miércoles, 17 de marzo de 2010

CUERVO ILUMINADO: Dossier de Poesía. Colección de Nueva Poesía Peruana

Cuervo iluminado es un fulgor en la sombra, un cuaderno abierto para todos, un camino señalado. Nuestra revista recoge un poema de cada autor de distintas partes del Perú, iniciando así esta aventura itinerante que consistirá en llevar nuevas voces hacia los distintos pueblos del territorio nacional. Asimismo, la presente edición, fuera de los lazos comunes de hermandad entre los artistas, nos da cuenta de una importante recopilación que, lejos de ser una antología, apuesta, sobre todo, por un trabajo continuo de acercarnos, de compartir experiencias y, de esta manera, mantener en vigencia el canto poético que siempre es importante para una constante sensibilización de humanidad. Un día en la vida, un poema en la vida, un nuevo paisaje por recorrer. ¡Salud poetas!

Pájaro en los cables Editores.

Poetas Participantes
Dossier de poesía Cuervo Iluminado. Febrero del 2010. Poetas participantes: Rocío Santillana (Lima), Paolo Astorga Requena (Lima), Jorge Alberto Flores (Junín), Cromwell Castillo Cabrejos (Lambayeque), Raúl Heraud Alcázar (Lima), Julio Armando Paredes ((Tarapoto), Favio Álvarez Ojeda (Lima), Gloria Dávila (Huánuco), Karina Moscoso (Lima), José Jiménez Cruz (Cajamarca), Anahí Vásquez de Velasco (Lima), Percy Lúber Ipanaqué (Pucallpa) , César Pineda Quilca (Lima), Walter Toscano (Chimbote), Charly Martínez Toledo (Lima) , Milagros Vara (Canta), Joe Montesinos Illesca (Lima), Galileo Acerbo (Huacho), Giancarlo Huapaya (Lima), David Orlando del Águila (Tarapoto), Eduardo Borjas (Lima) , Julio Benavides (Lima), Graciela R. Santos (Huancayo), Elizabeth Ttito Curasi (Lima), Wilver Moreno Tineo (Ayacucho), Roberto Salazar (Lima).

Algunos autores de Cuervo iluminado:

ROCÍO SANTILLANA (Lima)

Rompeolas
Sepultada
bajo preguntas de cemento arañé
respiraderos
y una lluvia de alfileres me atravesó.

Convertida hoy en torrente
arrastro cuerpos, rocas y existencias
desemboco
cada vez en un malecón distinto
para que todas las olas me empapen
precipitada
en el océano de mis piernas
donde quiero que tú
transeúnte
te bautices
y celebres conmigo
la respuesta a cada gota vertida de mí misma.

JORGE ALBERTO FLORES (Junín)

Infinito
.
.
.
Infinito
Infinito las estrellas
La montaña y la sombra
El atardecer y la lluvia; el ojo
Que mira mi mirada perdida
Infinito mi vientre y el dolor que siento
Que con un signo de interrogación agujera tu cabeza
Infinito tu pecho, tu pezón y tu lunar
Tu sonrisa, y tu amor a mi nada
Infinito todo. Infinito nada
Infinito tu rostro y las palabras
Los versos en el cuaderno
Tu cuerpo apretando mi cuerpo en las escaleras
Infinito tu muslo y tu sexo
Que duerme en mi pensamiento.
Infinito Dios
Infinito Dios
Infinito Dios
.
.
.

CROMWELL CASTILLO CABREJOS (Lambayeque)

Sucesión
En mí
hay otros que caminan hasta el final del día,
y toda escena diferente que originan
se parece a mí en lo insondable.
Frágil resonancia.
Después de toda puerta hay una puerta contenida,
y esta sucesión nos atormenta, nos obsesiona, nos hermetiza.
Tenaz lucha que no cabe en un espejo
(todo cabe pero nada se transporta).
Espaciosa orilla donde no me veo, ésta, la desconocida.
Pero todo nos incluye y soy otros igual que yo-mismo.
¿Qué otro en mí se podría mirar tanto como yo no?
Reflejo recurrente,
signo estancado,
imagen sublimada dentro de todas las preguntas,
me hallo, me invento, me ubico.
Entonces
¿Qué soy, o quiénes?

