jueves, 29 de septiembre de 2011

Nuevo “CICLÓN DE POESÍA” en Chiclayo – Participan integrantes de SIGNOS junto con destacadas poetas


Continúa el "Ciclón de poesía" en la ciudad de Chiclayo este sábado 01 de octubre de 6:30 p.m. a 8:30 p.m. en el "Café 900", sito en Manuel María Ízaga 900; iniciativa a cargo de los poetas y gestores Juan José Soto y Matilde Granados.

En esta ocasión participan, a golpe de verso, los poetas: Matilde Granados (Trujillo, 1986), coordinadora general de "Kaipy Kani"; Karina Bocanegra (Trujillo, 1986), gestora cultural de "Diablos Azules"; José Abad (Cajamarca, 1979) y Ernesto Facho (Trujillo, 1989), ambos integrantes del Grupo Literario SIGNOS.

Moderadores: Juan José Soto (organizador y coordinador del "Ciclón de poesía") y Fernando Odiaga.

El afán mayor del "Ciclón de Poesía": Promover la integración y el encuentro de poetas de la región Lambayeque y las diversas voces de las demás ciudades del país.

Enlace en facebook del evento:
http://www.facebook.com/event.php?eid=236860679695053


SOBRE LOS POETAS PARTICIPANTES:

JOSÉ ABAD ASCURRA:
Nació en Jaén, Cajamarca el 9 de septiembre de 1979. Licenciado en Educación, especialidad de Lengua y Literatura, por la Universidad Nacional “Pedro Ruiz Gallo” de Lambayeque. Ganador de algunos concursos literarios. Ha publicado el poemario "Absolución de la noche" (2007). Ha ganado el Botón de Oro del concurso de poesía realizado por el Círculo de Estudios Lingüísticos y Literarios Luis Hernán Ramírez, en el año 2002. Es miembro destacado del Grupo Literario SIGNOS.

MATILDE GRANADOS REQUEJO:
Nació en Trujillo (1986) pero radica en Chiclayo casi toda su vida. Su primer encuentro con la literatura fue cuando tenía 14 años, edad en la que se hizo acreedora al segundo puesto del Concurso Lundero en el género poesía (2000). El año 2007 publica su primer poemario "Para oír el solfeo exiguo de mi cuerpo". Ha participado en diversos eventos literarios entre ellos la 28ª Feria del Libro Ricardo Palma en Lima, Feria del Libro de Tarapoto (2009), la Feria del Libro de Trujillo (2009), I Encuentro de Poesía Feminópolis, Trujillo (2010), I Encuentro Nacional de Grupos Literarios en la PUCP (2010), entre otros eventos. Sus poemas han sido publicados en diversos medios de difusión literaria como las revistas Hybrido y Cinosargo, la página virtual de poesía contemporánea Urbanotopia y el semanario El Búho, entre otros. Es coordinadora de la asociación "Kaypi Kani" que ha organizado durante dos años consecutivos el Festival Cultural "Fiesta del Diantre" en la ciudad de Chiclayo.
Blog: http://lacasadelabelladurmiente.blogspot.com/

KARINA BOCANEGRA SALCEDO:
Nació en Trujillo (1986). Poeta, narradora, ensayista, docente y fotógrafa, graduada en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Trujillo, Perú (UNT). A los 16 años obtuvo el primer lugar en el II Concurso de Cuentos Peruanos "César Vallejo" y primeros lugares en el II Concurso de Cuento Breve "A toda Página" del Instituto Peruano-Norteamericano "El Cultural"; I Juegos Florales Interuniversitarios "Eduardo González-Viaña" de la Universidad Nacional de Trujillo. Menciones de honor: XIV Concurso Nacional de Literatura "Lundero" y el VI Concurso Nacional Juvenil de Cuento en honor a Germán Patrón Candela. Tiene publicados la nouvelle “Prosternación” y el poemario en inglés “Rain” (Ediciones Prometeo Desencadenado). Gestora cultural de eventos poéticos nacionales e internacionales a través de la promotora cultural “Diablosazules”.Poemas suyos aparecen en “Lluvia de palabras en el Ande”, Antología del X Encuentro de escritores y poetas en Cajamarca (Perú, 2010); en la Antología del I Encuentro de Agrupaciones literarias en la Pontificia Universidad Católica del Perú; y también en la Antología de Poesía femenina internacional “Poesía Rebelde” del I Festival Internacional “Grito de Mujer” (México, 2011).
Blogs: http://cafesideral.blogspot.com/ y http://azulesdiablos.blogspot.com/

ERNESTO FACHO ROJAS:
Nació en Trujillo el 22 de junio de 1989. Realizó sus estudios primarios y secundarios en la ciudad de Chiclayo, donde reside actualmente. Es docente de la Academia "Pedro Ruiz Gallo". Cursa los últimos ciclos en la carrera de Educación en la Especialidad de Lengua y Literatura en la Universidad Nacional "Pedro Ruiz Gallo" de Lambayeque. Obtuvo el segundo puesto en el I Concurso de Juegos Florales de la Facultad de Ciencias Histórico Sociales y Educación 2009 - Género Poesía. Autor inédito, produce narrativa, poesía y artículos de opinión. Es nuevo integrante del Grupo Literario SIGNOS.

jueves, 22 de septiembre de 2011

“Arguedas, una consigna y un hecho” (*) – Por: César Boyd Brenis


No es una coincidencia, pero después de cien años Arguedas y Machu Picchu nos han reconciliado un poco más con la historia y las tradiciones de nuestro suelo patrio. Es una ocasión de júbilo y anhelo. José María Arguedas ha representado loablemente una corriente en la cual nos reflejamos todas las sangres, para pensar como peruanos y en peruano.

Nacer en Andahuaylas fue un hecho cargado de azar; sin embargo, el alimento cultural con el cual se nutrió y en el que se asentó su pluma, es legítimamente un suceso conciente, ensamblado de experiencias sociales, estudio y amor por cada identidad y cada emblema que conforma la suma de todas las diversidades.

La fecha de su nacimiento coincidió con la del gran poeta Rubén Darío (18 de enero), pero en años distintos. Y nació con Ernesto Sábato el mismo 1911, como encontrándose dos luchadores sociales en una misma historia de poderes y fracasos.

Como todo seguidor del arte musical, sus estudios antropológicos acerca de los ritmos andinos lo mantienen en la cúspide de la seriedad investigativa, y lo reconocen como padre y promotor de la revaloración del arte nativo y del ande. No obstante, su labor no es muy conocida en dicha rama, pues la literatura se colocó en el eje de su accionar intelectual, y sus novelas y sus cuentos son la gran herencia que legó al país, no quitando de sus obras ese aroma a música de cada palabra realista, profunda y comprometida.

Alguna vez, Arguedas recordó en sus escritos que los años más felices de su vida se dieron al lado de dos campesinos, quienes eran sus compañeros de faenas agrícolas en la hacienda Viseca cerca a San Juan de Lucanas. Ese hecho, inyectado de una valoración absoluta por su gente, podría ser el testimonio más humano de su biografía.

Las circunstancias familiares que lo rodearon no fueron nada agradables. El destino lo dejó huérfano de madre a los dos años de edad y lo ligó con una madrastra conflictiva. Eso fue lo que lo condujo a ver a la gente del campo como los hermanos sustitutos que en el fondo eran, realmente.

Además, un hermano de sangre llamado Arístides siempre lo acompañó en sus peripecias. Así como cuando se escaparon de la casa donde su padre los había llevado a vivir junto a su madrastra y hermanastro, personas de crueldad luciferina. De esa forma, en un acto de valentía y atrevimiento, los jovencitos José María y Arístides fugaron hacia la hacienda de su tío, quien los acogió con alegría.

Todos aquellos hechos de increíble crueldad que Arguedas vivió, fueron reflejados en sus obras, pero siempre dibujados con otro rostro y con tónica literaria; ayudado por la palabra, castigó y corrigió cualquier maltrato y asimiló con valentía su lucha interna y sus traumas que no lo desligaban de su profunda herida de infancia.

Esa misma herida, ese mismo abandono y olvido, tuvo que ser subsanado por el Arguedas que libró todas las batallas y salió victorioso. Trajo consigo el amor propio que ningún hombre de esta tierra lo pueden obligar a perder, y se acaloró con el sentir andino para cabalgar en las prosas legendarias de los campos y las plantaciones.

José María cumple 100 años y no se le concedió el privilegio de reconocer dicho acontecimiento colocando al 2011 como “Año del Centenario de José María Arguedas”, y sí, según se dijo que para evitar la mención de nombres, se le puso “Año del centenario de Machu Picchu para el mundo”.

