martes, 29 de noviembre de 2011

Entrevista a la Signo mexicana Hazzel Yen – Por: Harold Castillo Peralta – Diario “LA INDUSTRIA” (29/11/11)


“Ser poeta es redefinir el amor, el amor por todo”

HAZZEL YEN ES, sin duda, una de las voces jóvenes más destacadas en el ámbito de la poesía mexicana actual. Nació en el estado de Durango en 1987, ha publicado el poemario “Músicas Rotas” (2010) y tiene varios trabajos inéditos. Dotada de una increíble sensibilidad, está vinculada muy profusamente con las letras peruanas desde hace más de un año, al ser miembro e ideóloga del Grupo Literario SIGNOS de la región Lambayeque.
Conversamos con Hazzel sobre sus inicios literarios, sus inquietudes estéticas y también sobre la problemática de la literatura en los tiempos en que la imaginación, la creatividad y el arte parecen haber perdido piso y están siendo reemplazados por actividades consumistas que poco humanizan, que dividen al hombre y que van demoliendo, progresivamente, los cimientos morales de nuestra sociedad.

–Hemos leído en tu biografía que escribes desde muy niña, ¿cómo así te atrajo la poesía tan precozmente?
–Bueno, sucedió que yo era una niña muy retraída, algo tímida, pero siempre, desde que recuerdo, sentí la necesidad de expresarme. Aún me gusta observar el mundo. Entonces, tuve la suerte de que mi padre tuviera una colección de libros. Mis padres trabajaban todo el día. No había más entretenimiento para mí en las tardes que leer esos libros, me atraían mucho. Comencé con la lectura de “El Principito”, de Saint-Exupéry.

–¿Eso quiere decir que eres muy selectiva en tus lecturas?
–Sí, soy selectiva, pero hay que leer de todo. Me gusta mucho leer a los poetas franceses porque creo que la poesía necesita otro sacudimiento igual al que le dio Rimbaud. Un día, después de un accidente que tuve, encontré en un libro un poema de José Tablada y me inspiró. Escribí mi primer poema a la luna, y cada vez se volvió más necesario para mí escribir.

–Nos parece muy interesante el orden que llevas para desarrollar temas tan complejos. Tu trabajo, además de copioso, es inclusive muy planificado. ¿Qué haces antes de empezar a escribir?
–Siempre estoy observando el mundo. Para mí estar aquí es un aprendizaje, tengo muchas ideas que resultan de mis observaciones, muchas imágenes que se van acumulando. Tengo entonces mucho material, pero es hasta que tomo la pluma cuando puedo convertirlo en palabras.

–¿Cómo ves el panorama actual de la literatura en México, en Latinoamérica y en el resto del mundo? ¿Crees que aún la literatura es una posibilidad, en estos tiempos?
–Esa pregunta es muy buena y muy importante. Ha rondado en mi mente todos estos días. Veo cómo las palabras poesía y poeta han perdido sentido, como todo nuestro sistema de lenguaje. No hay interrogación, no hay crítica, nadie pregunta el porqué de las cosas que existen. Parecen autómatas, conformistas. Como no hay crítica, es muy fácil que si un “poeta” gana un premio se le ponga en la cumbre, pero no se debate sobre su poesía, importa más su persona. La literatura nunca se va a extinguir, porque el hombre necesita de la palabra. Queremos comunicar lo que somos a otros hombres, no queremos que nuestra existencia se consuma sin haber dejado huella. Queremos ser eternos y, de alguna manera, intuimos que retratarnos sobre el papel nos hace eternos. Queremos saber que nuestra estancia aquí al menos dejó algo a otros hombres. No, la literatura no va a morir, se va a renovar. No sólo la literatura, todo a la vez: los sistemas, el hombre, todos lo intuimos. Sólo hay que ser visionarios, y estar a la altura para poder captar y plasmar lo que ya es evidente. Creo que no basta con denunciar nuestra decadencia, debemos aportar algo.

–¿Qué hacer para que la poesía pueda ser valorada en su real magnitud?
–Solo hay que creer en la poesia. Necesitamos proponer, ser más humanos, dejar el ego y amar. Necesitamos poesía que llegue hasta la posteridad. Hacer poesía no es ganar premios, no es pelear por las formas clásicas o no clásicas, no es ser académico o haber leído a todos los poetas; ser poeta es redefinir el amor, el amor por todo y creo que en nuestras sociedades sólo se busca acumular riquezas materiales. Somos pobres interiormente, porque no amamos al hombre. Para poder hacer verdadera poesía, necesitamos amar al hombre.

