martes, 30 de marzo de 2010

A propósito de VOCES PARALELAS CONTRA LO SECO: AGUA y TRANSFIGURACIÓN O EL SONIDO de Cromwell Castillo. Por Roy Dávatoc

Foto: Caz(s)a de cuervos. Por Mireya Díaz
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En la vida y el amor soy un tipo que va por locaciones, que no precisa de sucursales para establecer una línea que puedo seguir sin romper el patrón por el cual suelo regirme al momento de tomar decisiones y/o dar mi opinión con respecto a lo que hago y leo, como es en este caso.

Cito la vida y el amor para hablar de la poética de Cromwell Castillo Cabrejos, porque en ambos casos me permito ver desde cualquier ángulo, analizar y tentar a dar mi breve opinión respecto a su obra.

La poesía de Castillo se deja observar de afuera hacia adentro: Análisis del hombre y todo el caos que lo habita.

Cromwell no se aparta del escrutinio como ser humano y se puede reflejar en un extracto de su poema 4:

“Más allá, en mí,

correspondo al impulso súbito
de parecer Agua:
Ella tiende a sublimarse;
yo asisto a esa evasión.”

Y en efecto; el poeta ve cómo algunas posibilidades se desvanecen; empero, parece que le gusta ir en contra de todas las opiniones con tal de alcanzar lo que anhela; no se rinde, no acepta el rechazo, porque hay en él una luz que lo incita a la lucha como bien lo describe en una parte de su poema 5:

“Sentado a su orilla,
he fijado en mí la fascinación de un pozo.
Es breve y minúsculo
en comparación con mis sueños,
excepto
cuando lanza variaciones semejantes
desde lo inalcanzable.
Tocar
por un instante sus designios,
es desfigurar con certeza
lo que aún no sé…”

Así pues, me responsabilizo de estas palabras al afirmar que, Cromwell trata de comprender los demonios que lo habitan y lo despojan de las cosas comunes.
Para ello cito un extracto de su poema Sucesión:

“En mí
hay otros que caminan hasta el final del día,
y toda escena diferente que originan
se parece a mí en lo insondable.”

Pero al poeta esto no le basta y reconoce ser parte y todo de algún cambio que espera y reclama. En su poema Transfiguración deja clara su palabra y lo que ella encierra:

“Para ser otro
me fijo la máscara de un hombre.
¿Qué podría decir ahora con esta máscara?
La distancia de mí hacia mí me hace ciego,
y en ti
nuestros ojos son distintos y multiplicados.”

Para finalizar cabe agregar que, aquel que se atreva a leer esta obra de Cromwell Castillo, tendrá el grato reencuentro consigo mismo, la luz, el caos y la propagación de su propio mal en todos los sentidos para vivir y convivir con ellos contenidos día a día.

Lima, 27 de Marzo de 2010.

Ganadores del Premio Copé Internacional 2009: Boris Espezúa Salmón y Sócrates Zuzunaga Huaita

Petróleos del Perú - PETROPERÚ S.A. se complace en anunciar a los ganadores de la XIV Bienal de Poesía y II Bienal de Novela «Premio Copé Internacional 2009».

XIV Bienal de Poesía

Premio Copé Oro
Poemario: «Gamaliel y el oráculo del agua»

Premio Copé Plata
Poemario: «Pequeño estudio sobre la muerte»

Premio Copé Plata
Carlos Rómulo Baldwin del Castillo
Poemario: «Epitafios»

Premio Copé Bronce
Luis Eduardo García López
Poemario: «La unidad de los contrarios»

Jurado Calificador:
Pedro Cateriano Delgado, PETROPERÚ S.A.
Carlos Germán Belli, Academia Peruana de la Lengua
Giovanna Pollarolo, Pontificia Universidad Católica del Perú
Arturo Corcuera Osores, Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Jaime Campodónico, Instituto Nacional de Cultura

II Bienal de Novela

Premio Copé Oro
Novela: «La noche y sus aullidos»

Jurado Calificador:
Fernando Ampuero, PETROPERÚ S.A.
Edgardo Rivera Martínez, Academia Peruana de la Lengua
Ricardo González Vigil, Pontificia Universidad Católica del Perú
Jorge Valenzuela Garcés, Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Marcel Velázquez, Instituto Nacional de Cultura

Petróleos del Perú agradece a todos los participantes por su vocación en la creación literaria y los insta a seguir participando en la versión «Premio Copé Internacional 2010».

Premiación de los ganadores de ambos concursos:
La premiación será el jueves 22 de abril de 2010 en el Auditorio de Petróleos del Perú a las 7:30 p.m.

*En la imagen: escritor ayacuchano Sócrates Zuzunaga y poeta puneño Boris Espezúa Salmón, ganadores del Premio Copé de Novela y Poesía 2009.

sábado, 27 de marzo de 2010

LECTURA NACIONAL DE POESÍA y presentación de CUERVO ILUMINADO: Integración de propuestas literarias en el Perú. A 36 días de realizado el evento

Por Cromwell Castillo Cabrejos
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Son treinta y seis días los que han pasado desde que se llevó a cabo LECTURA NACIONAL DE POESÍA y la presentación del dossier CUERVO ILUMINADO: COLECCIÓN DE NUEVA POESÍA PERUANA. Día significativo y enriquecedor en experiencias literarias. Día 19 de febrero, en el que jóvenes de distintas ciudades del Perú se dieron cita en la Casa de la Literatura Peruana, afirmando y estableciendo con su presencia los principios de esta iniciativa: Descentralizar la Poesía desde el mismo centro e integrar las propuestas literarias de los poetas peruanos de la Generación Cero, a la vez que constituir un llamado de atención para aquellos que aún tienen dormida la voz, dopados por el miedo y la falta de oportunidades.

Por ser un primer intento de convocatoria nacional para los organizadores, se esperaba (o, al menos, yo esperaba) algo muy modesto, con asistencia no tan generosa y con alguna plaqueta que colme la expectativa de un bolsillo no abundante ni medio pudiente. No se hubiera pedido más. Suficiente hubiera sido el abrazo general, la actitud de los participantes, el fervor por la Poesía; suficiente la amicalidad, el entusiasmo, la Poesía misma. Pero no, la fuerza mancomunada fue determinante. Se planeó todo como el crimen perfecto en una imaginación metódica. Hubo orden, armonía, justicia en el turno para cada poeta que correspondió con la solidez de sus versos, a la audiencia que se congregó aquella tarde.

Culpable de esta travesía necesaria es el joven poeta y promotor cultural César Pineda Quilca (Lima, 1980) quien apoyado de los perseverantes Raúl Heraud y Joe Montesinos (poeta y editor, respectivamente), hizo posible que esta iniciativa tenga el realce merecido. Pero habría que mencionar también el apoyo incondicional del Movimiento Literario Di-versos y de Pájaros en los cables Editores, quienes tuvieron constante participación en el desarrollo del recital y la elaboración del dossier de poesía Cuervo Iluminado.