Y ante este dilema, hasta me da por pensar que ni siquiera el constructor de las ruinas, ni el arqueólogo descubridor, ni el ancestro andino del que decidió darle aquel nombre al 2011, hubiese estado de acuerdo; pero las reivindicaciones se darán tarde o temprano. Ahora es el tiempo exacto para releer a Arguedas y respirar su mismo aire en cada rincón del Perú.

(*) Diario "La Industria" (08-09-2011)
Fuente: http://cesarboydbrenis.blogspot.com/

La propuesta poética de César Pineda Quilca tras EL ARRIBO DE UN ÉXTASIS VIOLENTO (Toro de Trapo Editores, 2011) – Por: Cromwell Castillo Cabrejos


Cada poeta asume y otorga distintas posibilidades en una primera publicación. Justamente, a partir de este acto de entrega, empezará a trascender no sólo su vibración interior, sino que toda magia de la palabra escrita enrumbará, bajo luz y sombra, el camino promisorio de la sensibilización humana.

El arribo de un éxtasis violento (Toro de Trapo Editores, 2011) de César Pineda Quilca, constituye ese primer rumbo. Es un prolongado viaje al asombro y al desencanto transfigurados en poemas concisos, conmovedores y rotundos –en algunos casos–. Este libro deja constancia de la brecha íntima del autor, el primer fuego donde ha empezado a fundir abrumadores estados de existencia. He ahí uno de sus logros inmediatos.

Aunque el libro está dividido en tres partes o estancias: Un abismo de luz, Canto fugitivo de una sombra luminosa y Rescatando la lumbre, me atrevo a no reconocerle ninguna, es decir, prefiero concebirlo como un todo, de donde se desprende una fugaz muestra de poesía visual y el tránsito pesimista de un poeta que se evidencia trágico e incomprendido ante los constantes avatares de su solitariedad: Cantarle a una mujer deshecha en su desesperanza o reconocerse en la irredimible lujuria del ser introvertido que representa.

Pero esta reciente publicación, cuya bondad poética es notoria, no está exenta de desaciertos (algunos versos, imágenes y subtítulos forzados), con los que el autor quizás haya pretendido manifestarnos el arrebato de su lenguaje con plena libertad de creación; innecesaria maroma, diría yo, pues es indudable que el lenguaje de César Pineda logra profundidad interesante en la sencillez con la que es propuesto en casi la totalidad del libro. El arribo de un éxtasis violento adopta riqueza particular cuando Pineda se desliza sentencioso alrededor de su discurso, el cual en sus momentos altísonos se torna metapoético. Aquí el dolor como motivo universal cotidiano es la vida de todo caminante que consigue poetizar su memoria.

De esta manera, el poeta César Pineda Quilca encara a las sombras con un trabajo literario que hace un arribo vital y favorable a la esmerada poética peruana de los últimos años.

A continuación, dejo para su lectura algunos poemas como referencia.


Un corazón desnudo sostiene mi cabeza
Tengo
Las manos repletas de angustia.

Se me hace
Difícil caminar por la vida.

Estoy tan ciego
Y falto de respuestas que no puedo hablar siquiera.

¿Será acaso que tengo
La boca tapada con inmensas preguntas celestes?


Una noche más
Acurrucado
Bajo el frío pelaje de tu olvido.

Existiendo
A más no poder.

Torturado
Por el recuerdo de tu voz que nada en el silencio.


Penumbra

Todo poema
No es más que una sombra
Que nos per/sigue a todas partes.

Una
Puerta oculta.

A veces
Nuestra única salida.


De visita nada más
Sólo
He venido a ver
En qué situación se encuentra mi tragedia.


Todo recuerdo es un poema
Una profunda
Cicatriz que llevamos dentro.


S.O.S
Leo un poema
Y estiro
Mi mano
Como un mendigo.


Incógnita 2

Quién de ustedes
Podrá lanzarse
Al poema
Para terminar
Clavado debajo de la tierra.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Cromwell Castillo vuelve al Grupo Literario SIGNOS


En una fecha cercana a nuestro primer aniversario de relanzamiento como colectivo literario de acción (con nuevos integrantes), un acontecimiento especial y valioso ocurre en el ámbito más emotivo de SIGNOS.

Tras un alejamiento prolongado de un año y tres meses, el poeta y amigo Cromwell Pierre Castillo se reincorpora a nuestras filas. Su regreso hace posible que los cuatro miembros fundadores, vuelvan a estar unidos en esta nueva etapa que le ha tocado vivir al grupo. Dicho tiempo, en verdad, nos ha servido a todos (antiguos y nuevos miembros) como un período de aprendizaje y maduración en una escala más intensa, como personas y como artistas e intelectuales.

Todos los miembros, nacionales y extranjeros, nos complacemos en recibirlo como se lo merece: con una dosis de orgullo y alegría. Su poesía posee una cuota de fortaleza y caos que colabora con el perfil perfecto para observarlo siempre como integrante de SIGNOS.

Se podría considerar que Cromwell, en realidad, aun alejado formalmente, nunca dejó de pertenecer a la misma idea, a la misma fuerza emergida desde los ímpetus más contundentes de una sola generación literaria, de los mismos sueños y metas. Todo como un proceso natural, que no se fuerza; sacando adelante una noción de índole colectiva. Una identidad.

Y eso es muy importante. Habla de la huella imborrable que se deja cuando uno es parte de algo no sólo en materia sino también en espíritu. Una trascendencia que ahora se ve complementada con nuevos valores que rebasan las fronteras del Perú.

La ideología es siempre vital, pues nos señala un norte y define lo que somos y lo que queremos alcanzar. Desde ese punto de vista, lo principal es lograr que todo, o gran parte de lo que se crea y publica, sobreviva en el tiempo y le sirva a enésimas generaciones para su propia formación humana. El arte en tan antiguo. El hombre crea el arte para perpetuar sus ideas y sentimientos.

De tal modo, nuestro compañero Cromwell Castillo nos anuncia la próxima publicación de un libro que todos esperamos con las mismas expectativas de siempre. Ahora es el momento para que esta colectividad lo celebre y felicite.

Aquí estamos otra vez, juntos y hermanados en SIGNOS… Siempre hacia el mismo NORTE.


Grupo Literario SIGNOS

domingo, 11 de septiembre de 2011

“10 años del 11-S: Una guerra sin fin” – Por: Alberto Ampuero (*)


Han pasado diez años desde los ataques del 11 de septiembre y su resultado son guerras sin fin (Irak, Afganistán, Pakistán, Libia, Yemen, Somalia, entre otras), junto con más poder del Ejecutivo.

La respuesta de EE.UU. al ataque del 11-S al calificarlo de "acto de guerra" y no criminal cambió el panorama interno y externo, con lo cual el gobierno asumió poderes mucho más extensos de los que tenía para perseguir y detener a gente en el extranjero como también promover el espionaje doméstico, todo como si fuera una guerra.

Entre las primeras medidas tras el 11-S estuvieron las redadas masivas de musulmanes no ciudadanos dentro del país, con gente golpeada y tratada como si fuera terrorista. Luego el gobierno ordenó el registro de todos los hombres musulmanes de entre 18 y 25 años de edad originarios primero de nueve países y después de 19. La mayoría de los musulmanes no ciudadanos fueron deportados, lo que continúa con los inmigrantes latinos indocumentados.

Después del 11-S el Congreso actuó hombro con hombro con el presidente. La Ley patriota fue aprobada y firmada por Bush 45 días después, el 26 de octubre de 2001. El progreso legislativo sacó provecho de un período de histeria para otorgar poderes incontrolados al ejecutivo pero creó, al hacerlo, graves amenazas para las libertades civiles. Una de ellas, la erosión de la Quinta y Catorce Enmiendas de debido proceso, al permitir detenciones indefinidas de inmigrantes indocumentados.

En los últimos 12 años el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) realizó 2 millones de traslados a centros de detención "remotos" a los inmigrantes arrestados que afrontan procesos de deportación, lo cual "aparta de sus derechos" a los detenidos porque se les "dificulta extremadamente" el acceso a sus abogados y pruebas, denunció Human Rights Watch.

La Ley también crea el crimen federal del "terrorismo interior" que amplía la definición y se aplica a ciudadanos de EE.UU. así como a extranjeros. Declara que las violaciones penales de la ley son consideradas actos de terrorismo interior si apuntan a "influencias (la política gubernamental) mediante la intimidación o la coerción, o intimidan o coercen a una población civil." Mediante esta definición, manifestaciones contra la guerra o por la justicia global, el activismo ecologista, la desobediencia civil y el disenso de todo tipo pueden ser llamados "terrorismo interior".

