El impulso y éxito editorial de un creador literario, -teniendo como base su calidad y sostenibilidad y actividad artística en el tiempo- descansa indefectiblemente en su inclusión o exclusión de las programaciones oficiales, y en parte por el favor de la crítica literaria o del automarketeo.
En la región Lambayeque, existe sólo existen seis autores consagrados en las prospectos y en las programaciones oficiales desde el año 1986: (poetas) Alfredo José Delgado Bravo, Mario Florián Díaz y Don Nicanor de la Fuente ; y (Narradores) Mario Puga Imaña, Andrés Díaz Núñez y Carlos Camino Calderón, quienes gozan del favor del “condicionamiento y presión oficial educativa” de ser leídos sí o sí. El resto hace cola, se esfuerza por entrar con la adarga de su poesía o se queda a dormir esperando cual manchego bajo el frondoso árbol de la paciencia y el conformismo, la benevolencia de la oficialidad y la posteridad cuando yazca bajo tierra.
A) Fundamentos de la propuesta:
Toda actividad literaria, por libérrima que sea en su accionar, se pretende ser un acto colectivo de modelación obligada de lectura, debe estar circunscrita a determinados parámetros formativos:
a) Relevancia edificante del contenido de la obra. Sus contenidos deben tener un ideal humanizante y formativo, reflejar el mundo real y un mundo posible. Debe cumplir una función de revaloración del ser humano como un ente en proceso de formación y hominización. Aún cuando sus personajes sean los antihéroes y sus argumentos conflictuados de hiperrealismo, debe subyacer un efecto carambola: descubrir el mal para construir un ideal más perecedero en el subconsciente del lector.
b) Tener un uso intensificado del lenguaje literario con propósitos estéticos y comunicativos. Una obra literaria debe ser un trabajo permanente de refundición y pulimiento, debe ser un producto acabado, pensado, intencionado, que, sin perder su exigencia de originalidad, debe tener un correlato en la historia misma de la civilización, la cultura y el diacronismo literario. No hay producto estético primigenio y silvestremente purísimo original, somos una continuidad evolutiva del cosmos, somos un todo sistémico: lo que vemos, escuchamos, soñanos y hasta lo que no soñamos otros en latitudes y espacio y tiempo diferentes lo ha hecho ya. Lo literario se diferencia de lo ordinario de nuestro parlar coloquial y familiar, por el lenguaje y por la intención efectista. Una buena obra literaria comunicativa para todos, incluye a todos los lectores.
c) Implicancias y correspondencias autor/obra. Un producto estético es el reflejo calculado, intencional o forzado de quien lo elucubra, fabrica y divulga. El autor puede reflejarse o esconderse en el reflejo de su obra, pero allí gravitan su alma, su esencia, su visión del mundo, sus expectativas y frustraciones, sus deseos y sus desencantos. Como la cara de una misma moneda autor/obra es el producto dicotómico que arrastra hacia la valoración de la obra y su autor en dimensiones diferentes, pero con una perspectiva unitaria que debe implicar un responsable equilibrio. No podemos amar a la obra y odiar al creador o viceversa, no podemos separar al producto creado y justificar al creador con todas sus noias y perversiones. Un buen y auténtico poeta que canta con la belleza de sus palabras, debe ser como persona tan igual o similar como su producto intencionalmente creado. De no ser todo eso así, algo será postizo, falso: la obra o el creador.
d) Equilibrio entre lo global y lo local. El ideal y aspiración de toda autor u obra es enajenarse y hacerse universal, traspasar los linderos de lo personal, familiar y amical, por ello una obra debe ser escrita pensando en el mundo entero, aunque su concepción sea desde alguna aldea remota de cuatro casas. La literatura puede empezar en sótano oscuro de tu cuarto, pero pronto debe emerger hacia la inmensa luz de la divulgación sin que tu soledad creadora le tema al bullicio de a muchedumbre. Tu aldea no está flotando sola en el mundo, sino que es parte de un todo, a veces sin que lo sepas. Tu tema, por lo tanto, debe interesarles a todos.
e) No es lo mismo sencillo que simple. Los grados de intensidad de los estilos literarios son variados como los temas, el manejo del lenguaje. En literatura se puede ser cultista como cotidianista, pero siempre manteniendo el lenguaje literario como eje diferenciador de lo simple, lo que no tiene trabajo ni generar admiración ni expectativa. La literatura es una vorágine permanente de motivación al lector y no debe ser aburrimiento. Debe ser, por ello un invitación a la lectura para buscar experiencias nuevas y que asombren.
