ética II), en 1992 la novela Terceto de Lima, que para Mario Vargas Llosa es “la mejor novela peruana de los noventas”. En 1992 también obtuvo el premio del V festival del cortometraje peruano por Enrique Veástegui: para vivir mañana, película realizada por Edgardo Guerra para Producciones el Pacífico. En 1993 publicó Taki Onqoy (Ética III). Dos años después el cuarto libro Ética: Albus, luego El modelo del teorema (1997), Ensayo sobre ingeniería (2001), Apología pro-totalidad (2002); y establecido permanentemente en el distrito de La Molina, en Lima, se publicaron Teorema de Yu (2004), hermoso poema constituido por 365 versos en composición alejandrina, que equivalen a los 365 días que le toma a la Tierra dar la vuelta alrededor del Sol, Yachay Hanay (2006), Teoría de los cambios (2009) y la novela Teorema del anarquista ilustrado (2009). Actualmente aún está a la espera de un editor que asuma el reto de publicar Ética en un solo volumen compilatorio.

En el año 2008 fue distinguido con el grado de doctor honoris causa por la Universidad Latinoamericana de la Investigación

ENSAYANDO UNA DEFINICIÓN
¿Pero quién es Enrique Verástegui?, le preguntaron en una entrevista: “una literatura” respondió sin titubear. Y es que desde sus inicios en 1970, junto a Jorge Pimentel y Juan Ramírez Ruiz, en Hora Zero, grupo poético y de connotaciones políticas (con un discurso vinculado a la izquierda), Verástegui mostró su gran talento, convirtiéndose pronto en la voz cantante de su generación. Su primera entrega, En los extramuros del mundo, que según el escritor peruano Fernando Ampuero fue “una bola de fuego en el corazón de sus contemporáneos”, remeció el ambiente literario de esos años, catapultando la fama de Verástegui a la calidad de genio, de acuerdo al calificativo del poeta Juan Gonzalo Rose.

Para Ricardo González Vigil, la obra verasteguiana se encuentra a la altura de Dante y su Divina Comedia. Y es que Verástegui, que le dedica a la escritura alrededor de 8 horas diarias, desarrolla su obra a través de tres ejes básicos que él mismo reconoce como su disciplina de trabajo: el espacio de la cultura, el espacio de la urbe, y el espacio de su propia experiencia.

En el espacio de la cultura encontramos su trabajo en las bibliotecas del mundo, y más precisamente en las lecturas de escritores como Lezama Lima, Kafka, Joyce, Cavafis, Sartre, a poetas como Li Po, Pound, Oquendo de Amat, Martín Adán, y entre otras personalidades a Carlos Marx, Einstein, Wiggenstein, para citar unos ejemplos.

Sobre el espacio de la urbe se despliega el trabajo de campo. Se cuentan para ello los parques, los amores solapados o perdidos; las calles de Lima, París, Barcelona o Cañete; la gente, su neurosis, y sus coloquios: el común intercambio de palabras dentro de una conversación cualquiera, pero que para Verástegui representa una de las experiencias más ricas en contenidos poetizables.

Ahora bien, el espacio de la experiencia personal es el resultado de la constatación de los dos anteriores. La atalaya en que se alza la escritura del poeta: “la exacta resonancia de la llagadura hecha palabra”, según Alonso La Torre.

LA MATEMÁTICA TOTAL DE VERÁSTEGUI
Para Verástegui la utilización de fórmulas matemáticas y diagramas de flujo en la construcción de sus textos, lo mismo que palabras, equivale a la actitud que deben asumir los escritores y poetas en la actualidad. No se extingue, como habían presumido los postmodernistas, la poesía con el avance científico, al contrario, ésta se fortalece con y en las nuevas tecnologías; se renueva, como un ave fénix, constantemente.

Verástegui ha tratado siempre de hacer una poética personal, que refleje sus intereses, que no son otros que los ideales de libertad, de conocimiento, de vida y de justicia; ideales que artísticamente se expresan en una estructura fielmente vinculada al concepto de perfección. Perfección entendida como belleza.

"Ahora concibo la poesía como una cuestión de tecnología, y antes la concebía como un proceso dialéctico de producción de signos de lenguaje”, afirma Verástegui. En ese afán es que el poeta logra fundar su teoría integral. En ese afán, que vincula la literatura con la economía y la filosofía, la física nuclear y la historia, con el cine, el ensayo con el poema, y el poema con la lógica moderna. Poetizar equivale para Verástegui a fusionar la matemática con la creación verbal, en pos de un objetivo supremo: totalizar el conocimiento humano.

San Juan de Lurigancho, abril de 2010.


BONUS TRACK:
Enrique Verástegui responde

¿Por qué escribe?
Escribo poesía para darle un sentido a mi vida pero también puedo escribir novelas o ensayos para recrearme en las situaciones procelosas de la historia.

Al momento de sentarse a escribir, ¿necesita estar en un estado especial?
Me siento a escribir por el impulso de sentarme a escribir, y así puedo estar horas, días, años, o décadas.

¿Cree que la poesía es algo que a uno le sucede?
La poesía es una visión sagrada, es salirse de lo rutinario, encontrarse con lo nuevo en la mecánica de lo cotidiano.

Para algunos la poesía que usted escribe es demasiado críptica, alguien decía por ahí que Enrique Verástegui escribe para sí mismo.
Creo que en el extranjero me comprenden mejor, pues en una página web se dice lo siguiente de mí: “a través del tiempo ha ido desarrollado una lírica heterodoxa, iconoclasta, dejándolo a merced de los que lo califiquen como vanguardista pero que ni aún así logran comprender toda su obra”.

Después de una treintena de publicaciones, entre plaquetas, folletos y libros, ¿cuál cree que es el aporte de Enrique Verástegui a la poesía peruana?
Creo que el aporte de mi persona a la poesía peruana es el proyecto de ÉTICA, un megaproyecto para un país no acostumbrado a estas cosas. Así, me ha tocado inaugurar lo mejor de nuestra historia a mí, sin quererlo.

¿Cómo ve la poesía actualmente?
Me gusta leer a los jóvenes porque tienen la inocencia de la juventud, mi misma hija, Vanessa, que es arqueóloga y antropóloga, escribe con esa inocencia.

Finalmente, ¿en qué proyectos está trabajando?
Estoy considerando si publicar en un solo libro los ensayos de El SABER DE LAS ROSAS, o si publicar en libro aparte mis trabajos sobre poesía peruana del siglo XX.


Juan Pablo Mejía (Lima, 1982). Comunicador Social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Dirige el sello “Paracaídas Editores”. Ha organizado concursos, encuentros literarios y recitales poéticos junto al Grupo Cultural “Nudo de Voces”, del cual forma parte. Poemas suyos aparecen publicados en diversas revistas y blogs de Literatura, así como en las muestras colectivas “Nudo” (2007), “Caja de Typos” (2007), “Cuatro” (2009) y “La imagen de las palabras (2009)”. Antologado en “Poesía Perú S. XXI: 60 Poetas Peruanos Contemporáneos” (2007). Publicó con editorial Dragostea “Balada de la piedra que canta” (Arequipa, 2009), su primer libro.

Fuente: OHCULTOS

martes, 27 de abril de 2010

Manifiesto Universal de Poetas del Mundo. Luis Arias Manzo, Feliciano Mejía Hidalgo y Luis Gilberto Caraballo

Con mucha satisfacción posteo MANIFIESTO UNIVERSAL DE POETAS DEL MUNDO. Envío hecho por nuestros amigos Feliciano Mejía Hidalgo y Luis Arias Manzo (peruano y chileno, respectivamente), dos voces poéticas de gran valía internacional, representantes tesoneros y de gran persistencia en la difusión cultural del Movimiento POETAS DEL MUNDO, del cual soy representante en la Región Lambayeque bajo la denominación de Cónsul (como se especifica en documento publicado por el movimiento el 22 de enero de 2009).

POETAS DEL MUNDO es una institución que pretende convertir la voz poética en una fuerza mundial. Fuerza que busque influir en el destino de la humanidad y en el mejoramiento del planeta, teniendo como constante en sus mensajes la proclama de libertad, igualdad y justicia. No es una institución clásica. No una institución que se haya constituido en cómodas oficinas ni en magnos escritorios. Es un grupo de poetas que no están ligados a gobierno alguno, mucho menos a instituciones políticas y/o religiosas. Es decir, mantienen independencia y son autofinanciados.