La Ley Patriota sólo fue el comienzo. Después siguió la Ley de Seguridad Interna (HSA) del 25 de noviembre de 2002, una arrolladora ley antiterrorista. Creó el Departamento de Seguridad Interior (DHS) combinando bajo esta nueva autoridad a agencias gubernamentales previamente separadas para prepararse para prevenir y reaccionar ante emergencias interiores y dar al gobierno federal amplios poderes nuevos para proteger a la nación dentro y fuera de sus fronteras.

Es crucial comprender que esta directiva combinada, da al presidente y al Departamento de Seguridad Interna poderes sin precedentes, libres de limitaciones constitucionales.

Bajo el uso de las Directivas Presidenciales de Seguridad Nacional (NSPD-51) el presidente puede declarar una "emergencia nacional" y declarar la ley marcial sin aprobación del Congreso.

Otra manera que tiene el presidente de determinar la política nacional en estos tiempos es a través de las Órdenes Ejecutivas (EOs), que le permiten gobernar el país desde la Casa Blanca y prescindir de diferentes órganos encabezados por funcionarios que cuentan con el aval del Congreso.

George W Bush firmó más de 250 Órdenes Ejecutivas, y agregó docenas de "signing statements" (Interpretaciones de la ley) a cientos de cláusulas legales a pesar de que nada en la Constitución autoriza esta práctica.

La concentración de poder que Bush consiguió a costa del Congreso, los tribunales, los Estados, es la consolidación, cuando no la expansión, de los poderes presidenciales, y la conformación de un legado que quedó a disposición de presidentes futuros; por ejemplo, Obama entra en guerra en Libia sin autorización del Congreso.

¡Sin embargo se negó a emitir una orden ejecutiva para detener "la ruptura sistemática de las familias de inmigrantes" con las deportaciones!

Obama ha continuado casi con todo lo impulsado por Bush, tal vez con la excepción de la tortura extrema.

El 26 de mayo de 2009 Obama extendió tres de las más controvertidas cláusulas de la Ley Patriótica. Las disposiciones permiten a las autoridades realizar escuchas telefónicas y detener a extranjeros sospechosos de ser "terroristas solitarios", además está el denominado "estatuto del apoyo material", que tipifica como delito el suministro de tal "apoyo" a terroristas, definido como bienes, servicios o asesoramiento tangibles o intangibles.

Esta cláusula ha permitido acusar a colaboradores de buena fe de organizaciones caritativas y humanitarias, y ha servido de "inspiración" al estado de Alabama para su ley antimigratoria "más cruel". La ley HB56 criminaliza casi toda actividad de inmigrantes indocumentados, pero también a cualquiera que los asista. Tipifica como delito transportar, emplear, ofrecer o alquilar vivienda o asistir de cualquier manera (incluyendo dar albergue) a un indocumentado.

Obama, a pesar de sus promesas de acabar con las prácticas ilegales, hoy sigue teniendo a unos 170 detenidos en Guantánamo y en otros centros de detención del país.

Han pasado diez años del 11-S y la sangre no deja de correr.

(*) Argen Press
Fuente: http://es.sott.net/

Recuerdan a Salvador Allende a 38 años del golpe de Estado en Chile


Se recordará a Salvador Allende, al cumplirse el 38º aniversario del golpe de Estado de 1973. Los actos principales se realizarán ante el monumento al expresidente frente a La Moneda. Habrá una marcha desde la Plaza de los Héroes hasta el Cementerio General.

El 38º aniversario del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 se conmemorará con ofrendas florales ante el monumento del ex Presidente Salvador Allende frente a La Moneda y con una marcha a las 10:30 de la mañana desde Plaza Los Héroes hasta el memorial del detenido desaparecido y el ejecutado político del Cementerio General.

La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, quien encabezó este sábado la inauguración del Tercer Encuentro Latinoamericano Memoria, Verdad y Justicia, invitó “a todos y todas a sumarse este 11 de septiembre a la marcha que va a iniciarse desde la Plaza Los Héroes rumbo al memorial del detenido desaparecido y el ejecutado político”.

Organizaciones de DD.HH., de presos, exonerados y ejecutados políticos, la Central Unitaria de Trabajadores y el Grupo de Amigos Personales del ex mandatario llegarán a La Moneda, y se unirán a las actividades para testimoniar su adhesión al ex Presidente Allende.

Por otro lado, entre las organizaciones que fueron autorizadas por la Intendencia Metropolitana para llegar el domingo a la Plaza de la Constitución, figura la Corporación UTE-USACH, que hoy rindió homenaje a sus 62 asesinados.

Su vocero, Alexis Zamorano, señaló que los alumnos, exonerados, profesionales, profesores y funcionarios de la ex Universidad Técnica del Estado (UTE) también se reunirán para conmemorar la fecha: “Este 11 de septiembre iniciamos la actividad a las 9 de la mañana, que es la única hora que autorizó la Intendencia. Entramos por calle Morandé por Alameda, caminando hacia el monumento del compañero Allende, en el cual dejaremos nuestra ofrenda floral de compromiso y reconocimiento una vez más”, indicó.

La ex UTE fue bombardeada el 12 de septiembre de 1973, resultando detenido su rector, Enrique Kirberg, el presidente de los estudiantes, Osiel Nuñez, y un millar de docentes, alumnos y funcionarios, quienes fueron detenidos en el ex Estadio Chile, donde fue asesinado el entonces director de comunicaciones de la universidad, Víctor Jara.

Por eso, cada año se hace una romería a las placas que recuerdan a Kirberg, Jara, Michelle Peña, Mario Martínez, Julio Santibáñez y a Gregorio Mimica.

El presidente de la Asociación de Funcionarios de la USACH, Juan Guzmán, consideró que “esta es una actividad histórica que pertenece y forma parte del patrimonio histórico de nuestra universidad, que fue avasallada el 11 de septiembre del ’73 por fuerzas militares que allanaron, detuvieron, torturaron y posteriormente hicieron desapariciones de alumnos y funcionarios”.

El ingeniero Juan Martínez vivió el 11 y 12 de septiembre en la UTE. Según relató, iba a hablar el Presidente Allende para llamar a un plebiscito. Por eso -dijo- los militares golpistas castigaron a la comunidad de la UTE, que era un símbolo de la Unidad Popular, pero el rector Enrique Kirberg evitó un baño de sangre: “Él sale con una bandera blanca y dice que es el rector, que no nos disparen, que nos dejen salir, que somos estudiantes. Ese recuerdo realmente sigue vivo al ver hoy esta Casa Central, que ese día fue bombardeada por las fuerzas del fascismo, porque de alguna forma, esta universidad representaba todo lo que era el gobierno popular”, señaló.

En tanto, el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Técnica del Estado, Alejandro Yáñez, enfatizó que este año se recordó a las 62 víctimas de la UTE-USACH con estudiantes en las calles peleando por una educación para todos, como se logró durante la reforma universitaria de la UTE: “Chile, en este momento, está viviendo un despertar. Lo ha provocado el movimiento estudiantil, que ha sido capaz de que se paren, junto a todos los estudiantes, sus familias, los trabajadores y la inmensa mayoría de la opinión pública chilena. Creo que esta lucha va a coronar con la victoria”, aseguró.

jueves, 8 de septiembre de 2011

“Demolición de los reinos” del Grupo Literario SIGNOS de Lambayeque – Por: Manuel Luque


Después de un paciente año de espera aparece como un grito acrisolado el poemario "Demolición de los Reinos" del Grupo Literario SIGNOS de la región Lambayeque. Y no es para menos porque la calidad de cada uno de los poemas paga con creces la espera.

Hablar de "Demolición de los Reinos" es hablar de buena poesía. Poesía que cala al interior y al espacio de los que la transitan. Son poemas frescos y llenos de vitalidad, de imágenes que transgreden lo horizontal del verso. Versos cortos o prosa poética. En ambos casos, como el agua calma la sed, los ahoga, los purifica y los devuelve a la vida.

No cabe duda que la buena poesía se cobija en aquéllos que hacen lo que aman. Y la poesía es pasión. Uno escribe con pasión, pero que no se entienda éste último término como una mera idea trivial de lo que debería ser la poesía: un conjunto de palabras. No tendría sentido escribir tantos artificios y hundirse en los vericuetos que van entre línea y línea del poema, sino hacerse sentir y oír de la forma más simple como quien huele una flor.