Los poetas invitados a esta primera jornada sumamos el número de veintiséis: Rocío Santillana, Cromwell Castillo Cabrejos, Paolo Astorga Requena, Jorge Alberto Flores, Raúl Heraud Alcázar, Julio Armando Paredes, Favio Álvarez Ojeda, Gloria Dávila, Karina Moscoso, José Jiménez Cruz, Anahí Vásquez de Velasco, Percy Lúber Ipanaqué, César Pineda, Walter Toscano, Charly Martínez Toledo, Milagros Vara, Joe Montesinos Illesca, Galileo Acerbo, Giancarlo Huapaya, David Orlando del Águila, Eduardo Borjas, Julio Benavides, Graciela R. Santos, Elizabeth Ttito Curasi, Wilver Moreno Tineo y Roberto Salazar; de los cuales por cuestión del tiempo asignado por los directivos de la CLP, leímos solo dieciséis.

Las lecturas se dieron por grupos. Hubo cuatro participantes por turno en la mesa, leyendo un máximo de dos poemas. El mismo César Pineda fungió como presentador aquel día y un siempre histriónico Paolo Astorga dio la introducción al evento, que finalizaría, luego de las fotos y venta del dossier al público asistente, con una manifestación emotiva en el bar “Don Lucho”.

Si bien es cierto que cumplí ese día con todos los compromisos acordados con anticipación, no contaba con que el compromiso personal prolongaría mi estadía por seis días más en la gris y bella Lima. Allí encontraría a esa familia que siempre se anhela tener fuera de su ciudad natal, fuera del seno familiar consanguíneo. Doña Bertha Quilca y Jhovana acogieron a este Cuervo Iluminado que sueña, enhorabuena para la Literatura, con una Segunda Lectura Nacional de Poesía.
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¡Bienvenido Cuervo Iluminado 2!
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Algunos de los poetas convocados para el Recital Nacional: Charly Martínez, José Jiménez, Eduardo Borjas, César Pineda, Giancarlo Huapaya, Raúl Heraud, Paolo Astorga, Rocío Santillana, Galileo Acerbo, Joe Montesinos Illesca, Wilver Moreno Tineo, Milagros Vara, Anahí Vásquez de Velasco Zorrilla, Jorge Flores.

Paolo Astorga da la bienvenida al público y hace una amena introducción para dar inicio al evento.

Primera mesa: Raúl Heraud, Rocío Santillana, Joe Montesinos y Anahí Vásquez de Velasco.

Segunda mesa: Paolo Astorga, Milagros Vara, Giancarlo Huapaya y José Jiménez.
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Tercera mesa: Cromwell Castillo, Eduardo Borjas, Galileo Acerbo y Julio Paredes.
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Cuarta mesa: David del Águila, Wilver Moreno, Jorge Flores y Eliz Ttito.
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La gente que ama la poesía se dio cita al lugar.
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El público atento a las lecturas.
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Paolo Astorga e Isabel Flores en la venta del dossier.

viernes, 26 de marzo de 2010

Hoy, Recital de Poesía en el Bar Yacana. Invitada especial: Ana Montrosis (Chile)

Este Viernes 26 de Marzo a las 8 p.m.
Jirón de la Unión 892 /segundo piso (Lima centro)

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Patricia Colchado
Diego Lazarte
Gino Roldán
Anahí Vásquez de Velasco
Wilver Moreno Tineo
Miguel Coletti
Ana Montrosis (Chile)
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Se agradece la asistencia.

jueves, 25 de marzo de 2010

Masturbar bellezas: AMÓRFOR de Salomón Valderrama. Por Róger Santibáñez / Poemas del autor

Salomón Valderrama, autor de Amórfor (Sol negro Editores, 2008)
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La aventura neo-barroca del joven poeta peruano Salomón Valderrama brilla por todo lo alto en su breve manojo de poemas titulado Amórfor. Heredero de una tradición cuya cima parece ser Martín Adán, nuestro autor la maneja con osadía y originalidad, ya que no es fácil inmiscuirse en formas clásicas como el soneto, o el cuasi-soneto para el caso que nos ocupa, ya que Valderrama no sólo cumple el mandato de los dos cuartetos & dos tercetos que ordena el canon, sino que –a veces- caprichosamente agrega un verso más a las dos estrofas finales del texto, cuando no se explaya en rimadas secuencias a su gusto particular. El resultado salta a la vista (y a la lectura).

Estamos ante un muy bien configurado universo verbal que despliega sus imágenes en torno a los eternos temas de la poesía. El amor y la muerte. La poesía y el arte y el arte de matarte. La belleza y la rosa, la rosa de la mente. Rosa de teoría –Adán dixit-. Dios, Buda y la religión (en el sentido refinado de religare). El sueño y la vigilia y por ahí Los ríos profundos de Arguedas, pero que aquí son ríos prohibidos como el majestuoso Urubamba por ejemplo.

Desde los primeros versos asistimos a una crítica del mundo real desde la posición de la poesía: Elevación, maldición que me contempla / Trastocar en frágiles economías para terminar reivindicando siempre la escritura por más proscrita que ella esté en esta sociedad: Lacra o impura loca del estilo. Por eso la crítica social puede tornarse –a su modo- política: Almorzar belleza incomida y desterrada y levantar una alambicada estructura de lenguaje que pueda defendernos y enfrentarse a la gran ofensa de la realidad: Amental, correr por poesías negativas. / Utópica, tamérica, denti encarcelado; / Etolizar televisor: Color endiosado. / Dolotor del mar grisente de cosas vivas. Como puede notarse, Valderrama se muestra diestro en recoger la maestría barroca y nos la devuelve a través de su propio tono renovada, fresca como una lechuga, fusionando (cual música-barrio) a Manco, Tomás Moro y al Humano (así con H mayúscula).

Pero la impronta vanguardista de esta poesía no se queda allí (Hasta soneto no hereditario no viviera) sino que avanza por intrincadas búsquedas, como la de un cierto nuevo idioma en que están escritos el poema dedicado a Chrystian Zegarra y algunos epígrafes o versos sueltos, suerte de español trastocado que se aproxima al trobar clus o a un lúdico galaico-rimense y que se nos presenta con su respectiva traducción, salvo error u omisión.

Panca dulce esta nueva poesía de Salomón Valderrama está lista para ser degustada en bares donde no se hable de literatura. O como él dice en un terceto: Y mejor, aún, pensar atacar mujer, noche / Disfrutar en las laderas puta, como coche / Cargar ataúd, Cielo, de virgen alumbrada. Porque de acuerdo a lo que ya sabemos desde la época de la tríada fundadora de la poesía moderna –Baudelaire, Rimbaud, Mallarme- escribir es como afirma Valderrama masturbar bellezas. Cierto, pero qué belleza!.

26 de diciembre de 2007, en el Estado Jardín, escuchando Memory almost full, de Paul.
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Poemas de Valderrama en Amórfor

Refracción
De aburrido, aun monja te desvisto:
Regatas del Sur, invencible, practico...

Elevación, maldición que me contempla
Trastocar en frágiles economías:
Masturbar bellezas, pulular poesías...
Latido, deslatido, el que me templa

Firmar, fechar muerte... oh libre perdición.
Inventar sensualidad, besar, derrotar...
Alucinaciones contar hasta matar.
Juez del arte dormirte, ajena ilusión

Como mártir del dolo... oh cosa amada.
Color, motor de la mente; quitar arte.
Oh muerte sola... vivirte y matarte
Rosa, ¡oh hermosa descorazonada!

Asentada... mirar al viajar, copular
Lacra o impura loca del estilo
Ante la no luz... de boca me destilo:
Todo prohibir para encontrar y volar...