Dentro de este panorama de encuadre y fundamentación se entiende que, hacer literatura es una actividad seria, madura y elevadísima, y, no un mero acto irresponsable y borrachinesco, contracultural y degradatorio, pervertido e incongruente, que, lejos de edificar al hombre y a la actividad l, desacredite al autor, a la obra y al gremio mismo de creadores. Un autor debe estar incluido en un contexto educativo por su vida ejemplar y por su obra formadora y promotora del gusto estético. Un creador literario es un hombre público, tanto igual como sus productos estéticos, por lo tanto si imagen personal como artística está en permanente escrutinio de sus lectores y la misma sociedad civil. Cualquier inclusión de un autor oficial, debe guardar el fondo y la forma de un paradigma social axiológico. Al igual que un docente ingresa físicamente al aula, un creador literario ingresa con su vida y obra en hojas escritas y es sometido a un debate, a una exégesis de lo que quiso decir y no quiso decir, de sus intenciones y propuestas. Ningún autor podrido debe ingresar a un aula a putrefactar a los niños y niñas, a los jóvenes y a la sociedad en general, para degradarlo y deshumanizarlo.
B) Criterios de inclusión
a) Ser autor que acredite por lo menos dos obras literarias publicadas y socializadas en la comunidad regional lambayecana.
b) Tener una trayectoria literaria reconocida en el accionar literario lambayecano no menor a cinco años. (No se excluye por la procedencia o lugar de nacimiento. Autor que produce literariamente por más de cinco años en un lugar, debe ser considerado de donde concibe y entrega su producto estético).
c) Se debe considerar los géneros literarios: Narrativo, lírico y dramático.
d) La obra literaria debe ameritar un consenso de relevancia literaria, por un comité de especialistas multidisciplinares: lingüistas-literario-pedagógicos).
e) Según el nivel intencional los autores debe estar incluidos en los planes de estudio con obra al cato, biografía actualizadas, métodos de análisis y estudio literarios y configuradas en un contexto histórico-literario, subdivididos los autores bajo la siguiente subclasificación:
a) Literatura infantil y juvenil
a.1. En poesía
Emiliano Niño Pastor, José Eufemio Lora y Lora, Juan José Lora y Olivares, Mario Florián, Nicanor de la Fuente , Alfredo José Delgado Bravo, Estuardo Deza Saldaña, Max Dextre Camacho, Raúl Ramírez Soto, Carlos Bancayán Llontop, Jorge Fernández Espino, Ricardo Rivas Martino, Juan Ramírez Ruiz, Guillermo Ortiz Suárez, José Vargas Rodríguez, Manuel Orlando Uceda Campos, Hildebrando Briones Dávila, Víctor Hugo Parraguez, Mariana Llano, Javier Villegas Fernández, Enrique Solano.
a.2. En narrativa
Carlos Camino Calderón, Andrés Díaz Núñez, Joaquín Huamán Rinza. Mario Puga Imaña, William Smith Piscoya, Nicolás Hidrogo Navarro, Dandy Berrú Cubas, Gilberto Maxe Suxe, Rully Falla Failoc, Elio Otiniano Maurici.
b) Literatura educación superior
b.1. En poesía
Emiliano Niño Pastor, José Eufemio Lora y Lora, Juan José Lora y Olivares, Mario Florián, Nicanor de la Fuente , Alfredo José Delgado Bravo, Estuardo Deza Saldaña, Max Dextre Camacho, Raúl Ramírez Soto, Carlos Bancayán Llontop, Jorge Fernández Espino, Ricardo Rivas Martino, Juan Ramírez Ruiz, Guillermo Ortiz Suárez, José Vargas Rodríguez, Manuel Orlando Uceda Campos, Hildebrando Briones Dávila, Víctor Hugo Parraguez, Stanley Vega Requejo, Ernesto Zumaràn Alvites, Luis Yomona Yomona.
b.2. En narrativa
Carlos Camino Calderón, Andrés Díaz Núñez, Joaquín Huamán Rinza. Mario Puga Imaña, William Smith Piscoya, Nicolás Hidrogo Navarro, Dandy Berrú Cubas, Gilberto Maxe Suxe, Rully Falla Failoc, Elio Otiniano Maurici, Bruno Buendía Sialer.
La literatura lambayecana no sólo tiene una riqueza lírica y cosmogónica, lúdica y referencialmente terrígena y de transculturación temática con sincretismos regionales costeros y selváticos, llena de leyendas urbanas derivadas de la ruralidad, los mitos, las tradiciones y costumbres de sus pueblos, sino que en ella se esconden los sueños colectivos y las perspectivas de todo una región a través de quienes saben canalizar con imágenes, figuras y alegorías, el misticismo de un pueblo muchik que reclama un lugar en la historia literaria nacional.
*Escritor. Docente. Promotor Cultural.
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