Son poetas jóvenes los que conforman el Grupo Literario SIGNOS, cada uno con su propuesta y voz propia. Voces que se adueñan de su entorno y lo amoldan a sus gustos, jugando con la palabra. Ya decía Rómulo Gallegos: “La literatura está hecha de palabras cotidianas, del ‘hola’, ‘buenos días’ o ‘¿cómo está?’. Con esto tiene que trabajar el escritor, pero cómo lo hace: con la imaginación y la palabra”.

Por eso leo con pasión estos versos que se van atornillando, lentamente, en mi memoria.

Aquí desgloso para ustedes "Demolición de los Reinos":


JOSÉ ABAD ASCURRA:
(Jaén – Cajamarca – 1979)

Licenciado en Educación, especialidad de Lengua y Literatura por la Universidad Nacional "Pedro Ruiz Gallo" de Lambayeque. Ganador de algunos concursos literarios. Ha publicado el poemario "Absolución de la noche" (2007).


LOS ÚLTIMOS DÍAS DE CAÍN:


EL DESTERRADO


7

Aúllo.
Aúllo y la noche me persigue cada vez más cerca,
Más aprisa. Pies ligeros como alas.
Pies afilados que vienen decapitando estatuas.
Y la luna,
La traicionera luna se prostituye ante mis ojos,
Y con su dedo virginal e impúdico, me señala.


REVELACIONES


7
A Alejandra

Cuando este mundo me precipite a la locura,
Cuando los demonios hayan consumido mis entrañas
Completamente,
Cuando este sol tan pequeñito que poseo, se apague;
Me sobrevivirá para vengarme de tanto infortunio
Que ha sido vivir.


CROMWELL CASTILLO CABREJOS:
(Motupe – Lambayeque – 1981)

Artista plástico y diseñador gráfico. Ha obtenido en Poesía: Primer Premio Regional (2007), Premio de Plata Macroregional (2007), Mención Honrosa Nacional (2008) y Finalista en un concurso internacional (2007). Ha publicado los poemarios "Agua" y "Transfiguración o el sonido" (2007). Trabajos suyos aparecen publicados en revistas físicas y virtuales nacionales e internacionales. Dirige Tiro de gracia Editores.


¿DÓNDE ACASO ES CAMINO?:


STATU QUO


Aprendizaje

Cuando nuestro silencio cese
Otro aire denso gobernará tu garganta.

Esta es una estación de días muertos.

Por eso búscate,
Mira el vacío,
Alisa tus alas y despliégate:
Algún día también aprenderás a volar como yo,
Mosca Doméstica.


FRÁGIL RESONANCIA


Elevación

De pronto a lo lejos se escuchó una voz: Mi camino nunca podrá ser tuyo, pero hay atajos que nos devuelven la esperanza. Era yo queriendo acercarme al tiempo indicado. Creo regresar a mí, mi único entierro.


RONALD CALLE CORDOVA:
(San Ignacio – Cajamarca – 1982)

Licenciado en Educación, especialidad de Lengua y Literatura, por la Universidad Nacional "Pedro Ruiz Gallo" de Lambayeque. Ha obtenido el Primer Premio Regional de Poesía (2006) y el Premio Internacional "Quijoteando" (España – 2005). Ha publicado el poemario "Agonía compartida" (2007). Actualmente realiza estudios de Derecho en la Universidad "César Vallejo" de Chiclayo.


ABANDONO DEL HASTÍO:


II

Y es que, esperando la muerte de los otros,
Esperamos, un poco, la muerte nuestra

Antonio Colinas


Un cigarrillo.
Un cigarrillo para abreviar la vida
En el mundo de cenizas:
He alcanzado sólo una palabra
Tan simple y nociva como una línea.


XXII

Alguien pidió prisa en esta línea.
Dígame usted ahora
para qué apresuras la vida.
Apenas hemos tocado el suelo y hemos llegado tarde.

La prisa jamás determina cuánto dura un beso.


CESAR BOYD BRENIS:
(Ferreñafe – Lambayeque- 1981)

Licenciado en Educacion, especialidad de Lengua y Literatura, por la Universidad Nacional "Pedro Ruiz Gallo" de Lambayeque. Ganador de premios en Poesía, Cuento, Ensayo y Dramaturgia. Ha publicado "Mocedades Poéticas" (2002) y "Heterónimos frente al espejo" (2007). Labora como editor y corrector de textos en una editorial norteamericana. Dirige Tiro de gracia Editores.


PERSISTENCIA DEL ALARIDO:


ALARIDO PERPETUO


Contenido inicial
A mi esposa

Para saber de la originalidad
me he buscado dentro de mi primer poema,
y sólo encontré otro poema
que no me decía de vitrinas
ni de lauros ni de pretensiones.
Me he buscado en esa forma de protección
y de simpleza,
en la originalidad de la que exhortan
los ilustres,
sin merecer la seriedad
ni la justicia;
basta que un poema pueda decirme
somos uno,
basta un poema concebido
en aquel paraíso del yo mismo
con mi jadeo primigenio,
en lo hondo de un inconsciente plagio.


Psicoanálisis
A Signos

Freud caminaba a la orilla de sus miedos conocidos,
se drogaba para intentar su neurosis
y creía haberse suplantado por otro Freud,
otra máscara de pieles en las manos,
otra verdad del sueño en el inconsciente,
y se iba solo a conocerse enfermo,
a entrar profundamente en su peor enemigo
como atendiendo su propio parto,
como desenterrando su propia tumba,
para al fin,
triunfante y reprimido,
concentrar en la infancia los males supremos,
el natalicio de sus vastas sombras.


Saludos estimados poetas y que Lambayeque siga ardiendo con su buena poesía. Un especial abrazo poético para el poeta Cesár Boyd Brenis, por su calidad de persona y profesionalismo en la docencia. Y otro, para el poeta y promotor cultural César Pineda Quilca, ya que, fue el intermediario para que a mis manos llegara éste buen libro.


Manuel Luque
Huachipa, invierno de Lima, 2011.

lunes, 5 de septiembre de 2011

“Demolición de los reinos” (Grupo Literario SIGNOS, Lambayeque) – Por: Raúl Heraud


"Demolición de los reinos", del grupo literario SIGNOS de la región Lambayeque (Sol negro, 2011), hace su aparición en esta gélida Lima gracias a uno de sus integrantes (César Boyd Brenis) para seguir diciéndonos que la buena poesía no solo es exclusividad y privilegio de la capital, sino, por el contrario, se da a conocer con más frecuencia fuera de sus límites; en esta segunda entrega encontramos a los poetas con mucha más madurez, y más irreverentes que de costumbre; a continuación una breve aproximación a su poesía:


"Los últimos días de Caín", de José Abad Ascurra (Jaén – Cajamarca – 1979), transitan los linderos del malditismo, el poeta vive al límite dentro de una ciudad caótica, huyendo de sí mismo; un halito Paneriano rondan los textos que devanean entre la renuncia al ser y el deleite nihilista, la belleza dentro de estas páginas se encuentra en el abismo, en la declarada confrontación filosófica entre el hombre y dios, en el abandonarse en este cementerio pos moderno hasta despertar y saberse vivo dentro de una tumba sin nombre.

9

Miro en el espejo mi rostro envejecido por la lengua
áspera del tiempo. Mis ojos gastados, mis pupilas
opacas donde danza la sombra. Miro mi frente
surcada de recuerdos inclementes, mi cabello
encanecido, mi cuerpo inútil y arrugado, mis costillas
sedientas de tierra y de cemento. Miro mis manos
torpes, mis uñas carcomidas, roídas hasta sangrar en
noches blancas. Miro mis piernas que apenas me sostienen,
Y mi ombligo exangüe donde habita la
lujuria. Miro estas paredes donde envejecen arañas
que tejen las memorias de los muertos que no
vuelven. Miro con pavor, con ternura, a este hombre
que no sabe que mira con ternura, sus últimos días de
Caín, su último vuelo de insecto, de pequeño mortal
Inmortalizado por el hallazgo fatal de vivir, por la
burla de Dios que me mira con desprecio, y que no
sabe que también lo odio y lo desprecio con la
compasión del hombre que se va, mientras el Dios, el
siempre Dios, se queda solo en esta tierra de muertos.


"¿Donde acaso es camino?", de Cromwell Castillo Cabrejos (Motupe – Lambayeque – 1981), nos sugiere que la vida es un devenir constante y la poesía un veneno mortal, insalvable trampa de la que jamás se podrá liberar quien la escribe, el poeta cede ante la tentación irresistible del cuerpo, la inmortalidad para él tiene rostro de mujer pero también lo tienen la desesperación y la desesperanza, los poemas son vistos aquí desde la otra orilla, (a lo Juan Ojeda) desde el otro yo trastornado con la contemplación de quien ve que nada tiene, de quien sabe que lo ha perdido casi todo.