Poeta
Debí correr no Cielo entero:
Oro de amor, loco, obrero
Invisible en Mundo, aparecido
En Sur que me deshiela...

Cuando nací morí primero,
Cuando morí viví un segundo.
Primero y no un segundo viví:
Animal, poeta puro.

Músico del futuro frío...
Iluminado, inclemente crío.
Pintor, escultor lúgubre de río:
Manumisor de Sonido.

Reinar escándalo, Comedia,
Disipar belleza que transtorna.
Vivir: Tocar a la que se transforma.
Constante e irredenta.

Crepitaciones te consumen
Poema, laberinto de ciego.
Poesía: Lumen que penetra himen.
Enigma del supere ego...

Reaalidaades dee laa meente: Corazón azul

Ma loz ne us onumel dol Ceulo
Lo bruse vergun us lo ospeda qoa ma elvodu o llero
Emur enstuntos qoa an ul mor mu antourru
Purqoa locher ne duba
Purqoa meror us puci
Rozur pure morucar ul proceuImur pure vavorlu tude
Ameguner qoa saompru hubro en cumoanzu
Osu per dacesoun darmur can tudis mas coses ruletuves
Ma ospesu ma porru ma cutre a ma mintaño...

Mi luz no es animal del Cielo
La brisa virgen es la espada que me olvida y llora
Amor instantes que en el mar me entierro
Porque luchar no debo
Porque morir es poco
Rezar para merecer el precio
Amar para vivirlo todo
Imaginar que siempre habrá un comienzo
Así por decisión dormir con todas mis cosas relativas
Mi esposa mi perro mi cetro y mi montaña…
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Unigénito
Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo,
Francisco de Quevedo y Villegas

Crío mío, el dado, malcriado, malherido.
Frontal de la cúspide llorada, de estío
Imperdido, en la moneda, tesoro mío.
Astillado, imán, como Dios, el preferido.

Desdibujado por lo perdido, por pecado;
Recaudador nulo de belleza asustada.
Ajeno asir, ceremonial, poesía hurtada
En la montaña, tino, del dios malhumorado.

Y mejor, aún, pensar atacar mujer, noche,
Disfrutar en las laderas puta, como coche
Cargar ataúd, Cielo, de virgen alumbrada.

Y ser Fin, el único, el mismo de repisa,
De vital literatura: Hijo de alambrada.
Hijo, el temido, Dios, que no va ni a su misa.

A propósito de ALMA. CUANDO UN CORAZÓN EMIGRA de Roy Dávatoc. Breve elogio a un poeta romántico. Por Héctor Ñaupari / Poemas del autor

Justo cuando parecía que todo estaba perdido para el amor romántico en la poesía, aparece, con vocación y elegancia, el libro de Roy Dávatoc, Alma. Cuando un corazón emigra.

Sus poemas nos revelan lo auditivos que somos los hombres, cuán enamorados podemos estar los poetas, lo poco que nos importa la opinión de todos cuando queremos dar sentido a ese amor.

Mientras la poesía femenina del Perú se descubre sexual y delirante, despojada de los relámpagos sentimentales, en tanto que los demás poetas conviven – también como ellas – en el sarcasmo, el cinismo y la superchería, Roy Dávatoc aparece recuperando lo esencial de la poesía.

Sus textos insisten en dejarme una esperanza que creí moribunda: la de dedicar el poema a una mujer, la de no abandonarse ni a la soledad ni al desconsuelo, la de ser el idilio.

Dávatoc es la voz puntual sobre las rocas del realismo poético que no seduce ni inspira, y, a la usanza de los juglares antiguos, dedica sus textos a la joven que ama.

Ella es el ave nocturna; las mil navajas blancas, bellas y diminutas; a Denisse suspende su corazón, y se hacen sus labios nupciales para amarla. La llama, vuelve a ella, le pide recitar su poema, cuando sus manos cedan refugio al desconsuelo, es decir, cuando ya nada importe.

Dávatoc es, para su amada inspiradora, la noche de gélidas golondrinas, un tribunal de paredes que la detiene, el agua o el aire prolongado que la cobija y la besa.

Por eso, emocionado intensamente por la aparición de este poemario, hago míos los últimos versos de uno de sus textos, y que resumen su pasión: se quedan contigo mi alma / mi voz / y mi palabra.

Santiago de Surco, 25 de febrero de 2010.

Algunos poemas de ALMA…

Denisse
Denisse,
trémula fuente gravitando,
andas de puntillas sobre el mar negro de mi pecho

Tu aliento
una nube de plomo
crece al centro de la cabeza
en telarañas duras y crispadas.

Me dejas sin zapatos, sin camisa,
……………..con las manos abiertas
………………………y soledad rojo bermellón,
azul fondeado en un vaso.

Denisse,
cuando yo andaba sin sentido,
en las calles, los kioscos;
eras escollos en esa marea que me freía el cerebro.
Luz y vuelo pulsando las formas frente a los ojos

Denisse ven,
ve,
has tus manos cuencos,
trampas donde detener esta carrera
de pies de arena que es la vida

Y el destino… -el destino inmóvil
que siento como un golpe seco
de una cabeza contra una ventana que no cede-,
son las manos ansiosas cavando pozos,
atrapadas en nudos de árbol,

……………..la sangre,
……………..la luz del sol sobre los ojos cerrados.

Petición
Amor
cuando el sol me escupa al silencio
y me aborrezca tu luz

cuando mis manos
cedan refugio al desconsuelo

precisamente ahí
cuando sientas que la tarde te acosa el afán
quiero que leas este poema:

a quien esté triste o al enojado,
al que llora y al que sufre,
a la madre cansada de la lucha,
al niño que corre libre
en los campos de Chincha
tostándose la piel,
buscando la esperanza
como nosotros al pie del abismo
y también a tu reflejo en una taza de café

Quiero que muchos ojos recen tu palabra
y estrechen la alegría de fecundar
al titán abatido
que queda de nuestra devoción

Quiero aguzar la memoria
Denisse
al alcance de tu imagen:
mi pequeña semejanza.

Alma
Se hacía el milagro
y Dios olvidó parpadear esa tarde
de revoluciones constantes
cuando latíamos en un solo pecho

Éramos hermosos
o por lo menos tú
que siempre me amaste sin escatimar ensueños

Éramos pequeños e inocentes
luchando constantemente por amarnos;

y fuimos esa tarde
transeúntes de nuestros cuerpos
y como raíces hinchadas de nervios nos atamos

Éramos fecundación en silencio
y nos incendiábamos como pequeñas brasas
mientras lloraban los autos
en el tránsito insano de la sombra

y afuera una selva de cemento
devoraba otras almas.

Esa tarde juntamos el corazón
…………como siempre
serenándonos con la lluvia.

De CONFESIONES PARA RAZIEL, poemario inédito

V
VIENEN los perros
viene la liebre
y se para de golpe la carrera
viene la vida lenta
la raíz y la sangre

viene Dios que cuando está solo
desde su tristeza
se imagina la noche.

XVII
DIOS ve parte y acomoda
se abre por el tronco
en estrellas
vigas
torres
arcas llenas de grano
pulsa cuerdas de piel
de agua
ojos
rutas de parvada
nubes
ramas como dedos rotos de una mano

igual que un pensamiento puro
crece en una casa acodada
a las copas del cielo
entre árboles de humarada

la flor amarilla
el hombre
la mariposa negra y el río furioso
lo desatan.