¿Cuál tendría que ser el rol actual de los creadores?
–Los creadores somos muy pasivos, esperamos a que el gobierno nos dé y seguimos el camino habitual. Creo que la literatura hoy, como en todos los tiempos, necesita personas que quieran innovar; aunque se diga que ya no hay nada que innovar, la búsqueda debe ser permanente, la emoción nunca morir, y el entusiasmo por crear debe propiciar debates, foros, y todo lo que sea tierra fértil por si hay alguna semilla lista para germinar.

martes, 22 de noviembre de 2011

Lo que nos dejó la III FIESTA DEL DIANTRE “CONCIERTO ANIMAL” – Por: Harold Castillo Peralta


LA ACTIVIDAD CULTURAL en la región Lambayeque se vio otra vez enaltecida ante un nuevo evento literario promovido por la Asociación Cultural Kaypi Kani y el Ciclón de Poesía (organizaciones de una enorme valía que nos vienen ofreciendo, cada vez con mayor asiduidad, acontecimientos de esta magnitud en beneficio de toda la colectividad que gusta de la literatura y de las diversas expresiones artísticas). Todo este gran esfuerzo contribuye, sin ninguna duda, a mantener vigente la representatividad de la región como escenario de cultura en el país.



Se trató del festival denominado: III Fiesta del Diantre “Concierto Animal, a cargo –como en sus dos ediciones anteriores– de la poeta y gestora Matilde Granados; uniendo esfuerzos, en esta ocasión, con el poeta limeño Juan José Soto. Equipo realmente de lujo para llevar a buen puerto las pretensiones de tan magno evento cultural. Los escenarios donde se desarrolló el festival, en sus dos jornadas (28 y 29 de octubre), fueron: el auditorio del Centro de Idiomas de la Universidad Señor de Sipán, el auditorio de la Dirección Regional de Cultura, Lambayeque y el auditorio de la Asociación Civil Sociedad Amantes de las Artes.



Los poetas y escritores participantes en esta tercera edición del festival fueron: Domingo de Ramos (Ica), Miguel Ildefonso (Lima) , Willy Gómez (Lima), Mixha Zizek (Lima), Carolina Fernández (Lima), Verónica Delgado (Madrid, España), Isabel Matta (Lima), Denisse Vega (Trujillo), Ricardo Ayllón (Chimbote), Augusto Rubio Acosta (Chimbote), William Guillén (Cajamarca), Alberto Demarini (Lima), Jorge Hurtado (Trujillo), Rosakebia Estela (Chiclayo), Fernando Odiaga (Chiclayo), Max Palacios (Lima) y los poetas organizadores y anfitriones Matilde Granados y Juan José Soto.



Del mismo modo, el Grupo Literario SIGNOS estuvo también presente en los recitales a través del trabajo poético de César Boyd, Ronald Calle y Ernesto Facho, y el trabajo narrativo de quien escribe.

Además de ello, se contó con la participación especial del actor argentino Pablo Tur en una interesante performance y la realización de dos temas de conversatorio: “Los talleres de creación literaria en el aula” a cargo de las poetas Mixha Zizek (Perú) y Verónica Delgado (España) y “Panorama de la poesía peruana actual” a cargo de Miguel Ildefonso.



Los libros presentados fueron: Cartas desde la azotea, de Domingo de Ramos; Dantes, de Miguel Ildefonso; Balada del asesino, de Mixha Zizek; Moridor, de Willy Gómez; LABIOSPIÉLAGO, de Alberto Demarini y Crónica del adiós, de Evgueni Bezzubikoff.

Es oportuno mencionar que, como grupo literario, destacamos siempre la relevancia que viene adquiriendo el
Festival del Diantre con el paso del tiempo. Aquella posibilidad que nos brinda para establecer lazos de fraternidad entre autores y público en general. Conforme pasan los años, El Diantre se va asentando, cada vez más, como la festividad literaria más importante de la región.


Hablar de esta fiesta es también hablar de un fenómeno importante en lo que respecta a la promoción y difusión cultural en la región Lambayeque. Del continuo letargo se ha pasado a una diligente y fluida actividad, destinada a exaltar toda esa valía de los poetas, escritores, intelectuales y artistas nacionales desde un mismo epicentro. Todo ello, más la periodicidad del Ciclón de Poesía –entre los sucesos culturales más notorios–, nos sitúa, pues, frente a un escenario soñado, privilegiado y vigoroso para poder avizorar con entusiasmo el éxito de las letras norteñas en un futuro cercano, para que puedan hallarse a la par de las letras que corresponden al circuito capitalino.