Pre – texto nuevo

Antes de que el gallo hubiera cantado
Tres veces, Pedro ya lo había matado.
Su conciencia limpia ayudó a Judas a
no colgarse. Jesús no fue crucificado;
aun juega a los dados con los
hombres que alguna vez decidieron
dejar de pecar.

Imagino lo soberbio que debe haber
sido escribir un testamento nuevo.


"Abandono del hastío", de Ronald Calle Córdova (San Ignacio – Cajamarca – 1982), construye su universo poético alrededor de paradigmas humanos como el amor, visto de manera enfermiza, dios, como simple creación cultural, la locura como salvación, como un arte al que no hay que renunciar jamás, la poesía se vuelve dentro de estas páginas para Ronald en la contemplación del absurdo, la vida en la acumulación de fracasos arrojados a la piel, pergeñados desde los ojos incendiados del poeta.

VII

Dios, al no encontrar el Edén,
al poeta dijo:
no sé lo que he creado.
Luego,
lloró con él.


VIII

Dios es un ser extraordinario.
Siendo creado por el hombre,
Se proclamó mi creador.


"Persistencia del alarido", de César Boyd Brenis (Ferreñafe – Lambayeque – 1981), hurga en el poema como buscándose a sí mismo, buscando el significado de la condición humana, la belleza es para él observar como el mundo sucumbe en una tarde cualquiera, los poemas son puertas abiertas por donde se deslizan toda clase de emociones, de miedos, de deseos, por ellos transitan la madre, Narciso, los sueños, el psicoanálisis freudiano; los textos aparecen como una moderna terapéutica de la vida cotidiana.

Mito diluido

En la otra orilla del rio está la verdad,
Narciso,
y te quedaste a la mitad de ti.
Tu idolatría estuvo en el agua
como una discreta inquisición: ahí
no había verdad y sólo tú te admirabas
en tus trampas del ser,
Para que tus ojos soportaran tanta realidad,
tanto pedazo de agua
convertido en ti.

Fuente: http://revistavirtualfiatlux.blogspot.com/

“Q.E.P.D. el cuento hispanoamericano: Sobre la paulatina desaparición de un género” – Por: Gustavo Faverón Patriau


En la narrativa latinoamericana, y también en la española, el último par de décadas ha sido un tiempo de obras relativamente menores. Incluso la mayoría de aquellos escritores relevantes que han producido la mayor parte de su trabajo creativo durante esos años, lo han hecho, me parece, casi siempre, en clave menor.

Con excepciones notorias, las más obvias de las cuales son la narrativa de autores como Roberto Bolaño, Ricardo Piglia, Antonio José Ponte, Diamela Eltit, Javier Marías o Mario Levrero (pero dos de esos escritores están ya muertos), las novelas del mundo hispano se han vuelto cada vez más y más simples, menos aventuradas, más lineales, menos experimentales, más estandarizadas, menos ambiciosas y más previsibles.

Mucho tienen que ver en eso los estándares del mercado editorial, que, además de empujar a los novelistas (con su muy frecuente complacencia) hacia un terreno siempre conocido y casi nunca problemático, han hecho otra cosa, quizás incluso más grave: casi han aniquilado los libros de cuentos, que en décadas pasadas conformaron uno de los notorios centros del canon latinoamericano.

Autores como Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Clarice Lispector, Juan José Arreola o Julio Ramón Ribeyro concentraron la mayor parte de su talento en ese género, empujándolo en direcciones impensadas, abriendo regiones enteras de la experiencia latinoamericana en esas pequeñas vetas de originalidad y de inteligencia y atrevimiento estético que fueron sus libros cruciales.

No creo equivocarme al decir que en los últimos veinte años no hay una sola colección de cuentos nueva que haya resonado en el canon de esa manera, y eso, creo, se debe a que la exigencia de relativa simplicidad del mercado editorial no se refiere simplemente a evitar las grandes novelas monumentales y abarcadoras que marcaron la tradición latinoamericana durante casi todo el siglo veinte, sino, además, a evitar también la producción frecuente de pequeños libros complejos, hechos de pequeños relatos complejos, que no resultan nunca tan vendedores como una novela de consumo relativamente sencillo.

Incluso los escritores consagrados saben perfectamente que ninguna editorial invertirá tanto en promocionar un libro de cuentos como en promocionar una novela potencialmente exitosa, y la consecuencia de eso es, o bien la escasa producción y la circulación casi fantasmal de libros de cuentos que son inmediatamente vistos como marginales dentro de la obra de sus autores, o bien la simple resignación de los autores a no experimentar en el género en lo absoluto.

La gran excepción, claro, es Brasil, donde un autor como Rubem Fonseca puede con entera libertad construir una carrera creativa crucialmente centrada en la narración breve. Pero Brasil es un mundo aparte. En Brasil, maravillosa y sorprendentemente para el mundo latinoamericano, editoriales como Alfaguara publican, en las mismas colecciones donde aparecen las novelas más exitosas, no sólo colecciones de cuento sino incluso colecciones de poesía, que encuentran respuestas positivas del público lector.

No tengo los elementos de juicio para explicar por qué los brasileños no tienen que sufrir viendo que ramas enteras de su tradición desaparecen como producto de políticas editoriales miopemente mercantilistas. El hecho es que no ocurre: los poetas y cuentistas brasileños no tienen que renunciar al relativo éxito comercial como producto de los lineamientos de las casas editoras transnacionales; pero el resto del mundo hispano, en su mayor parte, sí.

¿Será que esas políticas editoriales acabarán por exterminar la tradición del cuento hispanoamericano, arrimándolo primero (como ya ocurre) a la marginalidad, y luego abismándolo a la extinción? ¿Será que la mayoría de los narradores de lengua hispana no pueden concebir una carrera literaria que no goce de cierto éxito comercial y, por tanto, están dispuestos a aceptar que esas políticas gobiernen tan determinantemente sus elecciones creativas?

Jorge Luis Borges cuenta que, tras la publicación de sus primeras obras, cuyo número de ejemplares vendidos, en la primera edición, no solía pasar de las dos cifras, él mismo iba a los cafés, entraba subrepticiamente en los clósets y colocaba en los abrigos de ciertas personas copias de sus libros, pues lo que le interesaba no era la cantidad, sino la calidad de los lectores y de la respuesta de los lectores.

Esa ética de la creación, que busca más la alimentación y la retroalimentación del debate que el éxito comercial, parece extraviada para siempre entre nosotros (hoy los autores suelen buscar críticas inmediatas y positivas que puedan luego colocar en un dossier y que promuevan las ventas lo antes posible). Y en esa ruta, géneros clave, como el cuento, parecen empezar a esfumarse.

“La valija mágica” – Por: Juan Forn


Borges le dice a Bioy: “Cuando le cuento sueños a madre, creyendo que son valiosísimos, ella se pone furiosa. Dice que, mientras ella duerme tranquila, yo estoy soñando disparates, que ni dormido la dejo en paz”. Lo que estaba soñando Borges era que alguien lo apuntaba con un arma y le decía: “Voy a matarlo, no puede hacer nada”. A lo que Borges contestaba: “Puedo hacer algo: despertarme”. Uno se lo imagina abriendo los ojos a las cuatro de la mañana y preguntando en la oscuridad, hacia el cuarto de al lado: “Madre, ¿está despierta? ¿Sabe lo que acabo de soñar?”.

Sospecho no ser el único al que le emploman los sueños ajenos, sean por escrito, en películas o por vía oral. Pero, a diferencia de doña Leonor, los sueños de Borges me enganchan siempre, entre otras razones porque los cuenta tan sencillitos y breves que funcionan como haikus: terminan casi antes de empezar, relato e impacto son casi simultáneos. La otra cosa que me gusta es la combinación de desenfado y familiaridad con que Borges se los cuenta a Bioy. No por nada la recalcitrante doña Leonor le decía a su hijo: “Vos no sos reservado, sos indiscreto. Pero te salen bien las indiscreciones”. Véase este otro ejemplo, que ocurre después de un fugaz paso de Borges por el quirófano: “Soñé que era Inglaterra e interpreté unos tironeos en la barriga como el dolor de parir a Australia. Al despertar, me alarmé un poco por haber tenido un sueño así. La operación de la próstata hiere y perturba el amor propio”. Bioy, que ha ido a visitar al amigo, recuerda al oír esa confesión un comentario de Borges a la salida de una tarde de trabajo en la editorial Emecé: “Vamos a La Fragata, que tiene un mingitorio donde se logran pises excelentes”. Lo urinario es todo un tema entre los dos amigos. Un día que comen en lo de Bioy, Borges espera que Martita, la hija de su amigo, se levante de la mesa para decir, llevándose a la nariz una rebanada de pan negro: “Ahora que se fue Marta, te voy a confesar que este pan me gusta tanto porque tiene olor a pis”.