De COMO EL SOL Y UN PÁJARO, poemario inédito

Pélagos


I
LIBÉ la tragedia de la brisa y
tus pocos gramos de guerra contra la marea;
y es que no hay un hilo
para remendar donde el mar se entrelaza al vuelo,
no hay dolor que no se apague en tierra.

Y los pensamientos
-que sólo son tristezas
que no alcanzan a concretarse-
se vuelven una solo agitación
de pecho.

III
Tengo todas las IMPRESIONES tristes
en el mar que pega en el Perú,
volitar hacia ninguna parte
y la sangre soterrada en sal.

Tengo
todas las impresiones tristes
en este mar que pega
en el Perú

y el diablo chapalea
en el corazón marino.

Todas las impresiones tristes,
los ojos de Homero
y el sol ciego
golpeando con el mar
……………………........el
…………………………......Perú.

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LA TARDE se posa sobre Lima
cómo una sábana de mariposas negras,
la gente, los animales, la cosas;
cae silenciosa, cae tímida en esencia;
cae con nostalgias y crepúsculos,
nos reviste la sombra
y en sustancia es muy triste.

Nos cae a las manos nacidas en sangre,
nos cae al alma crecida en ausencia ,
doliéndonos los huesos
y en suma resolución
la tarde es muy triste;
y casi todo –¡Dios!- por completo es triste.

PREPARACIONES ANATÓMICAS de Mario Pera. Por Renato Sandoval / Poemas del autor

Mario Pera. Preparaciones anatómicas. Lima: Lustra Editores, 2009, 55 pp.
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Hace pocas semanas, a fines del 2009, cuando estaba por concluir la primera década del tercer milenio y, en lo particular, cuando algunos habíamos perdido las esperanzas de que en ese decenio se cumpliera en verdad la tantas veces prometida ruptura-renovación en la poesía peruana, surge in extremis la voz reivindicadora de Mario Pera (Lima, 1981), quien a través de Preparaciones anatómicas salva el honor de la palabra poética com-prometida de una nueva hornada, que si bien ha lanzado al ruedo algunos títulos de mayor o menor interés, tal vez ninguno de ellos esté a la altura (o profundidad) del que ahora se menciona.
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Y es que el de Pera rezuma densidad poética por donde se lo mire: en el tono, en la mirada, en los bemoles y sostenidos con que su particular mundo se anuncia, adelanta, sumerge, surge y contonea. La misma densidad con que sus admirados referentes literarios -por ejemplo, los alemanes, como Rilke, Trakl y Kafka- construyen un universo a la vez arcádico y decadente, henchido de claroscuros y agujeros negros, donde la asfixia es el aire contenido y la muerte, la vida como posibilidad e irredención.
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Dicht, en alemán, es “denso” y “Dichtung”, su derivado, es “poesía”; más aún: “Gedicht” (el poema) es el participio de “adensar”; es decir, lo mayor que ha sido comprimido hasta lo menor; lo que de tan contenido que ahora es en algún momento puede explosionar. De donde el quehacer literario se define en relación directa a su complexión y a su potencialidad de estallar. Es -o debería ser- una bomba de tiempo o nitroglicerina viva, por lo que estar ante él es enfrentar un peligro, es sentir la amenaza de un desenlace flamígero, es ir tragando saliva conforme se lo transporta (¿hacia dónde?) entre las manos. Esa, al menos, es la sensación que a algunos produce la lectura de Preparaciones anatómicas. Un peligro ubicuo e inminente inunda todas sus páginas, como si el cosmos fuera el reino de lo fugaz y de lo perecedero, y donde la angustia, el escepticismo y hasta la desesperanza se pasean a sus anchas.

Porque la poesía de Pera es rica en la duda y en el desengaño, donde no hay dios que valga ni que sea digno de respeto, como que tampoco existe un amor certero, un rostro auténtico, una brisa ancha. Arduo es su trayecto y acezante su respiro; en sus labios persiste el malsabor de una noche que no concluye nunca y que prefiere degustar rencor o desprecio, más que resignación o pueril esperanza. La poesía de Pera es a la vida como la plegaria de un ateo antes de la muerte: una voluntad intensa de decirlo todo ante la sorda indiferencia de la nada, una ecuánime confesión de parte sobre el horror, el absurdo y la decadencia de la vida al borde del abismo o en medio de la nada.

La poesía de Pera, que a todas luces (sic) brega por no negarse a sí misma más de la cuenta, se adensa como la sangre fuerte de un buey degollado pero mil veces digno, o como algún improbable vino pampeano que tenga largo final.

Renato Sandoval Bacigalupo
Marzo, 2010


Algunos poemas del libro de Pera

Teosofía
A Dios
he de observarlo escrito,
pues erguido como está mi cuello,
aún soy diminuto.

(Praga)

Mirmillón: requiescat in pace
Solo soy
uno de los barrotes de tu prisión,
que observa cómo
con el correr del tiempo,
se desgaste tu rostro y
se descascara
tu mirada.

He sido testigo,
de cómo el follaje vasto que eran tus expresiones
se ha arrugado y envejecido
como un anciano,
mientras floreció el otoño
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Largos años cautivo
te han deformado el rostro.
Tu triste cosecha
ha madurado y
ha nacido,
entre aplausos y vítores,
seca y sin nombre.

Memento mori
Luego de seis horas ante la tumba de su madre,
Zsofika siente
cómo nace en su rostro
la primera lágrima.

Prima nocte
Hoy cae el canto esparcido
sobre las arrugas
de la palma de tus
manos.
Hoy el crepúsculo declama
un melancólico poema
mientras se desploman
dos iglesias,
y tus sueños se ocultan
bajo la garúa estival.
Esta noche la luna
intenta acallar su tristeza
aullándole con desenfreno al lobo,
mientras el leñador
reclama a la tierra
otro retoño que decapitar y
ayuda a su hacha a lamer
la ácida sábila
del árbol caído.
En la serenidad del agua del estanque
se refleja y croa
un sendero sombrío,
sobre el que fornica un embrión
siete veces ahorcado por su madre
con el cordón umbilical.
Finalmente, hoy cae a tierra,
como una manzana al madurar,
la prima nocte, y
aplasta al día.

Jueves 25: Poetas del Asfalto 60. Entrega pública del manuscrito EL SABER DE LAS ROSAS a su autor Enrique Verástegui

Hoy jueves, a las 8 p.m., en el Bar Zela (Arcos de La Plaza San Martín), será una ocasión doblemente especial, y también histórica.

Primeramente, el grupo poético más importante de los últimos años, Los poetas del Asfalto, presentarán la edición 60 de su combativo fanzine. Los dirigidos por Richi Lakra han demostrado en más de una ocasión que su postura ante la poesía descansa en un genuino amor por la poesía, así nos gusten o no sus acciones contraculturales que llevan a cabo cada vez que pueden. ¿En la actualidad existe algún grupo poético peruano que vaya por los quince años de actividad?