GLORIA DÁVILA (Huánuco)

Barro y sal
Tarde:
Te asomas y gritas a mil vientos
apenas tu rostro es noche
tu leve ronquido
tras el pórtico
se oye languideciendo
un hombre de sal quieres ser
cierro mis ojos al mundo y
sois eremita en mis pasos cedidos
que a exactitud de mujer en cintos
preñado de olores es viento de mi barro en tarima
que siente devorar un siglo en artesas
mientras susurras a oídos que sois:
eclipse lunar
nube herida
fuego de mi vientre que hierve
para el que no hay
asbesto que soporte.

PAOLO ASTORGA REQUENA (Lima)

Prisa para desencantarse
Siempre al borde de los que viven
Juan Carlos Baglietto


A pedazos como un ángel purificado en la soledad de los hoteles
un héroe de murales de carne desnuda
una plegaria imponente antes de estar al borde
de una sonrisa degollante,
sigiloso, sigilo, sigiloso cuchillo cobarde
entre venas repletas de escombros
capricho de fugitivo, de loco clausurando ataúdes
a pedazos como un niño dormido en cualquier esquina
hecho polvo cáustico de estrellas sin patria ni exilios
a veces, solo una copa de vino, la utopía de unas piernas
mendigando parques, la muerte que quiebra las monedas
mientras en su estómago aún guarda el amor del firmamento
en silencio, espantado de palacios, de ultramares, de titanes,
de vapor, de niebla, de oscurantismo y fagocitosis
qué anciano te dirá “abre las alas”
si lo que tienes en la espalda no son alas,
sino cartuchos de dinamita,
qué dirán tus padres cuando pases por la calle
y miren tu máscara conteniendo las razones
de tu última noche de amor
qué dirá tu mujer y tu filosofía
de ese desierto inmenso que no pudiste esconder en los bolsillos
qué serás cuando recién eclosionen las palomas de tu cráneo;
las quimeras de un sueño que engulle todo lo creado
acaso el rencor con el que tus ojos se sacian día a día
acaso solo te queda esta última trinchera
o el asco de ser nuevamente el hombre que mira sonriente
desde la otra orilla.

JOSÉ JIMÉNEZ CRUZ (Cajamarca)

Nunca
Nunca me alejo de este árbol,
un árbol caído, latente,
nunca me alejo de este árbol,
aunque corra sangre por mi pecho.
Debo llorar un pálido algarrobo,
debo llevar un río a su corona,
debo resguardar que la noche no lo lleve,
regarle hierro para siempre a sus raíces.
Nunca me alejo de este árbol,
porque escarabajos minuteros
desnudarán su ropa grisácea,
nunca me alejo de este árbol,
vendrá un tatuaje de mi agonía.
Ya todo sucedido.
Callejón anónimo siempre, escudo helado,
ya todo para nunca; huracán de luz,
mientras sombras escapan con alfileres.

PERCY LÚBER IPANAQUÉ (Pucallpa)

El jardinero de otoños
I
El mar destrozó mi corazón ante tu ausencia.
Ay, si vieras cómo se cae a pedazos mi pobre corazón y
se disuelve en el humo como un
pájaro de agua, como pájaro perdido entre la niebla.
Esta tristeza volvió mi corazón en el
pájaro solitario de aspavientos que
desde tu soledad te llama. Óyelo.
Él te llama desde
sus eternas soledades.
Él te llama desde el fondo marino,
desde el reflejo del cielo donde cree ver tu rostro como
espejo de agua, como espejo de viento.
En las blancas lejanías
él te ve sobre las olas del mar, ausente en las espumas.
Él te llama desde la tierra húmeda, en el ocaso donde
aún resuenan olas lejanas, lejanas:
¿Acaso jamás dejarán de destrozar mi corazón
hecho pedazos?

DAVID ORLANDO DEL ÁGUILA (Tarapoto)

Universo
Dios no existe en mi universo,
mi habitación. Todo es caos
desde el colgador hasta mis zapatos
viejos debajo de la cama, todo es caos.