Fritz Lang le dijo una vez a Godard: “Si me abrieran al medio, saldría un niño viejo, o un anciano joven. Uno cumple los veinticinco y no tuvo tiempo de conocer la vejez de la juventud. Lo mismo pasa cuando uno envejece: el período para conocer la juventud de la vejez es demasiado corto”. Borges y Bioy resolvieron ese problema a su manera: “Cometemos el error de creer que los demás son adultos, pero son tan pueriles como uno”, le dice Bioy a su amigo. Y éste contesta: “Si uno nació chico, sigue siendo chico. Habría que nacer adulto para ser adulto”. Como bien se sabe, Borges le llevaba quince años a Bioy, pero se hicieron amigos enseguida porque ninguno de los dos había nacido adulto: podían ser dos impenitentes niños viejos o dos ancianos púberes igual de impenitentes. En particular con el plúmbeo Manuel Peyrou, que fue incurablemente adulto toda su vida y que solía decir: “Hay gente que te irrita de antemano por la estupidez que va a decir y te irrita después porque defraudó tu expectativa diciendo algo atinado”. Simulaba referirse al común de la gente, pero en realidad estaba hablando del irritante efecto que le producían Borges y Bioy cuando estaban juntos.

A María Kodama le pasaba lo mismo, razón por la cual se aplicó a “alejar a Borges del señor Bioy”, como decía Fanny, la mucama correntina que fue mucho mejor sparring de sueños para Borges que la entonces difunta doña Leonor. Un día, justificándose, Kodama le dice a Fanny: “Es que le hablan mal de mí”. Fanny le contesta: “Pero señora... ni hablan de usted” (es lapidariamente cierto; por la misma época, Silvina está una mañana leyendo el diario en el jardín de su casa en Mar del Plata, lee algo sobre Borges y le dice a Bioy, sin bajar el diario: “Qué caso extraordinario, alguien tan desdichado que llegó a la felicidad... porque mirá que ha sido desdichado”. Pausa. “Ahora está en la cúspide de su vida, le va bien, es feliz. Pobre, me da lástima”).

Fanny no contaba sus sueños, pero daba su opinión a Borges sobre los suyos, porque le parecían transparentes. En una de las raras visitas de Bioy al departamento de su amigo en la calle Maipú, Borges le cuenta que soñó que al comprar un libro se desplomaba, lo ayudaban a levantarse y descubría que era un enano. Fanny, que pasa por ahí para llevarse la bandeja del té, dice con ecuanimidad: “Es claro, el señor Frías pasó por acá esta tarde” (Carlos Frías, uno de los directores históricos de Emecé, medía en sus mejores momentos del día un metro cincuenta). Fanny le explicaba cómo dormir a Borges: “Cuando yo me duermo, entro en el profundo. Yo digo que morir ha de ser un profundo más hondo, y creo que más descansado”. Doña Leonor le había dicho antes de morir que se le aparecería en sueños para contarle cómo era el otro mundo. “Nunca se me apareció, señor; así que no ha de haber otro mundo”. Eso le hace recordar a Borges una frase que parece venirle de un sueño. Se la oyó a su padre setenta años antes, parados los dos en la cubierta del barco que los traía a la Argentina: “Llueve en el mar. ¿Ves que no hay Dios?”.

En 1981, cuando ya llevaban medio siglo de amistad cotidiana, Bioy resume distraídamente en su diario la mecánica de su vínculo con Borges: “A él le interesa todo más que a mí. Siempre está encontrando cosas para comentar: llega a casa como un viajante con su valijita y la abre para mostrar las riquezas que ha encontrado, rasgos absurdos o nobles de la gente, felicidades y paradojas de la literatura”. Durante cincuenta años anotó Bioy en su diario lo que Borges traía cada noche en su valijita. Con ningún auditorio se sintió Borges más cómodo que en aquellas noches en que se pagaba la comida en casa de su amigo con su valija mágica. A nadie le mostró tanto de su contenido. Borges es con Bioy como la mayoría de los escritores son sólo consigo mismos, adentro de sus cabezas, cuando se ríen solos, cuando se miran el calzón, cuando creen que nadie los ve, cuando no les importa la opinión ajena. Eso es lo más formidable y lo más impúdicamente escalofriante que tuvo su amistad, y que tiene el libraco sobre Borges que Bioy dejó para publicar post-mortem. Hay una frase que lo resume en lo alto y lo bajo igual de gloriosamente, y que nadie pescó o nadie se atrevió a citar en las mil semblanzas sobre el libro que se han hecho. Dice Borges que, en medio de un sueño, descubre con furia repentina: “La más clara prueba de que Dios no existe es el acto de cagar. La persona que descubra un modo de sustituir el papel higiénico se hará rico. Entonces verán nuestra época como increíble y bárbara. Dirán: se pasaban papel por el culo y se ensuciaban la mano, qué gente sin Dios”. Tal cual. Qué extraordinaria gente sin Dios eran los dos cuando estaban juntos.

jueves, 1 de septiembre de 2011

“Crónica de una visita anunciada” (*) – Por: César Boyd Brenis


Muchos poetas han buscado particularmente su unión a través del arte, con diferentes fines: compartir experiencias, sacudir demonios, despojarse de soberbias, conducir las pasiones, mostrar los frutos y revivir los mitos más hostiles y más cándidos de su figura.

Los poetas de este tiempo están tan comunicados entre sí que la experiencia estética y el arrebato pasional de la vida se confunden misteriosamente, y las redes sociales ayudan para este propósito. De esta manera, con un halo de opiniones ciberespaciales, se nota en cada mensaje de sus muros de Facebook ese esplendor híbrido de todas las fuerzas del alma.

Fue esa interconexión espiritual —y el ansia de traspasar las fronteras regionales— lo que pudo crear una noche exquisitamente literaria el viernes recién pasado —19 de agosto—. Así, se llevó a cabo un recital poético en un conocido establecimiento chiclayano, cuyo anfitrionaje estuvo a cargo del poeta Stanley Vega, y cuya unión entre ciudades hermanas se redondeó con la lectura de poesía y el fulgor de los aplausos redivivos.

Las voces foráneas participantes fueron Giuliana Llamoja (Lima, autora del libro “El amor y la vía láctea”) y Harold Alva (Piura, editor y crítico literario), los cuales hicieron desfilar su poesía con esa sutileza rítmica que los sentidos elevan. Por su parte, representando a Lambayeque estuvimos Ronald Calle y yo —miembros del Grupo Literario Signos—, quienes dispuestos a estrechar los lazos, estiramos la mano con plena conciencia de lo que la amistad de los poetas siempre debe dejar: la estirpe de la hermandad.

En el evento se impuso un solvente diálogo que reflejó aquella unión referida, y a la que llegan los poetas después de encontrarse entre sí y a sí mismos. Al respecto, Giuliana Llamoja nos leía: “Poesía / Estoy aquí / Desmantelándome / Y no he sido una cualquiera / Y tú no has sido una cualquiera por involucrarte conmigo” (poema Aquel lugar que te nombra).

Por su parte, Harold Alva complementaba la idea con una poesía citadina, pero no menos entrelazada por la coalición de espíritus: “Me enviaba señales / Halcones de neón que hacían piruetas / Alrededor de mis poemas / Y yo: detenido en mi habitáculo / Copiaba el rumor de la mañana / En algún texto que nada tenía que ver con la tristeza” (poema III del libro inédito Lima).

Y en verdad, nada tenía que ver con la tristeza aquella noche de viernes en donde Ronald Calle colaboraba leyendo: “¡Anda! Toma mi mano, / cubre tu herida / y ven, / levantemos la antorcha del hambre, / miles de hombres nos contemplan” (poema Agonía compartida).

De esa forma, en todos los casos de encuentros literarios —y en el ciberespacio—, si los poetas siguen buscando su unión a través del arte, en tan solo poco tiempo, el espíritu de esas almas libres podrá enseñar cómo se construye la sensibilidad, con la natural experiencia de compartir las voces diferentes en medio de una mesa única.

(*) Diario "La Industria" (26-08-2011)
Fuente: http://cesarboydbrenis.blogspot.com/

Entrevista al Signo César Boyd Brenis – Por: Gerardo Carrillo


¿Qué es la poesía?