Por eso, bajo todas las nobles causas, la convocatoria o el llamado general que este grupo internacional de poetas hace, es el siguiente:

Poeta, si conoces los objetivos de nuestro Movimiento POETAS DEL MUNDO, al igual que nuestro “Manifiesto Universal”, y quisieras ser fiel a tus compromisos, nosotros te recibimos como uno de nuestros hermanos en tu pasión por cambiar el mundo y que tu palabra, como manifestación suprema de tu arte, sea la llave para cambiar el mundo y la historia.
Para su entera lectura, a continuación, el manifiesto.

MANIFIESTO UNIVERSAL de POETAS DEL MUNDO


Poetas del Mundo, ha llegado el instante en que debemos unir las fuerzas para defender la continuidad de la vida: Somos los Guerreros de la Paz y los Mensajeros de una nueva etapa en la Humanidad. Somos los Poetas de la Luz, y la Luz es el vehículo que nos conduce a la convocatoria que por ningún motivo debemos dejar de asistir. Vivimos actualmente el proceso de muerte de una etapa degenerada y el nacimiento de una NUEVA ERA en que el poeta tiene un rol determinante que jugar.

La humanidad vive tiempos decisivos para su sobre-vivencia: sigue con dirección hacia el precipicio que la conduce a la extinción o cambia de timón fijando trayectoria hacia la superación colectiva que le asegure larga subsistencia.

Desde los tiempos más remotos que el hombre recuerde, la existencia humana se ha visto confrontada a coexistir con los medios ambientales, los que le aseguraron, y le siguen asegurando, la posibilidad de vivir. Pero al mismo tiempo y paradójicamente, el hombre en su afán de ser más, de crecer y crecer, ha ido deteriorando el planeta hasta llevarlo a límites que ponen en peligro la posibilidad de seguir existiendo como especie. Si el hombre no cambia de rumbo, ¡Y AHORA!, las próximas generaciones tendrán sólidas razones para odiarnos.

Por otro lado, en este mismo contexto de querer ser siempre MÁS, no sólo se usan los medios materiales del planeta para crecer y subsistir, sino que también los medios humanos, arrastrándonos a la despiadada y criminal competencia entre los hombres a tal punto que hoy nos estamos matando entre nosotros mismos para existir, para crecer o simplemente para decir: SOY, esto o lo otro, pero ¡SOY! o soy más que tú…

Así como deterioramos el planeta constantemente con el uso abusivo de los recursos naturales y humanos, así se construyen armas de destrucción a gran escala, capaces de destruir toda la humanidad en pocas horas, y la supremacía del poder se concentra siempre en las mismas manos, en lo que hoy conocemos como Imperio[s].

Pero no todo es negativo, porque el caos moral, el caos ético, el caos político [guerras infames], el caos económico [cosas absurdas] no son sino manifestaciones del PARTO DE LA HISTORIA como cuando una mujer da a luz un niño; muere una etapa y surge otra de su seno.

1. Frente a este afán de dominio absoluto que nos podría llevar inevitablemente a la autodestrucción y ante tanta barbaridad. Y a la luz de los nuevos tiempos que se anuncian, Los Poetas del Mundo emprendemos el camino de la protesta, por un lado, y de la construcción de un nuevo amanecer, por otro, que conduce a la liberación definitiva del hombre.

2. Los Poetas del Mundo, no todos, sólo los Poetas del Mundo, porque no todos los poetas del mundo estamos dispuestos a decir: no soy, SOMOS. Los que estamos dispuestos a abandonar el EGO que nos está matando y somos capaces de mirarnos en IGUALDAD, iniciamos la cabalgata colectiva a través del mundo y ponemos el arte de la poesía al servicio de la humanidad.

3. Ser poeta no significa sólo escribir bella poesía, sino que VIVIRLA, y vivirla no significa sólo sentirla, sino que practicarla, y practicarla es una cosa de todos los días, de siempre mientras tenemos cabeza para pensar y corazón para sentir.

4. Ser Poeta del Mundo es algo más difícil todavía, ser Poeta del Mundo es asumir este manifiesto en su parte esencial; es asumir la defensa de la vida, del amor, de la diversidad, de la libertad y ser capaz de decir: doy mi vida por la VIDA, aunque amo mi vida. Por eso es que decimos BASTA de estupideces, BASTA de EGOS que no contribuyen al crecimiento colectivo, ni personal, y ponemos el arte de la poesía al servicio de la existencia humana.

5. Ser Poeta del Mundo es ser un guerrero, o una guerrera, que cabalga por las llanuras de la existencia humana, como lo hizo desde la noche de los tiempos, en busca de la perfección y del crecimiento lícito de la vida, mientras se vive con los ropajes y las condiciones que tenemos para hacerlo. Es por eso que no seremos pasivos ante los crímenes que se cometen día a día en nombre de la libertad, levantaremos nuestra voz como un rayo de luz y haremos temblar al cobarde, porque la palabra la convertiremos en la mejor arma que el asesino haya conocido a lo largo y ancho de la historia.

6. Reconocemos el valioso aporte de los poetas del mundo al crecimiento de la humanidad a través de los siglos. Aquellos que dejaron su nombre estampado en los centenarios libros de la historia universal y en la memoria colectiva de los hombres, y también reconocemos el aporte de los anónimos poetas que pasaron por la tierra cumpliendo con misiones legendarias a través de los tiempos. Creemos en el valor que significaron esas majestuosas contribuciones para sus tiempos, incluso para hoy, pero estamos en el umbral de una nueva etapa para la humanidad, y además, los Poetas del Mundo del siglo XXI no nos queremos enredar con el pasado para mejor mirar el presente y el futuro. Los Poetas del Mundo de este siglo estamos llamados a ser creativos para con imaginación encontrar las respuestas y explicaciones que HOY la humanidad reclama a gritos ante el evidente descalabro que estamos viviendo.

7. Los Poetas del Mundo nos declaramos todos iguales, los consagrados y los menos conocidos, los famosos y los anónimos, los ricos y los pobres, los blancos y los negros, los mestizos y los amarillos, siempre y cuando se sitúen a este lado de la vida; empuñando las mismas espadas para combatir lo que mata la vida, luchando codo a codo tras la misma barricada para defender la JUSTICIA [única para todos], la IGUALDAD [efectiva entre todos los habitantes de la tierra], la LIBERTAD [la verdadera, no la artificial] y el DERECHO de los pueblos a existir y vivir en paz.

8. Los Poetas del Mundo declararán cualquier espacio donde les toque estar o ser, como la arena propia para combatir el mal, ya sea en los grandes palacios del poder o en la mísera caverna de la urbe, en el césped donde labora el hombre de la tierra o en el fondo mismo de la mina donde escupe sangre el minero, pero el poeta no dejará de visitar ningún barrio para llevar la palabra, como si ésta fuese lluvia que cae sobre la tierra, haciendo ver un espectáculo de gracia, como si fueran flores para los ojos de la humanidad. El poeta será la luz que guía al guerrero como si fuera dunas en la oscuridad de la noche.

9. Los Poetas del Mundo nos declaramos pacifistas, pero ni cobardes ni pasivos; antibelicistas, pero de ninguna manera ingenuos. Sentimentalistas por naturaleza porque la expresión artística, la tinta de la escritura, es la sangre de nuestras almas. Vivimos atrapados por la embriaguez del encanto artístico, hasta el vértigo doloroso de la creación. Pero esta creación tendrá siempre un objetivo determinado: PERFECCIONAR LA VIDA, la nuestra [la individual], la de todos [en colectividad]. Somos pacifistas en busca de la paz universal, pero LA PAZ no viene por que sí, hay que ganársela, luchar por ella. Por ello somos Guerreros. Y la PAZ no será si no hay JUSTICIA. La PAZ sólo será cuando reine primero la justicia, porque ella sólo puede serla si es consecuencia, fruto de la justicia. Sino será lo que es ahora en el reinado de los Imperios: PAZ DE CEMENTERIO.

