domingo, 18 de enero de 2009

Arguedas versus Cortázar: Polémicas Literarias del Siglo XX

ARGUEDAS VERSUS CORTÁZAR. Cuando cerraba la década del sesenta, una polémica sacude a la literatura Latinoamericana: el debate entre Arguedas y Cortázar, altercado que bien resume la discusión entre cosmopolitas y telúricos. En su famosa "Carta a Roberto Fernández Retamar", enviada desde París en mayo de 1968, el argentino Julio Cortázar afirmó que un escritor alejado de su país e instalado en el viejo mundo podía descubrir con efectividad las auténticas raíces de lo latinoamericano. Cortázar renegaba del telurismo afirmando que éste le resultaba "completamente ajeno" y "hasta aldeano". Estas ideas provocaron la ira de Arguedas que respondió con un adelanto de su novela El zorro de arriba y el zorro de abajo publicado en la revista Amaru meses después. Allí Arguedas reconoce la aguijoneante genialidad de Cortázar, pero aclara que: "Todos somos provincianos, don Julio. Provincianos de las naciones y provincianos de lo supranacional". Cuando parecía que la discusión había terminado, un año después, Cortázar replica, esta vez desde la cosmopolita revista Life, diciendo que estaba de acuerdo con aquello que todos éramos provincianos, pero que "existe una diferencia entre ser un provinciano como Lezama Lima, que precisamente sabe más de Ulises que la misma Penélope, y los provincianos de obediencia folklórica para quienes la música de este mundo empieza y termina en las cinco notas de una quena". Como era de esperarse estas declaraciones causaron en Arguedas una profunda molestia, la cual volcó en su artículo "Un inevitable comentario a unas ideas de Julio Cortázar" publicado en El Comercio en junio de 1969. Allí el escritor peruano aclara que las quenas modernas tienen más de cinco notas y que para recordarle ese detalle a Cortázar le ha dedicado un jaylli quechua. Años después, en el Tercer diario, publicado en El zorro de arriba y el zorro de abajo, Arguedas aseguró que don Julio quiso ningunearlo. Con ánimo de revancha, el autor de Yawar fiesta, en una fina humorada helenística, retrata a Cortázar como un ser ridículamente mitológico, que "cabalga en flamígera fama como sobre un gran centauro rosado". Seguir leyendo aquí (Fuente: El Comercio).

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