Por otro lado, esta noche se le entregará a Enrique Verástegui el manuscrito EL SABER DE LAS ROSAS, el cual anduvo perdido desde 1998 y que más de una leyenda generó. Verástegui es una de las piedras angulares de una década generosamente pródiga en insuperables poetas, como Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruiz, Tulio Mora, José Watanabe, Abelardo Sánchez León, Óscar Málaga, Manuel Morales, Jorge Nájar y José Rosas Ribeyro. Con estos nombres, ¿no creen que deberíamos referirnos a los setenta como Los años maravillosos de la poesía peruana? Si la comparamos con la poesía que se escribió en otros países, podríamos catalogarla fácilmente como la mejor en lengua castellana de ese decenio.

El tiempo pasa y la calidad de muchos de ellos se yergue sobre otras voces que durante años fueron mejor consideradas por ser “políticamente correctas”. La justicia poética termina aplastando los sentimientos menores de aquellos que apelando al ninguneo barato y sórdido, quisieron tenerlos en menos. Un ejemplo: el maltrato al movimiento Hora Zero. Uno se reconcilia con la vida al releer, por ejemplo, poemarios como AVE SOUL de Pimentel y UN PAR DE VUELTAS POR LA REALIDAD de Ramírez Ruiz, sentirlos tan frescos, tan reales, sin haber perdido esa hechicera sensibilidad capaz de conmocionar y cuestionar.

De Verástegui se habla más de la cuenta de su imagen y patética leyenda, que él mismo también se ha encargado de condimentar. Pero lo que nos debe importar es su trabajo. ¿Qué me puede interesar si está loco si su producción literaria es continua y, de taquito, muy valiosa, quizá no con el endiablado voltaje de antes?

Un grande como él ha sido centro de toda clase de bajezas, la más conocida es la prodigada por Roberto Bolaño en LOS DETECTIVES SALVAJES, y el tiempo se encargará de revelar la razón (no la puedo decir ahora porque es uno de los puntos medulares de una publicación que saldrá en los próximos meses) de aquella ofensa del grandioso chileno. Como saben, solo entre los verdaderos grandes hay amor y odio por igual.

Por eso, la entrega del manuscrito perdido de Verástegui es de por sí un hecho histórico para la literatura peruana contemporánea. Y se lo debemos pues a la honestidad de Los poetas del asfalto, en especial a uno de sus miembros: a Ángel Izquierdo Duclós, que lo rescató del olvido.
Las páginas de EL SABER DE LAS ROSAS iban a terminar quemadas, o lo que es peor: como envoltorios de comida al paso.

No hay lugar para la mezquindad sazonada con estupidez. He recibido comentarios ofensivos hacia Verástegui, detallando que existen muchas copias del manuscrito, ya que él se encargaba de repartirlos a diestra y siniestra en los noventa. Yo les pregunto a esos aneuronados: De ser cierta esa versión, ¿por qué, si dicen que tanto lo quieren, no tuvieron la gentileza, el decoro, la decencia, de devolvérselo, sabiendo que desesperadamente lo estaba buscando por años?

Tampoco hay lugar para los fenicios culturales. EL SABER DE LAS ROSAS necesita de un editor responsable, no de impresores mercachifles.

A continuación,
pego una nota del periodista Ernesto Carlín sobre el libro perdido del poeta, publicada ayer miércoles en El Peruano.

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Literatura. Encuentran el ensayo El saber de las rosas entre ropavejeros de La Victoria

El libro perdido de Verástegui

Manuscrito lo compró de casualidad el poeta Ángel Izquierdo Duclós
Voluminosa obra será devuelta al autor en el Bar Zela y se busca editor

Ernesto Carlín Gereda
ecarlin@editoraperu.com.pe

Hace algo más de una década, un nuevo libro de Enrique Verástegui estaba a punto de ser entregado a la imprenta. Pero por azares del destino, se perdió antes de ser publicado. Se trataba de El saber de las rosas, un extenso ensayo, del que mucho se hablaba pero del que no se tenían noticias ciertas, hasta este año en que el manuscrito fue hallado.

Correspondió a un poeta, Ángel Izquierdo Duclós, la suerte de hallar el original entre los vendedores de libros y revistas de segunda mano de La Victoria.

Estas hojas mecanografiadas, por las que un coleccionista podría pagar una buena suma de dólares, fueron adquiridas por su ocasional descubridor dentro de un lote de gastadas publicaciones que le costó sólo treinta soles.

En declaraciones que da al blog La fortaleza de la soledad de Gabriel Ruiz Ortega, refiere Ángel Izquierdo que al comprar ese material su interés era una antigua edición Periolibros de Hora Zero. Grande fue su sorpresa al encontrar, entre lo que creía desechable, la obra perdida de Enrique Verástegui.

Travesía de un libro
Verástegui ya confirmó que esos papeles son su manuscrito. El autor, consultado por este diario, indicó que ahora anda a la caza de un editor. Describió su obra como un libro sobre filosofía perenne con el punto de vista del siglo XXI. Pronosticó que le será difícil encontrar quien se anime a publicarlo, pues más salida tienen las novelas. "A pesar de ser el ensayo un género literario mayor", agregó.

El editor de la frustrada primera edición de El saber de las rosas, Paolo de Lima, recuerda que el libro estaba listo para unas pocas correcciones de tipeo. Sin embargo, al parecer en una mudanza en 1998, se extravió junto con otras pertenencias de de Lima. De allí ha surgido más de una leyenda urbana sobre el paradero del libro.

El camino que siguió este manuscrito hasta llegar a La Victoria continúa siendo un misterio. Lo cierto es que este jueves, dentro de una velada dedicada a la poesía, será devuelto a su autor en el Bar Zela del Cercado de Lima.

Dato
500 páginas aproximadamente tendría El saber de las rosas de ser publicado.


Envío de Ricardo Vega “Richi lakra”
Tomado de La fortaleza de la soledad

miércoles, 24 de marzo de 2010

Rodolfo Ybarra / Arturo Delgado Galimberti / Rafael Inocente y DISCURSOS CONTRA LA BESTIA TRICÉFALA por partida doble


Un libro bestial
Escribe Victor Campos Ñique*

Rodolfo Ybarra, Arturo Delgado Galimberti y Rafael Inocente han escrito un libro bestial (uso el término en el sentido de extraordinario) titulándolo "Discursos contra la Bestia Tricéfala", pero para mejor muestra recurriré a los comentarios de dos grandes escritores peruanos que opinan sobre este libro.
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Enrique Congrains Martin dice: "He leído La Bestia Tricéfala y me he quedado sorprendido. Estos tres escritos trasuntan temáticas sociales construidas con maestría y coraje. Pronto enviaré un texto sobre el libro en conjunto." Lástima que Congrains falleciera, dejándonos sin saber qué más pensaba del libro.

Gregorio Martínez, nuestro gran escritor nacido en Nasca, prologa el libro como un texto agudo y sesudo, digno de su particular pluma.

Martínez comenta: "Esto lo afirmo a la vista de tres puntas filudas, tres discursos letales acicalados por Rodolfo Ybarra, Arturo Delgado Galimberti y Rafael Inocente, cada uno con garlopa propia. Lo afirmo con la certidumbre de que el preludio artístico siempre se adelanta a las constataciones de la ciencia, a los análisis de la teoría política o económica que el marxismo leninismo dicta que sean concretos y correspondan a una situación también concreta. Lo digo aquí, donde un trío de escritores, pasando por encima de la megalomanía libro/autor, se lanzan machete en mano contra la bestia tricéfala."