10. Para ser Poeta del Mundo hay que estar dispuesto a perfeccionarse siempre, a crecer en la diversidad y aceptar la pluralidad como aceptamos la complejidad de la existencia. En el batallón de los Poetas del Mundo habrá espacio siempre para luchar, ya sean creyentes o no creyentes, ateos o religiosos, justos o equivocados, pero de este lado de la VIDA; heterosexuales, bisexuales u homosexuales, pero amantes del AMOR noble; guerreros de antaño o combatientes modernos, pero siempre militantes del BIEN. La gran cadena humana que una al mundo, eslabón a eslabón, estará conformada por poetas repartidores de esperanzas y sonrisas en esta lucha que dura desde el alba de los tiempos.

11. El hombre buscará en un tercero sus culpas, nuestro reto es que cada quien se asuma en su esencia, bajo su propio espíritu, sin tener que acudir al tercero para acallar sus errores y derrotas. Nuestra esperanza es alzarnos por medio de la palabra , encender el verbo en los corazones de cada uno, el verso de las montañas, la noche sigilosa del alma, el envoltorio cuidadoso del vientre de la natura, ser vidente en la mañana, para que cada quien alce su alma con amor, con palabras. La poesía es del mundo y nos debemos a ella.

Poeta del Mundo,
¡Únete a esta batalla por la existencia humana!
¡Conviértete en el eslabón necesario para que continúe la VIDA!

Luis Arias Manzo
[Secretario General]

[Con la colaboración de Feliciano Mejía Hidalgo y Luis Gilberto Caraballo]

Santiago de Chile, diciembre 2005.

Poesía de Miércoles: Presentación de los poetas Robert Jara, Antonio Escobar, Martín Bringas y Mario Morquencho con CIUDADELIRIO


domingo, 25 de abril de 2010

Un arequipeño suelto en Francia. Poemas del peruano Porfirio Mamani Macedo

Agradecemos el envío y las palabras de nuestro amigo Porfirio Mamani Macedo, a la vez que saludamos desde esta no silenciosa tribuna virtual el trabajo literario que viene realizando en Francia.

A ti, amigo, nuestro abrazo fraterno y los mejores deseos de éxito.

PORFIRIO MAMANI MACEDO (Arequipa – Perú). Poeta y escritor radicado en París. Doctor en literatura por la Universidad La Sorbona. Ha publicado más de una docena de libros, entre poesía, cuento, novela y ensayo.

Ventana

Junto al mar una ventana para mirar el mar. Cae enlodada la noche. Enlodado también el corazón de un desconocido que se pregunta la hora, en alguna parte, presintiendo ya el día. Sus malogrados sueños, por las ruinosas calles, se inundan de pena y de dolor. Desesperados sus ojos a la mitad del día, se cierran para soportar el tiempo. El polvo se posa sobre su cuerpo mientras duerme. Al final del día, se sienta en una piedra huérfana, junto a un río. No quiere ver nada, pero ve a las dolidas aves que al crepúsculo se acercan. Mira también, en el reflejo del agua que recorre, entre las estrellas y la luna, su perfil desordenado, sus negros ojos que lo miran mirarse

La partida

He partido al otro lado del mar. No llevo ningún adiós en mi recuerdo. En la travesía, las aves, mis únicas compañeras de viaje, han preferido callar su canto. No sé nada de los días, aquellos que preceden y anteceden a las formas futuras. He presenciado el invierno. No he preguntado a nadie de la tierra a donde voy ni de la tierra que dejo. Sólo guardo un sueño debajo de una piedra, en el campo. Llevo este nombre que me han dado las aves al alejarme. Viaje, ya no nos alcanza la mano del olvido, aunque haya tempestad, en este vuelo que nunca esperemos, cruzar, como un viejo animal, el día. ¿Qué puedo decir de lo que soy? En alguna parte quedará mi cuerpo. No habrá fiesta, sólo en una piedra deforme, grabará, la tinta en la costra el nombre. Seguramente un día, no lejos de un allá, pernoctará, silenciosa y triste la lluvia. Un camino, ya herida la tierra, será el río. Amanecer que tanto el corazón suspira.

Viajera azul

Onel

Viajera celeste que en el fondo de la sima preparas tus nobles atuendos para encontrarte conmigo en el desierto. Yo siguiendo voy esta sombra que sale de mi cuerpo, por un camino que nadie ha frecuentado. Callados van mis ojos, callados los ruidos de mis pasos, sólo el polvo se levanta cuando paso. Cuando llego al pie de una montaña, voz y llanto de un niño golpea las rocas de polvo no cubiertas. No sé si alejando o acercando me voy de tu mirada, extranjera azul, tú que en alguna parte ya me esperas, como la oscuridad espera al día.

Viajera

¿De quién es la voz que allá tirita, de quién la sombra que doblada se queda en una esquina? Estira sus brazos como si hablara con el aire, mas el viento, mientras intenta dar un paso, de sus negros pelos hacia atrás lo jala. Sus piernas soñolientas, como pegadas a la tierra lo retienen, y sus ojos como desterrados paradigmas, miran la sombra extraña, que desde el fondo de la ruta le hace un gesto.

Onel

No sé si cruzar debo esta calle o la otra, viajera celeste, que pareces vigilar sin cuidado mi destino. Creo verte pero no te veo, es mi cansada memoria que confundiendo va los caminos y tu rostro. A veces siento frío, a veces duda y miedo cuando paso por lugares como éstos. Allá veo un niño arrastrando la basura que en el desierto encuentra. Alguien se le acerca y sólo mira piedras en sus manos. Sólo el niño me mira, y mirándome no quiere alejarse, pero se aleja.

Viajera

Hundiendo va sus pasos, ya en el polvo, ya en el barro que inunda su camino. Difícil ver su cara. Mas ese perfil me parece haberlo visto en alguna parte. ¿Quién entre todos podrá olvidar su herida? Cuando era niño lo vieron todos cruzar un río, y ya llevaba en la frente esa herida. Entonces sigue siendo él, la marchita hierba que nadie cuida.

Poema

Yo no soy otro que yo mismo. No sé si este amanecer me pertenece. Sin cuidado abro la ventana para ver el tiempo que hace afuera. Apenas me siento vivir y continúo, paso a paso hacia donde debe ser posiblemente mi fin o mi destino. Hay un pensamiento que me viene, me posee y me devuelve a la real circunstancia de mis ojos. Palpo mi existencia. La amargura de los días no me cuenta cómo he de saltar, evitar los obstáculos que me esperan. ¿Qué piedra o árbol distinguiré como única señal para encontrarte? Esta sed de tiempo me devora. Estiro mis brazos para alcanzar la rama que me salve y nada. Un día me ausentaré para siempre. Correré hacia los prados, hacia las dunas, hacia los mares. Buscaré el silencio y no lo encontraré. Mirando el alba me perderé en el crepúsculo del tiempo. Me olvidarán las hojas y no me olvidarán las raíces de las hojas. Yo no espero nada, yo no espero a nadie.

El hombre

No somos el silencio de nadie, tampoco el recuerdo que otros inventaron. Somos una piedra que talla el tiempo; un navío que en la mar se busca a sí mismo. Somos también la voz, el eco del desierto, los sueños que dejamos enterrados en un cerro. Hoy que miro mis manos, sorprendo a alguien que no soy yo, al otro, ese que soy yo mismo, ese que anda por las orillas de los ríos, aquel que se acerca como un mudo laberinto.

Más allá del umbral de la luz

¡Qué extraño es todo esto, noche, lejos de los umbrales de tu luz! Quisiera elevarme como las nubes, como las aves, como los cóndores que planean desde lo alto sus dominios. Ya no me tiembla la piel, ni el pensamiento me entrega a la fulgurante exigencia del olvido, ni al polvo. ¿Cómo podría ausentarme, noche, librarme de las cuerdas que me atan a tu vientre? No veo ninguna sombra definida en el oscuro sótano que me encierra. Mi retirada es próxima.

Dónde estás viajero?