No creo poder definirla, ni lejanamente. Aunque detrás de la pregunta se esconden muchos misterios, y pensar en esos misterios resulta excitante, tanto como indagación, como aprendizaje del mundo interno, como curiosidad humana; más no como condición necesaria para que exista y alcance a los hombres. Por lo tanto, el testimonio más próximo de Poesía se encuentra en los que la escriben, en sus obras más antiguas y más nuevas, en la relación con sus conductas creativas y sus desparpajos. En todo ello es donde uno almacena indicios de algo que está allí, simplemente. A partir de esto, podemos darnos una idea de Poesía, tal vez una idea oscilante o hasta ininteligible.

¿Quién es un poeta?

Es un ser humano normal, aunque a veces no lo parezca. Conozco a muchos poetas interesantísimos en su forma de vivir o de actuar. Pero conozco también gente increíble en su vida —y en su forma de morir lentamente— que no ha escrito ni escribirá nunca un poema. No creo que el poeta tenga ciertas maneras características de vida, en el sentido práctico de la palabra. Más bien, en el sentido onírico, muchos a veces deliramos y nos creemos grandes cantantes, grandes mafiosos o grandes poetas. Dejemos que cada uno crea su mito: es divertido. Por mi parte, ser ingeniero agrícola o ser poeta me causan la misma sensación: sólo referencias.

¿Quién eres tú?

Siempre cuando he pensado en esa pregunta —que es una interrogante ontológica y, por ende, complejísima—, caigo en contradicciones hermosas, las cuales me hacen ver tan ignorante y tan feliz. Por ejemplo, si respondo a dicha pregunta diciendo que soy un hombre (a secas), se me puede estropear la respuesta increpándome a mí mismo que la pregunta no ha sido “¿cuál es tu género-especie?”. O, por otro lado, si contesto como un creyente y digo “soy hijo de Dios”; eso también me crea una dificultad cuando me corrijo diciendo que la pregunta no ha sido “¿quién es tu Padre?” (con “P” mayúscula). Y así, con cada respuesta que se dé, siempre hay algo con lo cual uno se enfrenta. Con todo ello, creo más bien que la trampa está en la pregunta misma, pues a priori se sabe que es imposible contestarla con independencia ontológica, dado que todos los que pueden formularla —es decir, los seres humanos— tenemos mucho en común, y esas semejanzas rompen cualquier lógica del ser en sí, porque querámoslo o no, nos parecemos tanto, pero tanto, que puede resultar hasta soberbio contestarla, aunque válida como punto de partida para una conversación.

¿En qué momento del día prefieres escribir?

No hay momento preferido: cuando viene el vendaval, hay que asumirlo.

¿Cómo describirías tu poesía?

Mi poesía intenta abarcar muchas temáticas, por lo cual puedo decir que es “diversa”. Y en el sentido de su fuerza discursiva, puedo expresar con sinceridad que muchos de los poemas de mis libros no me gustan, por lo cual diría que parte de ella es “poco atractiva”. Sin embargo, otras creaciones creo que han logrado algo que yo estaba buscando: la profundidad y la sencillez.

¿Qué es lo que más sueles observar?

Los pies femeninos.

¿En qué piensas constantemente?

En cómo digo las cosas al hablar.

¿A qué le temes? ¿Le temes a la muerte?

Le temo a la gente. Y antes le temía a la forma de morir, pero ya no.

¿Crees en Dios o en alguna fuerza superior creadora?

Sí, indudablemente.

¿Crees en la resurrección, la reencarnación o en cualquier otra forma de continuar tu existencia después de esta vida?

Sí.

¿Quiénes son tus influencias?

Me imagino que te refieres a influencias literarias. Y, pues, creo que aún no se agotan, siempre vienen nuevos autores para refrescarme el pensamiento. Y, por el contrario, autores que creí de gran influencia en mí, ya no los leo con tanta devoción. Es difícil determinar las influencias, mejor eso se lo dejo a los críticos.

¿Quiénes son tus escritores y filósofos favoritos?

Me gustan los pensamientos enrevesados de Sartre y de Pessoa. También me gusta la sencillez de Saramago para contar grandes historias. En fin, me gustan Leopoldo María Panero, Derek Walcott, Charles Bukowski, entre otros. Con respecto a los filósofos, no tengo favoritos; pues desde los presocráticos hasta los postmodernistas, todos parecen una sola masa importante para la formación de las ideologías y las conductas, ayudando siempre al hombre en reponerse de su insignificancia, sin conseguirlo.

¿Y a quiénes prefieres en música, cine, pintura u otra arte?

Cada vez que escucho “Claro de luna” de Beethoven, lloro. No sé si lo prefiero a él o a Vivaldi. Pues Vivaldi y sus “Cuatro estaciones” me hacen recordar mucho a mi niñez, que es la etapa de mi vida en donde encuentro más alegría, y en donde recuerdo a mi abuelo escuchando todo el tiempo a este maestro veneciano. ¡Hermosos momentos! Por otro lado, en el cine, Spielberg es el gran maestro, pues cuando trato de discernir su lenguaje cinematográfico, me topo con cada acertijo y con cada enlace de escenas —todo tan bien hecho— que sin duda alguna uno podría estar al verlo frente a un genio total. En la pintura, me atrae mucho Van Gogh: su forma de combinar los colores y la textura de sus pinceladas es sorprendente; eso pude notarlo en una página Web destinada a este genio de la pintura en donde se te facilita un sistema que simula una lupa, con el fin de ver hasta el mínimo detalle de su obra. Me quedé estupefacto. Y admiro mucho lo que hace Kseniya Simonova, una de las pocas representantes del llamado “arte en la arena”. Ella tiene trabajos excepcionales y emocionantes. Sin duda, el arte se abre paso día a día con nuevas manifestaciones, y eso no termina jamás.

¿A quiénes lees actualmente?

En este momento, leo temas de crítica y apreciación del arte, y a Lao-Tsé.

¿A quiénes relees?

A Pessoa y a Böll, siempre.

¿Quiénes son los mejores poetas y escritores en la historia de Lambayeque?

Lambayeque tiene más tradición de poetas que de escritores (narradores), por ello me quedaría con cinco poetas: Lora y Lora, Delgado Bravo, Nicanor de la Fuente, Juan Ramírez Ruiz y Ernesto Zumarán.

¿Cuál es el nivel actual de la poesía local?

El arte poético en la región está intentando abrirse camino. Digamos que, los menores de 35 años, tenemos una regularidad que debe seguir su marcha, hasta alcanzar algo de luz.

¿Qué opinas sobre la actividad cultural en Lambayeque?

Es muy activa. Pero lo que falta creo que es el público. Siempre se cuenta con poco público. Y aunque ya no debe sorprender, uno anhela que la participación de las personas sea más comprometida.

¿Te identificas o coincides con las ideas de algún político o partido?

No.

¿Crees que el poeta debe permanecer en su acción creadora o participar también ante los problemas de su sociedad?

Todos los seres humanos siempre participan en los problemas de su sociedad, aunque no lo sientan de ese modo o no lo formalicen. Se participa desde que alguien reclama a Electronorte por un excesivo costo del recibo de luz, o por el alza del azúcar o por cualquier situación similar. Incluso, en caso extremo, se participa no participando. Como se verá, los problemas de la sociedad no sólo están en lo que uno puede escribir sino en lo que uno vive diariamente. Es desde ahí donde cualquier ser humano, incluido el artista de cualquier índole, se desarrolla y se abre paso. Claro que otro asunto es entrar en política y sistematizar una participación haciendo leyes u obras. Eso depende de cada uno, y no es nada despreciable; pues si no abría políticos, ¿quién haría ese trabajo? Siempre hay alguien a quien se le debe reclamar, y por supuesto que el político no nos hace ningún favor, pues se le paga por ello. En ese aspecto, el poeta tiene la libertad de accionar o no en ese campo. Sin embargo, los temas de la creación pueden ir por otro lado que no sea exclusivamente el reclamo, la pugna o la fiscalización social. Como ya lo refirió Eduardo Galeano, más vale leer una buena novela de aventuras que una pésima novela de huelgas. En fin, creo que la gran novela de huelgas aún no se ha escrito, pero puede hacerse. Y si no se hace, igual; pues las luchas sociales y vivenciales siempre continuarán, así la literatura no las haya plasmado. ¡A seguir nomás!