Hasta el polígrafo Marco Aurelio Denegri se ocupó del libro con un comentario que francamente y con el debido respeto, no comparto en lo absoluto. Pero el libro tiene méritos propios en el lenguaje, en la forma y en sus mismos autores que con una obra así demuestran independencia y plena libertad al escribir.

Ybarra, Delgado e Inocente han publicado un libro que merece ser leído por todos quienes queremos que las cosas se digan descarnadamente, sin ambages.

*Docente, periodista y articulista de El Correo
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¿La pluma es más fuerte que la espada?
Escribe Rubén Robles Chinchay

Hace unos días tuve la oportunidad de hacerme de un ejemplar de un interesante libro escrito por Rodolfo Ybarra, Arturo Delgado Galimberti y Rafael Inocente. El libro está compuesto por una serie de discursos virulentos que apuntan a denunciar e incluso a burlarse del orden de las cosas. El nombre del mismo deriva de lo antes dicho y tampoco pasa desapercibido: “Discursos contra la bestia tricéfala”, así como suena.
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La obra en sí nos trae a la mente la idea de infección y se nos ocurre leerla —hacemos uso de esa libertad de lector— como una suerte de recetario con tres tipos de estrategias para hacer mella en el virus (un virus en un sentido orgánico —tal vez debería decir social— y en un sentido informático o tecnológico) como tres distintas formas de ataque a una enfermedad.
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Y bueno, al leer los “Discursos…” podemos hacer una suerte de lectura inversa porque va del último escritor al primero.
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Para empezar, Rafael Inocente usa el terreno conocido del relato contado en una situación urbana —callejero unas veces, como cuando explora el piropo de esquina a una muchacha bonita: “¡Qué buena chacra pa’ sembrar mi nabo!” y otras veces salpicado de denuncia— para contarnos historias sumamente directas y satíricas respecto de los estereotipos que se presentan en algunas esferas de la sociedad y que los medios pretenden vendernos como cosas perfectamente normales y deseables.
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Arturo Delgado Galimberti usa una gran ficción que a mi entender resume de manera ejemplar el ser del libro ya que en él una suerte de secta de anarcocomunistas utiliza el anonimato internauta para intercambiar ideas sobre un asunto específico, la caducidad de la propiedad privada. El ambiente de secta y casi de oscurantismo —¿recuerdan las persecuciones de la Santa Inquisición?— que se crea nos hace pensar en un mundo del no lugar —vale decir una utopía—, ¿dónde están esos personajes? El mundo cibernauta es explotado hábilmente para crear ese espacio inexistente ¿Quién es quién en internet?
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Es el tercer escritor quien nos muestra la realidad de alguien que vive en ese lugar utópico. Conocido por gran cantidad de bloggeros, Rodolfo Ybarra es la materialización de ese mundo que plantea de manera casi futurista Delgado Galimberti y es que él usa las herramientas del sistema para comunicar sus ideas “antisistema”. Este es otro tema, sus escritos —aparecidos muchos de ellos en el blog que lleva su nombre— mantienen la forma de escribir de bloggero, un estilo directo, seudoamical. Con el que muestra un bestiario de personajes ridículos —peruanísimamente huachafos como “La Poetisa ridícula”, personaje conocido para todos aquellos que alguna vez hemos llegado a un recital de poesía o hemos visto una falda en medio de angustiados hombres desesperados por hacerle unos alejandrinos—.
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En resumidas cuentas los discursos se hacen desde distintas esquinas, como de un triángulo imaginario y aunque distintos, confluyen en lo contracultural, en ese ataque a la bestia, en tratar de debilitarla cada uno desde su sitial para decirle a la gente que escuchen sus voces y que para ello las dejan plasmadas en un pedazo de papel, como para recordarnos que la pluma muchas veces es más fuerte que la espada. Un libro, bastante recomendable en suma.
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(1) Por cierto en el blog de Rodolfo Ybarra puede leerse una serie de dimes y diretes contra Marco Aurelio Denegri —con video incluido— quien hizo algún comentario sobre la obra.

lunes, 22 de marzo de 2010

Desde Trujillo, nuestro amigo poeta David Novoa nos envía el video de su performance POESÍA: NUNCA MÁS TEMER

"No te tengo miedo seas lo que seas. No te tengo miedo...
Debo deciros dos palabras: Estáis muertos.
Sí, pues la muerte no es morir
¡sino no sentir la vida!
y vosotros estáis muertos
y en mi gritárselo, sin que reaccionéis, la confirmación..."


Contigo David, en correspondencia con ese inmenso cementerio llamado Humanidad, a pesar de todo. Contigo, también en la labor de mandar a la mierda al temor; a desafiar el silencio con la posibilidad de nuestra voz.


viernes, 19 de marzo de 2010

IN PERPETUUM, poema inédito de Ernesto Zumarán Alvitez

Con satisfacción, en la Casa Signos se publica el poema que nos remite vía correo electrónico Ernesto Zumarán Alvitez (de lejos el mejor Poeta de la Región Lambayeque, sin el límite de una generación). Esta vez, Zuma, trasgrediendo su celebrado estilo, se enrumba por el camino gozoso de lo sencillo, directo y solemne para revelarnos que las musas persisten más allá del tiempo de la muerte, y que muchas veces establecen sus raíces en el propio hogar.
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Testigos de su inconmensurable entrega por la Poesía, no nos queda duda que este nuevo fundamento de su espíritu tenaz, es el PILAR para lo que se renueva, como signo irrefrenable, en la vida del Poeta.

In perpetuum

A mi esposa.

Llegaste con una flor en las manos
Y conociste la muerte del jardín
Entre mis brazos.

1
Este es el tiempo de la purificación:
en la cumbre del monte tú sonríes para mí
e iluminas mi entendimiento.

Este es el camino que conduce a la montaña:
allí hemos de purificar
nuestros cuerpos junto al fuego
que dulcemente rememora el cantar
de nuestros labios.

En ti mis pecados lavan sus marchitas hojas
sin que la última luz que recuperan mis ojos
se vuelvan definitivamente hacia mí
y me muestren ese instante de fulgor
que la carne abandona.

2
El sol gira eternamente en la montaña,
y yo hecho de carne y hueso
beso tu sombra
para que la noche no me cubra con su canto
y pueda así arribar
a ese oscuro paraje donde tú
me esperas celosa de gozar sin mí
tu propio paraíso.

Porque en eso consiste la eternidad:
gozar del reposado cántico de la muerte
abrazados al
………………………turbado lecho de lo efímero

Aunque escondas tu polvo enamorado
entre las frágiles columnas de humo donde respira la vida
mi muerte hallará y trocará tu duro vituperio
en este total enlazamiento que es el amarnos
sin ese reflejo áspero que el día en su última instancia
otorga a nuestros cuerpos cuando burladamente se despiden.

En el pórtico donde el sol no alumbra su eternidad
nosotros hemos sembrado este eterno dolor
que es el haber bendecido la tierra
sin el orden y costumbre con que la vida rige
sus gimientes paraísos.

Esta es nuestra libertad:
amarnos sobre el lecho que los cóncavos hados
no han podido afrentar con sus vencidos ángeles nocturnos.

Esta es nuestra libertad:
el descender a la tumba no despojados de vida
sino apiadados de un mundo
que no se atrevió copular
con la fresca santidad de nuestras sombras.

Descendamos al vórtice, mudos, cadenciosos, cotidianos
sin ese escudo de la sangre que mora en la
………………………………………………delicia de lo ido.