Hacia dónde miraremos, cuando llegue el ardor que deseamos, viajero. Te has quedado, en alguna parte, oculto, para que yo más tarde, quizá, te encuentre. Mi único norte, es la saliva que trago cuando tengo hambre. Subo a las piedras para mirar el horizonte que me viene, mas no volteo para ver el que dejo. Por ahí me han preguntado de dónde vengo y la sola respuesta ha sido mi cuerpo y mi silencio. Me han dejado pasar la frontera. He llegado a un país muy grande, y más grande todavía. Sólo me queda buscarte viajero. Hace frío en el país donde me encuentro. No puedo preguntar nada, a la gente aquella, que no me mira pasar cuando paso, llevando en mis brazos, esta sola inquietud mía de animal abandonado. Serán todos así, me digo yo, serás tú, como ellos, viajero, cuando te encuentre? Para seguir, sólo me tengo a mí. Cuando estoy afuera, es como si no estuviera en ninguna parte. Qué otros caminos seguiré, qué otros me evitarán, para llegar al lugar donde vives, viajero azul. ¿Qué puedo decirte? Dame una señal para cruzar el campo, desierto que me trae más recuerdos amargos, y dar con el fin que me he propuesto. ¿Allí estarás tú? No quiero perder el tiempo que me queda.

sábado, 24 de abril de 2010

Cinco minicuentos del libro EKUÓREO en Con-fabulación Nº 131

Del libro Ekuóreo, compilado por Guillermo Bustamante Zamudio y Harold Kremer, extraemos a continuación 5 minificciones de este preciso y sorpresivo género que cuenta con numerosos cultores en Hispanoamérica. El libro fue publicado por la Universidad Pedagógica Nacional, de Bogotá.

LA CARRERA

Por: Andrés Elías Flórez
(Sahagún, 1950). Licenciado en filología e idiomas. Co-fundador del taller literario Contracartel de Bogotá. Su libro de minicuentos Viñetas de amor y de vida (1999) fue galardonado como el mejor libro de cuentos, según la Cámara Colombiana del Libro, en la XIII Feria Internacional del Libro (Bogotá, 2000).

El hombre empezó a correr por toda la calle y de pronto se detuvo para tratar de recordar hacia dónde corría; así que sin lograrlo siguió corriendo; durante toda su juventud no había dejado de correr; corría cuando salía del baño, corría cuando salía del colegio, corría cuando salía de cine, corría cuando salía del café y corría cuando entraba al baño, corría cuando entraba al colegio, corría cuando entraba al cine, corría cuando entraba al café; pero cuando llegó la hora del matrimonio y se encargó del hogar parecía que iba a dejar de correr; no obstante siguió corriendo; corría como huyendo de algo; de algo que le pisaba los talones; era como su propia sombra; el hombre corría cuando caminaba por la avenida, corría cuando doblaba por la esquina; corría cuando iba a tomar el bus y cuando lo tomaba se bajaba precipitadamente antes de llegar a su destino porque le parecía que corriendo llegaría primero; el hombre corría, corría, corría; llegaba al banco, llegaba al almacén, llegaba al supermercado, llegaba a la farmacia, llegaba al puesto de periódicos y volvía a correr para llegar a su casa; corría para realizar lo que no había realizado y corría cuando había realizado lo que deseaba realizar; corría con un propósito definido y corría sin un propósito por definir; corría cuando pensaba llegar primero que la mañana, corría cuando pensaba llegar primero que el mediodía, corría cuando pensaba llegar primero que la tarde, corría cuando pensaba llegar primero que la noche y volvía a correr cuando quería alcanzar la noche, la tarde, el mediodía y la mañana; corría a la salida de la casa, en la calle, en la carrera, en el ascensor, en el trabajo y al salir del ascensor, al tomar la carrera, la calle y al entrar a casa; corría para andar más aprisa; corría para llegar a tiempo a la oficina y corría para salir pronto de ella; corría para que el tiempo rindiera y corría para acabar con el tiempo; corría para que dieran las ocho y corría cuando pasaban las ocho; corría para acabar con la soledad y la angustia, y corría para que no llegara la soledad y la angustia; la vida le había alcanzado poco para correr; de manera que cuando presintió la muerte alcanzó rápidamente el ataúd que un día había traído corriendo a su casa previendo que no le alcanzaría el tiempo para esto y se acomodó dentro del cajón y antes de bajar la tapa y de morirse, le dijo a sus hijos que lo llevaran corriendo al cementerio; pero cuando salieron corriendo con el cadáver por toda la calle tuvieron que dejarlo a medio camino porque ya se había podrido.

LA FUGA

Por: Gabriel Alzate
(Medellín, 1951). Vive en Cali desde 1974. Ha sido finalista en varios concursos nacionales de cuento. Con Baile de máscaras ganó en 1985 el Premio Nacional de Novela «Ciudad de Pereira». En 1996 ganó el Premio «Jorge Isaacs», en la modalidad de cuento, con La hora del lobo. En el 2002 ganó el mismo premio, en la modalidad de novela, con Los viejos tienen que morirse. Y en 2006 ganó el Premio Nacional de novela ciudad de Bogotá, con El viajero en el umbral.

Un hombre decide huir. Se ha despertado un día cualquiera con la sensación de tener que huir. Sin embargo, no tiene qué temer: nadie lo acosa, no tiene enemigos —al menos en apariencia—, no sabe del desespero de las deudas. Afectos, de tenerlos, son conservables o, al menos, corren esa posibilidad. Sin embargo, siente la necesidad de huir. Se pregunta por qué ese impulso en él, por qué esa tendencia desesperante, compulsiva, tenaz. Piensa, vuelve sobre sus pensamientos continuamente: ha de huir. Es la única salida. Tiene que huir. Pero, ¿de qué?, ¿a dónde?, ¿cómo? Y en última instancia, ¿por qué huir?

Desesperado, acaso sin otra alternativa, inclina la cabeza contra los barrotes y llora.

DESTINITO FATAL

Por: Andrés Caicedo
(Cali, 1951 - Cali, 1977). Su obra es considerada como una de las más originales de la literatura colombiana. Lideró diferentes movimientos culturales como el grupo literario los Dialogantes, el Cineclub de Cali y la revista Ojo al Cine. En 1970 ganó el I Concurso Literario de Cuento de Caracas con su obra "Los dientes de caperucita", lo que le abriría las puertas a un reconocimiento intelectual. En su obra ¡Que viva la música! (publicada por Colcultura días después de su suicidio) asegura que vivir más de 25 años era una vergüenza. Contrario a la escuela del realismo mágico, se inspira en la realidad social.

A un hombrecito le gusta el cine y llega y funda un cine club y lo primero que hace es programar un ciclo larguísimo de películas de vampiros, desde Murnau y Dreyer hasta Fisher y este film que vio hace poco de Dan Curtis. Al principio hay mucha acogida y todo, el teatro se llena. Pero semana tras semana va bajando la audiencia. Como se sabe, el público cineclubista está compuesto en su mayoría por gente despistada que acude a ver acá “el cine de calidad” que no puede ver en los teatros cuando éstos sólo exhiben vaqueros y espías; imbéciles que abuchean una película de John Ford con John Wayne «porque el ejército de EE. UU. siempre mata muchos indios», que le dicen imbécil a Jerry Lewis. Esa gente cómo le va a coger la onda a los vampiros, no falta por allí uno que insulte al hombrecito del cine club por estar exhibiendo cosas de éstas cuando los estudiantes luchan en las calles, gente que únicamente sueña de noche y que siempre duerme bien y al otro día se despiertan y pueden hablar de amor, de papitas, de viajes, de política y cuando llegue la noche se ponen a soñar de lo mismo que han hablado durante todo el día. Pues bien, el hombrecito de nuestra historia comenzó a perder grandes cantidades de dinero, porque ya al final no iban más de l0 personas a sus películas de vampiros, 9, 8, 7, 6, 5, los últimos 4 empezaron a conversar, a contarse recuerdos, pasó el tiempo y uno de ellos se mudó a otra ciudad, otro amaneció un día muerto, uno se graduó de arquitecto y nunca más se lo volvió a ver por estas tierras.

El hecho es que el sábado 29 de septiembre de l97l el hombrecito encontró, al ir a introducir el último film del ciclo, que no había más que un espectador en la sala, allá detrás, en un rincón, mitad luz y mitad sombra.

El hombrecito iba a empezar a hablar de la película que amaba tanto, pero el Conde se paró de su butaca y le sonrió, y el hombrecito tuvo que bajar los ojos.

