martes, 28 de septiembre de 2010

"El espíritu giratorio del viento" - Poemario de Ricardo Musse

I

Que la nocturna humedad de la lluvia
/limpie la esfera azul
porque estoy hecho un asco danzando alrededor
/de una fogata
que se funde con el alma del agua
pero todavía nada es suficiente:
El fango ha ensuciado hasta nuestras rojizas
/vestiduras.


II

Los lugares apartados son montículos de silencio
amontonándose en nuestro corazón
y la esfera azul arroja la rojiza naturaleza de sus latidos
produciendo la viscosidad de la tierra
mientras el tiempo pasa volando:
La lejanía es el rastro que voy dejando en el camino.


IV

Nuestra infancia descalza y desnuda,
cuando nos sentimos invadidos por el frío
donde un abrazo es de vida o muerte en ese preciso
/momento
y no en otro,
volando en fiebre a la edad cuando nos nace:
La azulada melancolía/
escalofríos en el alma/
mórbidas desolaciones/
aves migratorias en el cielo.


V

El cielo arranca de las migraciones la alada desesperación y su celeste plumaje.
Carente de alas la noche no remontará vuelo hacia aquella lontananza,
sin embargo, la nostalgia exige el retorno:
En pocas horas –de nuevo- el celeste resplandor se anidará
en el corazón de la tierra.


VIII

El corazón es giratorio,
el camino se curva y los girasoles
calientan la esfera de nuestros latidos,
donde los rastros volverán –algún día-
a encontrarse nuevamente.


XI

¿El cielo dejará de migrar cuando su celeste plumaje nos haga
sentir –en nuestra más desalada interioridad- como si estuviéramos siempre volando?


XVI

Desearías que ese remolino gire por siempre dentro de ti,
(quizás la fragilidad que nos habita vuele por los aires)
porque para que algo ascienda debe imprimírsele giros
que sólo el viento del desierto puede suscitar,
entonces sientes que avanzas con la sola ayuda de ese
remolino que emerge no sabes de dónde,
y por primera vez la travesía no se te hace tan pesada,
(al fango sólo le cabe unirse con los pies del caminante) :
Cómo desearías que lo que queda por caminar se haga con
el espíritu giratorio del viento.


XXIX

La nostalgia:
Latidos del desierto en el eterno ciclo de nuestros
/corazones.

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