Un pájaro muerto encontré en mi ventana,
no quiero saber lo que significa.
Y aunque la misma Muerte
se aparezca y duerma conmigo, tampoco
quisiera saber lo que significa.
Nada de augurios en mi habitación,
aquí no hay destino,
mi ventana es mi ventana, yo la rijo;
el pájaro es de otra estación,
de otro universo.

GALILEO ACERBO (Huacho)

Tengo un acordeón hecho de residuos,
con él puedo fluir

En el centro de la plaza San Martín
puedo crear melodías tan profundas
que ni las paredes pueden contener

El orine, el vómito, lo gris de sus anclas,
embelesen, fastidian al sol

Murallas que atrincheran tus labios,
y tú y yo acorralados después de ingerir nueve mil litros de
alcohol

Te encapsulas en mi cristal insonoro,
para morir lentamente, suavemente,
como si fuera tu ser mimado

Ni mi sombra es acariciada,
ni mi skin
ni mi sabor pegado al tuyo
ni la plastilina
ni nada
ni mucho
ni poco

No te pertenezco,
soy invisible,
como si el corazón latiera al compás de mis uñas…

RAÚL HERAUD ALCÁZAR (Lima)

El ilusionista
(Preludio)
Puedo encontrar en tu piel el signo suplicante de un moribundo
cayendo desde el cielo al estruendo persecutorio de tus días
recordando rostros huecos……..flores muertas
olvidando papeles incontables donde confundes
el significado de tu palabra insana

puedo entender el caos
el ojo vigilante
la tribu panóptica de la que te escondes a diario

el diván donde a gritos suplicas cordura
está plagada de trampas y cobayos
microchips con incisiones edípicas
tanáticas como las ideas que gobiernan tu mente

puedo verte huyendo con traje de demonio
máscara acorde con tu paranoia
con los fantasmas que cobran vida tras tus infinitos desvaríos

siempre habrán ojos delirantes………. …delusivos
carcajadas huecas en la soledad de tus noches
pánico nocturno de luces encendidas
ilusionistas de alas rotas
conspirando contra tu loca idea de cambiar el mundo

todo concuerda dramáticamente ángel caído

grito de voces calladas
aguardan a que comience el show.

WILVER MORENO TINEO (Ayacucho)

Grava sobre polvo
Espero. No importa el día ni las horas. Estoy viajando como quien se inmersa, como quien desde el filo de su abismo contempla su descomposición. Estoy vivo, estoy muriendo. Tengo la piel llena de arrugas, tengo el silencio como único refugio. El amor se ha estancado en mí, como la grava sobre el polvo. Estoy vivo. Estoy ardiendo como un pedazo de mal, como un pedazo de metal que se yergue sobre la tierra. Espero, contemplo mis manos que crepitan y se consumen prontamente. No tengo salidas. No tengo más que este cuerpo corrupto que se niega constantemente, que se rehúsa a verdecer. Estoy herido y no entiendo la luz que a veces creo vislumbrar cuando me siento menos, cuando creo tocar el fondo de mí mismo. El miedo se asienta bajo el vientre, sobre él. Ahora lo niego. Ruedo o me arrastro por las paredes que no creo, que no veo, ruedo por la tierra y me retuerzo en ella. Este camino y mis pies son lo mismo. No importa el tiempo ni el espacio, solo el cuerpo, la carroña que se mueve cada día.

GRACIELA SANTOS (Huancayo)

Viajar
(enero, febrero, siempre)

Cuando uno viaja siempre piensa en líneas, en líneas blancas como serpientes sobre la carretera, y sus formas discontinuas te van destrozando los recuerdos y las incertidumbres, mientras, auto, auto, camión y cruces pasan.

Me dices que te lleve alguna de esas cosas que no hay allá que son de acá, y acá no quieres, pero allá extrañas y son importantes, y yo no sé qué llevar. Me dices que no puedo llegar con las manos vacías. Y no te pregunto ¿vacías de qué?, si supieras que no hay nada en mí o mis maletas. Entonces, voy al mercado, compro un queso, lo envuelven entre papel periódico entre una bolsa negra y contenta lo lleno a mi maleta.
Ahora no tengo más manos vacías, tengo un queso en la maleta a un lado de mis preguntas, a la derecha del jabón.
***
Uno no viaja, uno huye,
uno no huye,
uno deja de ser en un lugar por un momento.

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