NOEL

Por: Juan Carlos Moyano Ortiz
(Bogotá, 1959). Actor y dramaturgo desde 1975. Trabajó con el Teatro Taller de Colombia: Cuando las marionetas hablaron (1975), El profesor Prometeo (1976), etc., y con los grupos Ensamblaje, Circo Invisible, Colectivo Teatral de Pasto, Frente de danza independiente del Ecuador, ha dirigido obras como Simbiosis (1985), Mayakovski, Poema trágico para circo y teatro (1986), Rumipamba, Epopeya fantástica del Valle de Atriz (1987), La tempestad (1988). En 1989, funda el Teatro Tierra. Dirige Memoria y olvido de Úrsula Iguarán (1991-92, Colectivo Cien años de soledad). Becas de creación Colcultura: La bruja o el sueño de las tormentas (1993), y Sexus (1995). Becas del IDCT: Los demonios (1997), La nueva prehistoria (1998). Últimamente ha montado: El nombre del mundo es bosque (1999), La historia de un caballo que era bien bonito (2003).

Nació cadáver. Envejeció con los años, poco a poco se le enderezó la columna vertebral, sanó del reumatismo y la piel se le fue templando en una sonrosada lisura.

Se acostó con bellas mujeres, triunfó en las apuestas hípicas, acertó el gordo en tres loterías y con habilidad postmatura ocupó importantes puestos en la administración del gobierno.

Sintió el amor entre las venas como una fría culebra que lo recorrió de pies a cabeza. Supo de las dichas de una amante niña, hasta cuando ella decidió abandonarlo: siendo una mujer adulta y él un chico de pocos años.

Antes de volver al vientre materno y asumir la movención renacuaja de un espermatozoide y ser la dicha y los espasmos de dos enamorados, grabó en su diminuto instinto el sonido de los gemiditos amorosos de su madre... en el mismo instante que un anticonceptivo pusiera fin a su proceso.

BUDA

Por: William Ospina
(Padua, Tolima, 1954). Se retiró de la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad Santiago de Cali (1975), para dedicarse al periodismo y la literatura; también trabajó en publicidad. Vivió en Europa de 1979 a 1981 y luego se radicó en Bogotá. En 1982 ganó el Premio Nacional de Ensayo de la Universidad de Nariño (Aurelio Arturo, la palabra del hombre). En 1986 publicó su primer poemario: Hilo de Arena. En 1993 fundó —junto a 10 profesionales de distintas áreas— la Revista Número. En 1992 obtuvo el primer Premio Nacional de Poesía del Instituto Colombiano de Cultura. En el año 2005 publicó su primera novela: Ursúa. Actualmente escribe una columna semanal en el diario El Espectador. Con su novela El país de la canela ganó el Premio Rómulo Gallegos (2009).

Buda le dijo al surtidor: «Yo soy un sabio y divino, pero tu generosidad es ilimitada. Hay más agua en tus entrañas que sabiduría en mi alma». Durante mucho tiempo el surtidor dejó de fluir, porque no quería ser más generoso que Buda. Cuando Buda lo supo, se conmovió y despertó una gran sed entre sus discípulos para que el surtidor pudiera prodigar sus aguas sin pena.


Cascahuesos Editores invita: Presentación del libro de cuentos CORTOMETRAJE de Yuri Vásquez en la Feria del Libro "Palacio de Gobierno"

Cascahuesos Editores tiene el agrado de invitarlo a la presentación del libro de cuentos Cortometraje del escritor arequipeño Yuri Vásquez, ganador de la VIII Bienal de Cuento «Premio COPÉ 1994» y finalista de la II Bienal de Novela «Premio COPÉ Internacional 2009».

La presentación y comentarios estarán a cargo de los escritores:
• José Donayre Hoefken
• Lenin Velarde Paredes
• José Luis Córdova

Lugar: Salón Túpac Amaru del Palacio de Gobierno
Día: domingo 25 de abril
Hora: 5:30 p.m.

El ingreso es totalmente libre, (no olvide llevar su DNI para poder ingresar).
Los esperamos.

Proyección de videos: Rocío Santillana en La Noche de los Cortos

Amigas, amigos, colegas
agradezco su asistencia y difusión.

Rocío.

Jaime Tranca de Literalgia entrevista a los Poetas del Asfalto

Hace unos días los poetas Luis “el primo” Mujica y Ricardo Vega Jaime “Richi Lakra”, me enviaron vía correo electrónico la entrevista que les hiciera Jaime Tranca para el colectivo Literalgia.

Una vez más la tozuda gente de Poetas del Asfalto dieron muestra de la brutal honestidad que siguen conservando celosamente y la infatigable labor que realizan desde hace 15 años, golpes aquellos que los sitúa (muy a pesar de sus opositores/detractores) en un lugar importante dentro de la poesía nacional contemporánea.

“Miserables, amarretes, hijos de puta, jodidos, maricones, cacaneros, prostibularios” poetas por sobre todo: vivenciales, duros, irreverentes, incorregibles, sarcásticos, irónicos, sucios, iconoclastas… Así se les quiere. Se reconoce en ellos, entes disímiles, esa posibilidad que se reclama también en la vida escrita.

Poetas desinteresados en la difusión literaria… dejan entrever en esta interesante entrevista su lado lúcido desde una locura que desenmascara la realidad, lejos de todo silencio inútil (existe el útil) e imponiendo como único canon el de la libertad.

Poesía por la Poesía. ¡Que exista siempre eso!
.
Abrazos fraternos Poetas del Asfalto.





CIUDADELIRIO, poemario de Mario Morquencho (Sol negro Editores, 2010)

La obra
A veces los poetas olvidamos que la realidad es parte vital de la ilusión. Mario no, él contempla y luego sabe, transforma en conocimiento lo observado, lo registra en versos que nos golpean el rostro y que luego nos consuelan. Nos muestra la ciudad en un tour humano donde las veredas dejan de ser asfalto para convertirse en piel. Lima, la gris y terrible Lima, puede difuminarse hasta el blanco más puro u oscurecerse al vacío total.

Ciudadelirio es la reflexión del que ve en las calles mucho más que peatones, restaurantes y jardines. Es ver el cielo preñado de sótanos, rostros que tienen rasgo de papel cansado, la mente convertida en un globo, el equilibrio de la nostalgia muy bien logrado.
(Karina Valcárcel)

Dos poemas de Ciudadelirio

La siete tres
Aquí hay rostros de todos los colores,
rostros de princesas sin príncipe,
de sirenas en un plato de mariscos,
de niños tristes y gomitas de dulce,
de góticos y siniestros laberintos azules,
rostros con labios de secretaria a minifalda
con senos y glúteos que desbordan
altísimos niveles de morbo,
rostros de viejas gordas y gruñonas,
de obesos sudorosos y calvos,
de bigotones, dormilones y viejos verdes,
rostros con ojos de fábrica,
con ojos de obrero mal pagado,
rostros de “periódico chicha”,
de edificios sucios e inhabitables,
de azoteas poco confiables e inaccesibles
de casas a medio construir y aún más invisibles,
rostros de publicidad barata en todos los rincones,
de un graffiti clandestino,
rostros que llevan una ecografía de día lunes,
rostros que putean a cualquier cosa,
rostros que tienen rasgo de papel cansado,
rostros de paisajes y planetas perdidos,
rostros presurosos por llegar a cualquier destino,
rostro de plazuelas fugaces, de óvalos jorobados,
de by pass rumiantes y vía expresa inacabable,
rostros de ventana de emergencia,
de boleto de pasaje arrugado en el bolsillo,
de chulío tramposo, de chofer nervioso,
de calcomanía sin sentido, de carteles de protesta,
de “Vamos a la huelga”, de “No al paro”, de “Sí a todo”,
rostros de postes tísicos y enfermos,
de semáforo indeciso, de señales sin destino,
de paraderos repletos de impuntualidades mutuas,
rostros para colgar estrellas,
para descolgar cometas,
para dibujar otra cosa que no sea un rostro,
rostros que se olvidan, que no se nombran
o no tienen descripción,
rostro de todos, con escenas rutinarias y repetitivas,
decadentes e irónicas,
de películas viejas y en estreno,
de lunes, martes, lunes, miércoles,
jueves, lunes, viernes, sábado
y domingo al fin tu rostro,
el mío, el de ellos,
el de todos.