Algunos poemas de César Boyd:


Lady Chatterley
(Heterónimos frente al espejo - 2006)

Si por los andenes de la ciudad cayera nieve
habría camino en las palabras y la villa,
camino inexacto entre la nieve y el refugio
de los amantes que somos.
Iría con un refrán al modo del que anda:
corazón seducido, cuerpo esclavo.
Te hallaría fumando en el cenáculo
con nóminas de humo entre tus gestos.
Y en ese secreto de encontrarte, Lady Chatterley,
me hablarías de un Clifford sin silueta,
sin su sombra siquiera en la pared.
Habría una canción de Serrat en el fondo del viento.
Creeríamos en lo angosto de los ojos
cuando culpamos al pecado,
cuando nuestros espíritus no retornan por sus carnes.
Si al encontrarte y sentir que no sueñas
confiaría en tus pasos hasta mí
y con otra canción de Serrat se iniciaría tu sueño
tan blando como la nieve a tus espaldas.
Así oscilaríamos los besos en la hora portentosa
dejando el rastro lejos de las calles,
lejos la vida normal esparcida en nuestros cuerpos
para tratar de completar lo incompletable.


Crimen concedido
(Persistencia del alarido - 2010)

Tu ventaja es que no estás en mis sueños
para poder matarte:
apareces siempre tan cerca de lo permitido.

Mi búsqueda se basa en soñarme solo,
en no ensuciar mi mano que te espera.

Ah, no puedo fracasar despierto
ni despertar sin nada:

Debo asignarte una pesadilla
y deslizarme insomne hasta pasar los ojos
por lo desangrado
y quedarme inmóvil como en el peor sueño,
donde mi ira te inventa,
te mantiene lista,
para que tu perdición purifique
estas paredes de nada y de tiempo,
esta cortina de sangre y ausencia.


Consecuencias
(La misa del yo insaciable - Inédito)

La destrucción es un proceso.
Uno comienza de muy niño
Rompiendo en llanto.
Y continúa,
Dejando el seno materno
Por otro
Que te asfixia.
Y continúa, viendo morir
A los más viejos:
Viendo la muerte de la historia.
La destrucción es un proceso
A veces de poetas que
Deseando su libertad
Intentan ser sublimes
Cada vez menos.
Y con plena conciencia,
Arriesgan la vida
Por un amamantamiento de mundos


César Boyd Brenis (Ferreñafe, 1981):

Licenciado en Educación. Colaborador ocasional del diario La Industria de Chiclayo. Miembro fundador del Grupo Literario Signos. Ha sido premiado desde 2003 hasta 2011 en distintos concursos de poesía, cuento, ensayo, epístola y dramaturgia. Ha publicado Mocedades poéticas (2001), Heterónimos frente al espejo (2006) —poemario incluido en el libro “Signos”—, De lo profano y lo inédito (2008) —drama incluido en el libro "Nueva Dramaturgia Lambayecana"— , Persistencia del alarido (2010) —poemario incluido en el libro “Demolición de los reinos”— y Un legado de Sipán (2011) —cuento incluido en el libro XI Concurso Juvenil de Cuento —. Tiene inédito el poemario La misa del yo insaciable.

16-08-2011
Fuente: http://www.locheros.com/

“Arguedas y el tiempo” – Por: Harold Castillo Peralta


José María Arguedas nació en Andahuaylas, Apurimac, un 18 de enero de 1911. En el año de su centenario, el Perú de todas las sangres –al cual el escritor le dedicara los mejores momentos de su vida– se detiene para homenajearlo y revalorar su legado. Aquella fuente enriquecedora y vital, constituida en su obra, es el testimonio tangible de su vigencia y compromiso pleno con la identidad peruana a través del tiempo.

Quizás la mayor virtud de Arguedas haya tenido que ver con la capacidad para proporcionar lúcidamente, a través de de su obra, los pormenores de una realidad compleja y poco valorada hasta entonces: el mítico mundo andino del cual era conocedor privilegiado, dadas sus raíces serranas, y que supo rescatar para la posteridad peruana y universal.

Confluyen en Arguedas factores decisivos como la autenticidad, la vehemencia o el compromiso pleno para asimilar, como un asunto propio, la problemática doliente del Perú profundo. Es Arguedas la prueba palpable de la superación a la que muchos de sus hermanos no han tenido acceso por culpa del desdén y el egoísmo de las sociedades costeñas; convirtiéndose, de este modo, en una particularidad asombrosa –inquietante– para un medio que excluye progresivamente a personas de otras creencias, costumbres y razas por considerarlas inferiores.

Aunque fue un mestizo proveniente de una familia acomodada, José María Arguedas vive tragedias que lo van a marcar desde muy niño, comenzando por el hecho de perder a su madre, a causa de una enfermedad, cuando sólo tenía tres años. Su padre, abogado de profesión, pasaba la mayor parte del tiempo fuera del hogar, viajando por asuntos de trabajo. De modo que la ausencia de ambos padres –al menos cuando niño– va a influir en su psicología futura. Aquella búsqueda incesante de algo que le faltó en el pasado y que, inexorablemente, ya no será posible conocer.

Pero Arguedas, en realidad, nunca estuvo solo; ni siquiera cuando su padre contrae segundas nupcias con una hacendada pudiente de San Juan de Lucanas, Ayacucho, y es trasladado junto con su hermano Arístides –dos años mayor que él– a vivir con su nueva familia.

El desprecio por parte de su madrastra no se hace esperar ante la ausencia del padre. Es cuando José María es obligado a vivir con los criados indígenas; de los cuales, no obstante, aprendería muchas cosas.

A la edad de diez años, cuando huye junto con su hermano a la casa de un tío paterno, José María encuentra algo de la estabilidad emocional que tanto había necesitado. La convivencia con los campesinos le es entonces satisfactoria. Dos años después, su padre lo lleva de viaje por sus múltiples destinos (mientras su hermano retoma los estudios en Lima), llegando a conocer más de doscientos pueblos, antes de ser internado en el colegio Miguel Grau de Abancay para terminar la primaria.

Los prejuicios arraigados en la costa no le fueron esquivos. Antes de su intensa vida universitaria y profesional en Lima, por ejemplo, durante su época de estudiante en el colegio San Luis Gonzaga de Ica –donde cursara los primeros años de la secundaria– sufrió la marginación de sus compañeros. Pero muy pronto encontraría en el estudio la manera favorable para superar esos problemas, obteniendo las calificaciones más altas en toda la historia del centro educativo.

La vida itinerante de Arguedas, desde pequeño, va a permitir que se nutra de diversas experiencias sobre la realidad del hombre andino (en contraposición con su par costeño); e incluso, destacar la propia discriminación de los mestizos de ciudad hacia los comuneros en el Ande. Sin embargo, lo que más comprometía al autor de “Los ríos profundos” era quizás la exaltación de la cultura, el rescate de lo ancestral y lo mítico, la riqueza de las etnias que el Perú albergaba y que el tiempo no había podido doblegar. Los colores, la música, la magia y la fuerza de la raza dentro de su cosmovisión del mundo indígena. El factor de país de todas las sangres como suerte enriquecedora y motivo de orgullo, no de lastre o desdicha.

Todo ello va a ser determinante en su periodo de madurez, ya sea como educador, etnólogo o literato. Arguedas se convierte, de algún modo, en el enlace para comunicar de forma clara lo más trascendental y arraigado en los pueblos que no tienen voz fuera del referente capitalino o costeño.

Son sus novelas episodios de orfandad manifiesta que atisban el optimismo, pese a todo, como una necesidad incuestionable; la parte emblemática de todo ese valioso capital intelectual que nos ha legado. De allí que surge la necesidad de conocer más al Arguedas antropólogo e investigador social. No sólo al hombre que encontró en la literatura una vía de escape para apaciguar sus ímpetus y frustraciones.

La capacidad descriptiva expuesta en “Yawar Fiesta” (1941), la naturalidad autobiográfica de “Los ríos profundos” (1958) y “El Sexto” (1961), no hacen sino corroborar la meta en ascenso impuesta por el propio autor en su derrotero más íntimo, pretendiendo culminar siempre proyectos más grandes en entregas futuras. Es así como en “Todas las sangres” (1964) su valía narrativa lo lleva por linderos más ambiciosos, donde prima, esta vez, la noción ideológica en su afán por explicar los conflictos sociales y la concreta condición del hombre peruano en un contexto más universal.

Hablar de Arguedas, a la luz del tiempo, es también reflexionar sobre cuánto hemos avanzado como país en temas sensibles como la inclusión social, la lucha contra la discriminación, el fortalecimiento de la identidad, la igualdad de oportunidades, el derecho a la educación y a una vida digna. Sólo así comprenderemos mejor el legado de nuestro más emotivo narrador indigenista.

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