Por tanto, Lambayeque, al igual que otras regiones, parece haberse sacudido de esa terrible pasividad que tanto perjudicaba a los escritores que buscaban desarrollarse dentro de su propio contexto y que no gozaban de mayor estímulo; uno de tantos males provenientes del centralismo y la indeferencia habitual de los gobiernos.

La situación todavía es complicada, pues hace falta que el público responda masivamente a las expectativas surgidas a raíz de este nuevo despertar literario y cultural en la región y en muchos lugares del país. Que haya una demanda razonable de esta actividad para que la prensa pueda darle mayor cobertura a los eventos y, con justa razón, los autores podamos propagar
nuestro mensaje humanístico, nuestras propuestas estéticas y nuestros ideales, alejados por completo de intereses subalternos.



Obviamente que este cambio se producirá a partir del mejoramiento en las estructuras de nuestra sociedad, con nuevos ciudadanos formados adecuadamente en los hogares y escuelas para que sean personas íntegras, con valores, criterio y sensibilidad ante las nuevas expectativas del mundo. No creo exagerar cuando señalo que las experiencias literarias han de formar parte de este nuevo camino a seguir. Uno puede hallar el mundo a través de la literatura, comprenderlo cada día mejor para combatir sus grandes vicios. Los libros, en general, constituyen una fuente increíble de conocimientos. No hay nada más fácil en el mundo que no saber, no sentir o no creer.


Desde esta tribuna de hermandad literaria, SIGNOS agradece el encomiable esfuerzo de los poetas Matilde Granados y Juan José Soto. Gracias por participar, decisivamente, en la promoción y difusión de las artes y las letras en este suelo peruano… ¡Larga vida a la poesía, queridos amigos!

lunes, 21 de noviembre de 2011

“La cursilería perfecta de Benedetti” – Por: César Boyd Brenis – Diario “LA INDUSTRIA” (13/09/11)


EN GENERAL, a los poetas siempre los han relacionado con el amor. Es una correspondencia tan arraigada que hasta pudiera pensar que, ciertamente, el primer escrito de cualquier poeta del mundo siempre ha sido de ese tema. Pero valgan verdades, del amor al acto cursi hay sólo un paso.

De ello hay muchos ejemplos histriónicos. Sólo basta con recordar aquel comercial de una conocida marca de bebidas gaseosas cuya frase era: “las cosas como son”, para entender esto. Ahí se revelaba las comunes muestras de cursilería que el ser humano puede llegar a hacer. Sin duda, el amor hace respirar locuras.

En la poesía latinoamericana, amor y Benedetti son casi sinónimos. Y no han sido pocos los que han tildado al poeta
Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia de ser cursi. Este uruguayo, nacido el 14 de setiembre de 1920, ha proclamado al amor como la materia prima más perfecta para poetizar.

El amor, como refería él, es un elemento tan relacionado con lo cursi que es difícil desligarlo. Tanto es así que si se le separa, las palabras sonarían con esa frialdad polar que ningún verdadero poema de amor podría tener. Sin embargo, Benedetti aparta muy bien la cursilería de adolescentes con la forma estética de apropiarse del sentimiento más humano que tenemos. Eso lo hace único.

Él aplicaba una fórmula encendida en cada frase que pareciera quemar la letra. Así tenemos: “Es una lástima que no estés conmigo / cuando miro el reloj y son las cinco / y soy una manija que calcula intereses / o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas”.

En las dos primeras líneas, pareciera increpar a la cotidianidad, a la soledad y al tiempo de espera, asuntos que podrían resultar “cursis”. Pero aquí lo cotidiano de mirar la hora, junto al lamento por la ausencia, se abre espacio en esas dos metáforas perfectas que le siguen y que le imprimen el más profundo impulso poético. Eso mismo se puede apreciar en los siguientes versos: “Puedes querer el alba / cuando ames. / Puedes / venir a reclamarte como eras. / He conservado intacto tu paisaje. / Lo dejaré en tus manos / cuando éstas lleguen, como siempre, / anunciándote”.

Por otro lado,
solamente a Benedetti se le hubiese ocurrido colocar al nombre de un poemario “Te quiero” (1956) y no sonar cursi. Su legión de libros de distintos géneros (cuento, drama, novela, poesía, ensayo y hasta discografía) tienen el sabor especial de un sabio amoroso, de un personaje cuya sonrisa prístina de la mañana sólo es de amor.

Mario Benedetti murió, anciano y feliz, el 17 de mayo de 2009. Y qué mejor que un verso para sentenciar su presencia perenne:
“No existe un puente para cruzar el cielo”. Pero él lo cruzó y ya es un hecho, pues la música de su voz se queda en el cielo y, la de sus libros, en cada uno de nosotros.