Asesinato en la calle Omicrón
Lo he matado. Me he vengado de los meses de invisibilidad. De ser como cualquiera. De ir a trabajar un día como hoy, de estar afeitado y tener el cabello recortado, con el rostro impecable, el piqué y el pantalón de color azul pulcros y planchados, los zapatos negros brillantes como un charco que la lluvia ha creado en mis pies… y nunca olvidarme del fotocheck con mis 26 años encima y la cara de loco olvidado en la maquinaria cotidiana de las horas de ser un empleado con el sueldo mínimo.

Me he vengado de abrir la puerta y bajar las escaleras a las 7 y 30 de la mañana, de lunes a viernes, bajar las escaleras de fierro y en espiral todos los días sin tropezar siquiera porque salgo a las justas. Me he vengado de subir al bus de la rutina, del diario matutino, del noticiero de las 6 de la mañana, del gallo que sobrevive como un reloj en la azotea, del café con leche y la carretilla de la esquina.

Lo he matado con el cuchillo con que corto el pan y lo unto con mantequilla.¡En mis manos sangra cotidiano! La epilepsia, la agonía, la sangre por la boca, los ojos que se alejan de ser ojos, el rostro que se aleja de ser rostro.¡Lo he matado, estoy seguro!

Me he cansado de ver su rostro, de ver los restos inmóviles, la incertidumbre de la muerte y el crimen. He optado por envolverlo con los periódicos pasados, envolver los restos, al cadáver cotidiano envolverlo con las noticias de la semana pasada, con el suicidio de ayer en un hostal perdido en la bruma de la madrugada en Lima, envolver sus extremidades con el abuso policial y la corrupción de los ministerios y el puto sistema capitalista, envolver su dorso con las estadísticas económicas y las encuestas políticas, volverlo a envolver con la injusticia social, con los jubilados que mueren haciendo cola, con los enfermos y los niños que lo único que tienen en la vida es una enfermedad extraña que se llama olvido, con los jueces que se hacen ricos y los clérigos prostituyendo el paraíso. Los buenos son pocos y contaditos.

Después de envolver al cuerpo como una estatua de papel periódico, como una obra de arte de lo que lees antes de ir al trabajo o lo que ves en las noches antes de dormir, bien envuelto todo, cada uno de los cabellos, las uñas, los bellos sombríos, envuelto el reloj y la alarma, el tatuaje en el hombro, la cicatriz de la rodilla, los pies, los caminos, la lagartija que le sale del sueño envuelto como un regalo y todo desaparecerlo dentro de una gran bolsa de plástico negra, canjearlo por una nube, por un día sólo conmigo mismo…
Lo he matado, sí
¡Lo he matado!
¡Lo he matado!

El cuchillo en la mesa viste bermejo
y baila tango…
baila tango el muy pendejo.

lunes, 19 de abril de 2010

HOY: Reconocimento a Ricardo Gonzáles Vigil en el Mes de las Letras Peruanas

RECONOCIMIENTO A GONZÁLEZ VIGIL

Fuente: Diario La Primera
18/04/2010

Mañana, a las 7:30 p.m., la Municipalidad de Magdalena en el Mes de las Letras Peruanas otorgará una distinción al poeta, crítico literario, docente y académico Ricardo González Vigil.

Siempre que se distingue a un escritor, a un artista o a un ciudadano por una ejemplar conducta ciudadana, se honra a la inteligencia, al talento y capacidad de trabajo de la sociedad a la que pertenece. Es por esa razón que al distinguirlo por los méritos que posee Ricardo González Vigil, la Municipalidad de Magdalena cumple un deber moral. La comuna realiza un merecido reconocimiento en vida al escritor, teniendo en cuenta el ejercicio de una crítica literaria creativa y una fecunda docencia universitaria.

En efecto, el lunes 19 la Municipalidad de Magdalena del Mar, al conmemorarse el Mes de las Letras Peruanas, otorgará una distinción especial a tan importante escritor. La mesa de honor estará integrada Rosa Quartara Carrión de Rúas, Dimas Arrieta y Alberto Mendoza. La parte musical estará a cargo de la cantautora Damaris, ganadora en el Festival de Viña del Mar y nominada al Premio Grammy latino.

Ricardo González Vigil (Lima, 1949), estudió secundaria en el colegio SS. CC. de La Recoleta y superiores en la Facultad de Literatura de la Pontifica Universidad Católica del Perú. Ha escrito crítica literaria en El Comercio, Correo y publicado varios libros de poesía: Llego hacia ti (1973), Silencio inverso (1978), A flor de mundo (1992), Génesis continuo (1997). También estudios críticos acerca del Inca Garcilaso de la Vega, Rubén Darío, César Vallejo y José María Arguedas. Fue incorporado a la Academia Peruana de la Lengua el 23 de mayo del 2001. Se trata en consecuencia de una personalidad literaria latinoamericana que sin duda recibirá otras distinciones más.

Esta acción de reconocimiento literario realiza anualmente la municipalidad de Magdalena del Mar, cuenta con la organización y conducción del poeta Carlos Zúñiga Segura. En años anteriores los poetas peruanos Carlos Germán Belli y Rosa Cerna Guardia recibieron tal distinción honorífica. La ceremonia se realizará en el local principal de la municipalidad, ubicada en la cuadra 35 de la avenida Brasil.

"Alcohol y literatura seguirán unidos de diversas formas". ALCOHOL Y LITERATURA: Las Musas Sedientas. Por la Universidad de Chile

ALCOHOL Y LITERATURA: Las Musas Sedientas

Universidad de Chile
Departamento de Pregrado
Cursos de Formación General


La relación fructífera entre alcohol y literatura, la que ha producido textos literarios de incuestionable calidad, es más bien nueva en términos históricos, pese a que ambos caminan de la mano desde Homero y la Biblia. Los primeros acercamientos realmente productivos e interesantes entre ambas áreas se dan en el siglo XIX, de la mano de autores como Baudelaire, Swinburne, Verlaine, o Thomas de Quincey (con sus Confesiones de un Comedor Inglés de Opio, 1821, más científicas que literarias, pero de vital importancia en esta materia) -y por supuesto, los maestros rusos como Dostoyevski y sus contemporáneos-, quienes veían en el alcohol –y, por extensión, en las drogas- una manera de expandir el horizonte creativo del autor, derribando los límites impuestos por la razón y entregándole una libertad creativa aún sin explorar y probablemente, muy fructífera. Para ellos, la creatividad florecía por completo cuando las constricciones que inhibían la vida diaria eran barridas por el efecto del alcohol, abriendo las ventanas del alma.

Pese a esto, la mayor influencia que el alcohol tendrá en la literatura, no será principalmente en Europa, ya que ahí nunca se llegará a dar de la forma como lo hizo en los Estados Unidos, país al cual los propios europeos se referían como la “República Alcohólica.”

Desde la misma fundación de las 13 colonias, el alcohol y su excesivo consumo fue una materia de preocupación para muchos de sus habitantes más conservadores, a tal punto que, como se sabe, a comienzos del siglo XX se prohibió durante un largo periodo, como una forma de evitar la bebida entre la población y como respuesta a la presión que la gran cantidad de grupos “pro-temperancia” (surgidos en el siglo inmediatamente anterior) venían ejerciendo hace más o menos cincuenta años.

Pese a estos esfuerzos, el alcohol se quedó para siempre “en la sangre” de los escritores norteamericanos. Como muestra, un botón: de sus 7 premios Nóbel, 5 de ellos eran alcohólicos (Sinclair Lewis, Eugene O’neill, Wiliam Faulkner, Ernest Hemingway y John Steinbeck) Otros autores, sin embargo, continuaron demostrando el hecho de que, aparentemente, el alcoholismo era la enfermedad de los escritores americanos; entre ellos conocidos escritores como: Jack London, F. S. Fitzgerald, Hart Crane, Thomas Wolfe, Dashiell Hammett, Djuna Barnes, Tennessee Williams, Carson McCullers, John Cheever, Truman Capote, Raymond Carver, Robert Lowell, etc.. La mayoría de ellos siempre creyendo, sinceramente, que la forma correcta de acercarse a las “musas” era bebiendo constantemente.

Aún cuando usualmente alcohol y drogas son un tema tabú y han sido ilegales a través del tiempo de diversas formas, las substancias adictivas sin embargo, son centrales en la cultura y la sociedad norteamericana, con lo que desde sus inicios establecen una de las ambigüedades más antiguas de ésta, en tanto las tabernas así como las iglesias, fueron pilares gemelos de la vida en comunidad de la América del siglo XVIII.