No temas al menudo olvido revestido ahora de musgo
para que tus ojos vuelvan ansiar el cruel arrepentimiento.

Un templo sacro es nuestro amor:
………………………………..la meditación de un paraíso
donde es posible hallar la ventura de unos huesos
que la muerte bendice.

3
Ser un poeta mientras tú duermes:
desnudos en la sombra,
abierta la puerta del amor con su vencido desierto,
congelados los sueños en su apacible traición.

Contra tu cuerpo y el mío los sueños se estrechan
hasta gloriosamente perder sus radiantes horizontes
hacer el amor sobre hojas de lino
no es tan bello como penetrarte
entre las coronas mortuorias
de la tumba.

Buscar el aire eterno del sollozo en el día
es acecharte en el largo camino
donde la muerte siente terrible nostalgia
de tu loco orgasmo.

Toma mi mano,
………………y desciende,
………………….........desciende
a donde el sueño de la vida es realmente
ese lecho nupcial donde la muerte
amanece.

4
Ser un poeta mientras tú duermes
sin la más leve memoria de nuestro destino:
desnudos en la sombra
grabo estos inútiles versos,
restituidos definitivamente al Universo
donde Dios nos contempla en sus sueños.

Desnuda en la fuente de mármol
eres el sueño que el bosque
nuevamente ha perdido.

Dora la luz tu blanca tristeza: es el beso
de un indiferente paraíso que ansía su retorno
al frágil reposo de tu cuerpo.

Es antiguo el deseo como el hueso que tiembla
en el rigor de la sangre, como la caricia que tiende
su doliente ceniza en el lecho solitario del alba.

No el oro desborda mis manos
sólo esta angustia de haberte largamente contemplado
en una vieja calle vacía
………………………….donde aún danza enternecido
el deseo ardiente del muchacho aquél
que fatigó su eternidad
contemplándote.

Perder la vida a tu lado
mientras tú me besas los ojos
para que la luz de tu alma
vuele conmigo
hacia
……………………Dios.

5
Epílogo

Ser poeta donde nadie lo es:
epitafio más dulce
que la
………encarnada memoria del cielo

en tu cuerpo.

Hallazgo de EL SABER DE LAS ROSAS, libro inédito y hasta hace poco extraviado, de Enrique Verástegui. Por Gabriel Ruiz Ortega