Alrededor de la década de 1820, por ejemplo, se comenzaron a publicar una serie de novelas conocidas como “ficción de temperancia”, la mayoría de ellas, con muy poco o ningún mérito literario, creadas exclusivamente para diseminar propaganda acerca de los males del alcohol en el hombre y para invitar a los bebedores a unirse a los diferentes grupos anti-alcohol que ya comenzaban a existir. (The American Temperance Union, por ejemplo). Estas historias seguían convenciones o formulas bastantes reconocibles. En general, trataban acerca de un joven inexperimentado que era seducido por la “corrupta y atractiva vida del bebedor”, o de un padre miserable que destruía a su familia física y económicamente. En la mayoría de ellas, también, el primer sorbo de licor conducía inexorablemente a la pobreza y a la muerte (en contraste con las concepciones del siglo XX acerca del alcohol, en el cual se le considera como una enfermedad, las historias de temperancia veían la ebriedad como un signo de debilidad moral y al bebedor como a un sujeto con una moral defectuosa).

La preocupación de estos grupos era justificada ya que se estima que, alrededor de 1830, el promedio de los americanos consumían el equivalente a más de 4 galones de alcohol absoluto por año (más o menos 15 litros), y las bebidas alcohólicas eran servidas, virtualmente en todos los eventos sociales de la época.

La ficción de temperancia, pese a sus poco méritos literarios, contribuyó, sin embargo, al “florecimiento” literario conocido como “Renacimiento Americano” (American Renaissance) que no es otra cosa, que la llegada del romanticismo europeo a América, en forma tardía.

De esta forma, durante estos años, se pueden distinguir mas o menos 4 tipos de discursos presentes en las lecturas de la población, relacionados con los estados de temperancia (según David Reynolds en “Black Cats and Delirium Tremens”):

1) EL DISCURSO CONVENCIONAL, donde la “literatura” presentaba exposiciones o ejemplos directos y didácticos contra el beber, enfatizando las recompensas de la virtud más que los brutales resultados del vicio. Desarrollado en periódicos y novelas de la década de 1820, arraigados fuertemente en las zonas con presencia evangélica, declinó hacia 1830 y especialmente en 1840.
.
2) LA TEMPERANCIA OSCURA: íntimamente ligado al movimiento de los Washingtonians –uno de los grupos anti-alcohol de la época-, su mensaje estaba vertido en historias sensacionalistas y recreativas acerca de los horrores de la bebida, teniendo en los <> una de sus imágenes preferidas y casi obligatorias a la hora de escribir una novela. Además, ponía énfasis en el comportamiento patológico y en las enfermedades psicológicas asociadas al alcoholismo en la época.
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3) EL MODO IRÓNICO: aparecido como corolario del discurso anterior, ponía énfasis en las supuestas virtudes de los reformadores pro-temperancia, cuyo doble discurso los sorprendía envueltos en derroches contrarios a la moral de la época o el libertinaje a escondidas.
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4) LA RECONSTRUCCION TRASCENDENTALISTA DE LA TEMPERANCIA: de la mano de Thoreau, Whitman, y Emily Dickinson, entre otros, aunque no públicamente, este discurso consistía en imágenes que contenían versiones afirmativas o individuales del alcohol, por medio del cual, se exponían las fallas o ironías de los “reformistas” ya mencionados, pero que pretendían redirigir la temperancia, asociándola con cosas positivas como la vida racional y las revelaciones de la belleza de la naturaleza.

Es en este contexto en donde aparecen algunas obras con un real mérito literario, entra las cuales están “El gato Negro” y “El Barril del amontillado” de Edgar Allan Poe, algunos sketches escritos por Nathaniel Hawthorne (“A Rill from a Town Pump”) y referencias en obras tan importantes como Moby Dick o los poemas de Emily Dickinson (entre ellos, sus poemas 132, 214, 230, 490, 726, 818, 1628, 1645); siendo claro que todos los grandes escritores de la época, fueron de una u otra manera, influenciados por los movimientos pro-temperancia y por encima de todo, por los diversos tipos y diversas evoluciones que tuvieron sus diferentes discursos.

Edgar Allan Poe, por ejemplo, utiliza los recursos de la temperancia oscura como una manera de indagar mentes criminales. Para Herman Melville, los discursos irónicos y oscuros eran paradigmas culturales útiles mediante los cuales se sumergió en la duplicidad y en la ambigüedad humana. Hawthorne, exploró las paradojas al interior de la temperancia oscura y del modo irónico. Emerson, Thoreau, y Whitman se movieron más allá de lo que veían en los reformistas pro-temperancia hacia una redefinición de ésta, por medio de la imaginación, introduciendo un proceso de transformación literaria que E. Dickinson también usó.

Con el auge y la decadencia de los the Washingtonian Meetings (entre los años 1840 y 1850, aproximadamente), en los cuales, el principal problema existente eran los dobles discursos de sus oradores (la sobriedad era promovida por personajes que bebían tanto o más que aquellos a quienes señalaban como ebrios), la respuesta por parte de los intelectuales ponía especial énfasis en las raíces de la nación: el hecho de que tanto la revolución americana como la Declaración de la Independencia se habían hecho para asegurar la libertad de elegir, establecía a los movimientos de temperancia como conflictivos con la identidad fundacional americana.

De esta manera, la ficción de temperancia “evolucionó” al presentar versiones paralelas de esclavitud y también, al comenzar a utilizar el discurso sensacionalista de los diferentes movimientos de la época, para atraer la atención de sus (incautos) lectores. Así, por ejemplo, para los abolicionistas, la esclavitud de los afro americanos era metafóricamente paralela a la esclavitud del borracho con su botella. Para las feministas, la injusticia del hombre para con la mujer era usualmente representada con la imagen de la mujer oprimida y brutalizada por un marido ebrio del cual ella no podía escapar debido a las dificultades legales de un divorcio.

Sin embargo, al manipular populares imágenes del discurso pro-temperancia e infundirles originalidad, los grandes escritores del “Renacimiento Americano” transformaron el entusiasmo popular, que ya se había vuelto muy problemático en los años posteriores a 1850, creando una abundante fuente literaria que mejoraría con el tiempo.

EL SIGLO XX:
La influencia del alcohol en la literatura y en la sociedad continuó creciendo y alimentando a Estados Unidos hasta comienzos del siglo XX, en donde encontrará lo que probablemente fue su máxima expresión, con la llamada “Generación Perdida” (the Lost Generation, 1909-1921), la que más tarde también se conoció como la “Generación Húmeda o Mojada” (the Wet Generation).

La prohibición de comercializar alcohol que se impuso durante estos años en el país tuvo, sin lugar a dudas, el efecto contrario al deseado, simplemente por el hecho de que al convertirse en algo ilícito, el beber tomó un importancia singular que significaba desafiar a la Prohibición transformándose en un signo de solidaridad con la naciente resistencia de la generación, en contra del “Puritanismo,” aún preponderante. La particular reverencia que se sentía por las bebidas fuertes se debía al hecho de que se consideraba al alcohol tanto como un símbolo de una causa sagrada como el derecho propio al placer.

Autores como William Faulkner, Francis Scott Fitzgerald y Ernest Hemigway, por medio de, entre otras cosas, su éxito comercial, hicieron que la influencia de esta generación sobre la cultura americana fuera fundamental e indeleble. Las ideas y actitudes “modernas” de sus personajes, hicieron que el “beber mucho” fuera un signo de estilo, lo que creó una asociación entre lo moderno y el alcohol en el inconsciente colectivo. Ellos crearon una literatura que se definió como “la retórica auténtica del verdadero borracho, sus oscuridades e ironías, su tristeza universal, el último llamado del desastre rompiéndose extáticamente sobre un paisaje falleciente.” Sin embargo, más allá de estos conceptos, el alcohol en la vida de estos escritores jugó un papel muy poco placentero y, peor aún, minó progresivamente la calidad de sus obras, muy al contrario de lo que el mito en torno a ellos y su afición por el alcohol, se encargaría de preservar.

Para Faulkner (1897-1962), por ejemplo, la “civilización comienza con la destilación.” Sus obras escritas con posterioridad al año 1942 no alcanza nunca la calidad existente en sus primeras obras entre las cuales están: Soldiers Pay (1926), Sartoris (1929), El Sonido y la Furia (1929), Mientras Agonizo (1930), Santuario (1931), Luz de Agosto (1932), Pylon (1935), Absolom, Absolom! (1936) y Las Palmeras Salvajes (1939). Al escribir Absolom, Absolom!, por ejemplo, Faulkner bebía 2 ó 3 tragos antes de cenar, incluso llegando a 4 ó 5 cada unos cuanto meses, para luego, una o dos noches después, retomar su vieja costumbre de tomar un “trago al despertar” y luego seguir bebiendo durante la mañana, durante la tarde, durante la noche, perdiendo el control y terminando en una clínica de recuperación (en su peor época, bebía alrededor de 23 martinis diarios). Usando su conocimiento-de-primera-mano acerca del alcohol, escribió bastante poco sobre grandes bebedores, prefiriendo, en cambio, instalar al lector dentro de la mente del ebrio. A medida que el alcohol fue tomando el control de su cuerpo, Faulkner fue perdiendo su capacidad de reproducir el estilo que lo había hecho ser admirado por el público de la época, y sus obras no pudieron nunca recuperar el vigor y las imágenes de sus primeros años.

Francis Scott Fitzgerald (1853-1940), por su parte, más allá de su estilo literario, ofreció a sus lectores algo completamente nuevo en la década de 1920: jóvenes mujeres que fumaban cigarrillos, bebían cocktails y se permitían a si mismas ser besadas por muchos muchachos. Sus principales obras, antes de que el alcohol le haga imposible distinguir una buena historia de una mala, son This Side of Paradise (1920), The Beatiful and the Damned (1922) y el Grant Gatzby (1925). En The Beatiful and the Damned, su héroe, Anthony Parch, se convierte en alcohólico, debido a “su deseo de mantener la vieja ilusión de que la verdad y la belleza están de alguna manera unidas.”. Durante estas décadas (1920-1930) el beber grandes cantidades era reconocido por muchos como una señal inequívoca de dedicación al arte lo que reforzaba la expresión “buenos escritores son escritores bebedores” (good writers are drinking writers). Sin embargo, Fitzgerald había estado muriendo como escritor desde el año 1933 (tuvo 2 internaciones en el hospital ese año, 2 en 1934 y 4 entre 1935 y 1936), el mismo tipo de declive literario que sufrió Faulkner después de 1942. (Entre 1935 y 1936, Fitzgerald bebía entre 20 y 30 botellas de cerveza para poder continuar escribiendo, con lo que obviamente, había perdido cualquier capacidad de auto crítica en torno a sus creaciones).

Ernest Hemingway (1899-1961), mucho más resistente al alcohol que estos últimos, también terminó por arruinar su calidad literaria aún cuando, habiendo reconocido el efecto que éste tenía en su literatura, decidió abandonarlo, sin que volviera a recuperar su fuerza y estilo que lo habían consagrado. Sus mejores obras, escritas antes de los 40 años son: Men Without Women, (1927), Adiós a las Armas (1929), Muerte en la Tarde (1932), Winner Take Nothing (1933), Green Hills of Africa (1936), Tener y no Tener (1937) y Por quién Doblan las Campanas (1940). Él creía que beber era una habilidad que debía aprenderse, que tenía algo de gracia social, y que si uno era incapaz de hacerlo bien, no debía hacerlo. The Sun Also Rises, por ejemplo, era para Hemingway “un libro sobre algunos borrachos” y todos los capítulos de Paris era una Fiesta están regados de algún tipo de alcohol (la bebida, se puede decir, es el tema oculto del libro). Sin embargo, a comienzos de 1940 su salud comenzó a declinar ostensiblemente, lo que se refleja en sus insufribles obras posteriores como Islas en el Golfo (1970) o la “llorona” El Viejo y el Mar (1952) que, entre otras cosas, le hizo merecedor al premio Nóbel de 1953.

A partir de la década de 1940, lo que se conoció como “narrativa-de-recuperación”, que había comenzado con la publicación de The Lost Weekend por Charles Jackson (1944), sobrexcederá largamente la “narrativa-modernista-de-ebriedad.” En ésta novela, Jackson traía a colación sus propias experiencias como alcohólico así como también, la nueva forma de comprender este paradigma, ahora como una “enfermedad” más que como una señal del “temperamento moderno.”

Sin embargo la manera de acercarse al alcohol y a las drogas volverá a cambiar. A partir de Octubre de 1955, recuperarán la idea original de utilizarlas como forma de expandir la conciencia, retomando su concepción originaria: alcohol y las drogas, eran ahora, canales con los que también podía llegarse al conocimiento de las cosas. En esa fecha, en San Francisco, Allen Ginsberg leerá por primera vez Howl (Aullido) dando a luz a uno de los movimientos más magnéticos en la literatura norteamericana, el movimiento beat. Jack Kerouac, otro de los pilares del movimiento y que por supuesto estaba ebrio, describe este momento en Los vagabundos del Dharma. Entre sus miembros, Kerouac bebía y Neal Cassidy también. Todos fumaban marihuana o se volaban con benzedrina. W. Burroughs se inyectaba heroína. Mezclaban alcohol, drogas y cigarrillos. Salvo Burroughs, que desarrollará su propia teoría acerca de las drogas, el resto de ellos no quieren hacer experimentos con ellas, sino que con ellos mismos. La diferencia con sus “antecesores” románticos será el hecho de que para ellos, el beber no tiene valor en sí mismo, no tiene un sentido de mancomunión ni les interesa como hecho en sí. Toman lo que necesitan y lo que encuentran porque deben escribir y vivir, no porque deban describir lo que viven. Los beats no escribirán sobre las drogas. Se drogan, escriben y punto. Kerouac escribe los versos de Mexico City Blues fumando marihuana y tomando morfina, pero ello no se manifiesta mayormente en sus versos. Tristessa, la historia de su amor por una prostituta drogada, refleja el efecto de los cócteles cargados de bourbon y morfina, pero sólo como escenario de fondode su narración, al igual que en Los Subterráneos: para ellos, el alcohol y las drogas son Gasolina para la vida, gasolina para la escritura.

Con el tiempo, después, vendrán nombres como Charles Bukowski, que es mucho mejor bebedor que escritor o Raymond Carver, mucho mejor escritor que bebedor, tanto así, que es uno de los pocos que logra salir del alcoholismo, en sus últimos días, sin que el alcohol deje su huella indeleble en sus textos.

Sin embargo, la relación entre alcohol y la literatura no solo se limita a Estados Unidos ya que existen otros nombres que ahogaron su escritura en vasos de alcohol. Por ejemplo, está la figura de Malcolm Lowry (1909-1957, inglés), quien retrata de una manera lírica, objetiva e intensa las miserias y desdichas del alcoholismo, en la medida en que, para él, la literatura no era sino un espejo que le devolvía su propio reflejo. Es el paradigma del bebedor destruido por ser hombre y del hombre destruido por ser bebedor. Bajo el Volcán (1947), su obra maestra, es el resultado de su larga experiencia como borracho. También están sus poemas “Las Cantinas”, aparecidos póstumamente. Fue Lowry quien escribió: “Nuestro ideal de vida contiene una taberna”.

O el propio Dylan Thomas, que desde joven (17 años) cogió el hábito que lo llevaría a la muerte. Bebía muchísimo, como buen galés, para evitar el aburrimiento y la rutina que le perseguía como mal endémico; como se puede ver en “Un Sábado Caliente” de Retrato del Artista Cachorro. Sin embargo, D. Thomas siempre escribió sobrio y su relación con el alcohol no pasa por la literatura, sino que por su relación que tenía con la muerte, por medio de éste. Murió de una crisis etílica, por supuesto, después de ingerir 18 whiskys.

Como se puede ver, el mito del escritor alcohólico, ebrio de tanto vino como de “malditismo”, lo inventaron (y reinventan) aquellos que no distinguen una botella de un libro y para quienes beber supone de antemano, un aval de belleza, poesía y noche.

A partir de estas figuras, alcohol y literatura seguirán unidos de diversas formas, pero por sobre todo y a modo de conclusión, entregándonos disímiles obras literarias en cuanto a calidad.