Tarde del domingo 11

Bebía una Coca Cola helada. Acababa de leer una novela impresionante: LOS SUDARIOS NO TIENEN BOLSILLOS, de Horace McCoy. Cogí mi bloc de notas para escribir mis primeras impresiones. “¿Cómo es posible que durante tanto tiempo no haya tenido idea de un tremendo escritor como McCoy?”, me pregunté entre dientes.
Ni siquiera logré darle forma a la primera letra, cuando me avisan que tenía visitas.
Era Richi Lakra.
Almorzamos y nos pusimos a ver un partido del fútbol argentino. Jugaba River Plate.
- Oe, Gabriel –dijo Richi.
- Dime.
- ¿Has escuchado de un libro que se le perdió al zambo Verástegui, EL SABER DE LAS ROSAS?
- Bueno, algo he escuchado. Aunque no sé bien de qué va. ¿Es un poemario?
- Algo así.
Ingresé a Google y digité “Zambo Verástegui Libro Perdido”.
No encontré nada del otro mundo, solo la extensa biografía del poeta en Wikipedia. Así es que afiné la búsqueda: “Enrique Verástegui El saber de las rosas”.
Y hallé algo.
- ¿Qué hay con ese libro?
- Doc, esto es un notición. Un pata lo ha encontrado.
Todo aquel familiarizado con el espíritu Dadá del ambiente literario limeño, conoce al detalle la leyenda oscura sobre cierto libro perdido de Verástegui. En lo hallado en Internet leí una declaración muy sentida del poeta. Este se apenaba por la demora de la publicación de su libro EL SABER DE LAS ROSAS, al que le había dedicado muchos años de su vida.
Nunca he tenido la más mínima duda de que Verástegui es una de las voces poéticas más fecundas y libres del imaginario lírico hispanoamericano contemporáneo. Así sean publicaciones mayores o menores, jamás ha dejado de concitar la atención de la crítica. Un ejemplo más o menos reciente: su irregular poemario TEORÍA DE LOS CAMBIOS fue elegido como el mejor del 2009.
Solo los mezquinos pueden restarle importancia a esta máquina creativa en constante producción. Con cada libro publicado, Verástegui se almuerza a todos sus detractores, a todos esos poetas que ya quisieran tener al menos la vigésima parte de su inmensurable voltaje poético. Y como no pueden igualarlo, se dedican a lo más fácil: a denigrarlo a punta de prejuicios nutridos de estupidez y sentimientos menores.
- A ver, cuéntame la historia –le dije a Richi
- Ya, Doc, pero antes, un cafecito con azúcar.
Me puse de pie y preparé un cafecito con seis cucharaditas de azúcar.
Richi me detalló la historia.
Soy un fervoroso creyente del azar, de las epifanías de la vida, de los instantes irracionales capaces de cambiarte la visión de tu futuro inmediato. Eso me ocurre cada vez que releo EL PALACIO DE LA LUNA, de Paul Auster. Está muy bien para experimentarlo en las ramas de la ficción, no en la ordinaria realidad.
- Richi. Yo te aprecio. Muchos patas me dicen que no sea tu pata. Pero perdóname: no te creo ni mierda –le dije.
Richi me miró fíjamente.
- Lo que me acabas de relatar parece el argumento de un cuento. Te puedo aceptar una coincidencia, pero no una cadena de casualidades.
Richi terminó su café. Se puso de pie. Pensé que esa sería la última conversa que tendría con él.
- Mañana lunes te buscaré a las 10 de la mañana y te llevaré donde el pata que encontró el libro del zambo.
- No jodas, a esa hora estoy durmiendo. ¿No puede ser en la tarde?
- No.
- ¿Por qué?
- Porque en las tardes asaltan y asesinan a las personas.
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Mañana del lunes 12
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Richi llegó puntual y nos dirigimos a La Parada. La persona que había dado con el libro perdido de Verástegui tiene su puesto de venta de libros frente al local de Las Misioneras de La Caridad, en donde se hospedó La Madre Teresa de Calcuta en su única visita al Perú, hace muchísimos años.
Obviamente, se trata de un lugar peligroso, en el que la mejor manera de moverse es mostrando rostro relajado y andar pausado. Me sentía relativamente tranquilo ya que Richi conoce bien esos recovecos que muy pocas veces he pisado, pese a vivir en La Victoria.
Al llegar a nuestro destino, Richi me presentó al librero, poeta e integrante de Los poetas del asfalto Ángel Izquierdo Duclós. Tipo de estatura baja y mirada profunda. Tuve la sensación de estar ante una buena persona.
Como no había dormido, aproveché la madrugada para contactarme con algunos conocidos dedicados a la compra y venta de primeras ediciones y manuscritos originales de escritores relevantes. Mandé cuatro mails preguntando por el precio que pagarían por un manuscrito de Enrique Verástegui. Dos de ellos, argentinos conocedores, me dijeron que por tratarse de Verástegui, “el hacedor de la maravilla EN LOS EXTRAMUROS DEL MUNDO”, un coleccionista desembolsaría no menos de cinco mil dólares.
No lo hice porque tuviera la intención de hacerme con el manuscrito y gestionar una posible venta por mi cuenta, sino porque me picó la curiosidad por saber cuánto estarían dispuestos a ofrecer. Además, Richi, la tarde anterior, me había dicho que la persona que encontró el manuscrito llegó a recibir irresistibles propuestas de compra, las cuales rechazó sin más.
- No me llames Ángel. Llámame Angelito –me dijo Ángel Izquierdo Duclós.
- Bueno, Angelito. Me gustaría ver EL SABER DE LAS ROSAS.
- Que primero cuente cómo encontró el libro –dijo Richi.
Como toda persona dedicada al negocio de venta de libros de segunda mano, Angelito siempre está atento a la llegada de material para comprar; se compra al peso, no hay tiempo para buscar y elegir, puesto que él no es el único que negocia con los tricicleros que arriban a esa zona de La Parada. Tiene que lidiar con los sabuesos de los fenicios culturales dispuestos a comprar esas bibliotecas rodantes que se abren paso cuatro veces por semana; muchos de esos libros van a parar a bibliotecas particulares, a los stands de Amazonas, a las librerías de viejo y a las manos de vendedores, que no quieren ensuciarse el calzado, que se pavonean de sus selectas carteras de clientes.
Angelito no se encuentra en condiciones de competir contra los que desde el saque ofrecen mil soles. Aunque sea difícil de creer, comprar al peso puede generar muchísimo dinero. Algunos de estos sabuesos han ubicado una primera edición de Trilce entre añejos ejemplares de la revista Gente, o lo que es increíble: documentos oficiales de la declaración de independencia.
En una soleada tarde de fines de febrero, Angelito se encontraba barriendo la vereda que da entrada a su puesto, lo hacía como todos los días: silbando, y de paso observaba a dos cargadores que se peleaban por el último cupo para descargar un camión que venía de Chimbote trayendo cebollas.
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Con la vereda ya limpia, el librero divisó la llegada del triciclero Jacinto Campoy. Al librero le pareció extraña la aparición de este personaje porque no suele frecuentar La Parada en verano.
- ¿Qué haces por acá? –pregunta saludando Angelito.
- He venido a hacer una jugada –contesta el triciclero, palmoteando el costado del montículo de libros y papeles.
- Pero a esta hora no hay nadie –dice el librero.
- Me han dicho para hoy jueves, tres de la tarde.
Angelito no puede contener la risa.
- Hoy estamos martes, Jacinto. ¿Qué pasa? ¿Has vuelto al trago?
- Conchesumare.
- Por las huevas has venido, a esta hora el negocio está en muere.
- Conchesumare. Por las huevas me he venido de Breña arrastrando esta huevada.
- A ver, a ver –dice Angelito.
Jacinto Campoy no permitió que Angelito examinará el material de su venta frustrada; solo podía ver los papeles y revistas ubicados en la parte izquierda del triciclo, las que consideraba de poco valor y que provenían de una casita de Breña. El dueño de la casita, un triciclero anciano, le había chismeado a Jacinto Campoy que esas revistas y papeles los había comprado en sus incursiones por los distritos de Chorrillos, Miraflores y San Isidro. “Tú sabes, la gente se deshace de estas huevadas, ocupan mucho espacio”.
Angelito rebuscó en la parte permitida por Jacinto. No había nada que le pudiera interesar, hasta que vio una edición de Periolibros de Hora Zero.
Angelito, el librero con alma de niño, no pudo contener la alegría. Es un admirador de Jorge Pimentel, Tulio Mora, Juan Ramírez Ruiz, Manuel Morales y Enrique Verástegui. Ergo: un hincha de Hora Zero.
- Jacinto, me llevo esto.
- No, Angelito, así no jugamos. Dame para los taxis, los tragos y los chifas y te llevas estas huevadas. No voy a regresarme sin nada, arrastrando esta huevada. A treinta soles, hermano. Que muera el payaso.
Angelito compró ese pequeño lote, el cual a las justas logró acomodar en su puesto.
En la noche, Angelito se acostó tarde. Leyó una y otra vez la edición de Periolibros de Hora Zero.
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Al día siguiente, comenzó a seleccionar el resto de lo comprado a Jacinto. Apartó las revistas y se concentró en los papeles. Los nombres le eran conocidos.
Un folder manila llamó su atención, lo abrió:
Enrique Verástegui. EL SABER DE LAS ROSAS.
Metió en su mochila el manuscrito.
Horas después, Angelito comía un pan con chicharrón en el Queirolo de Quilca. Se encontraba confundido. Prendió su Nextel y llamó a Luis “El primo” Mujica.
- Oye, ven al Queirolo. Llévame a Internet, que no sé usar eso.
El primo Mujica se encontraba cerca y no demoró en llegar al Queirolo. Fueron a una cabina de Internet, en la calle Caylloma, dedicaron quince frenéticos minutos a buscar todo lo relacionado a la extensa bibliografía de Enrique Verástegui.
- Así fue Doc, así fue –me dijo Richi Lakra.
No podía creer lo que acababa de escuchar. Prendí otro cigarro. Miré a Ángel Izquierdo Duclós.
- ¿Puedes enseñarme el manuscrito? –pregunté.
Debajo del mostrador sacó una bolsa de yute. Me entregó el manuscrito de Verástegui.
Revisé detenidamente el manuscrito, leí todo el índice de EL SABER DE LAS ROSAS. No era un poemario, como pensaba, sino un ambicioso ensayo sobre el quehacer poético. No tuve tiempo para ser más acucioso, ya que el ambiente se puso violento a causa de la llegada de un camión, lo cual había originado que más de cuarenta cargadores discutieran por quince cupos.
Con mucho cuidado saqué del bolsillo de mi jean la cámara digital. Tomar nueve fotos me demandó poco más de cuarenta minutos. El temor era entendible, no quería que después nos siguieran y asaltaran.
- Me contó Richi que te han querido comprar el manuscrito –le dije a Angelito.
- Sí, hermano, sí. Me lo han querido comprar. La situación está jodida.
- ¿Y por qué no lo has vendido?
- Es que EL SABER DE LAS ROSAS no me pertenece. Le pertenece al poeta Enrique Verástegui.
Si Ángel Izquierdo Duclós fuera un fenicio cultural, hace rato hubiera vendido el manuscrito. Su honestidad me reconcilió con la vida.
Pensaba quedarme un rato más, pero las calles se pusieron mucho más movidas. En cinco minutos llegaron tres camiones más y no tardó en armarse una guerra sin cuartel por los cupos.
Nos despedimos de Angelito.
Al llegar a casa descargué las fotos y se las envié a Richi. Como tenía que hacer unos trámites burocráticos, estuve fuera casi todo el día. Ya en la noche, revisé los correos electrónicos que recibí. Uno de ellos era de Richi, que me reenvío un peculiar intercambio emiliar con Enrique Verástegui, quien le confirmaba que las fotos adjuntadas de su manuscrito correspondían efectivamente al libro que creía perdido y que tanto tiempo le demandó escribir.
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La entrega del manuscrito de EL SABER DE LAS ROSAS a Enrique Verástegui, se realizará el jueves 25 en el Bar Zela.

Primera imagen: Ángel Izquierdo Duclós y Ricardo Vega “Richi lakra”.